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Rajoy, ante el cara a cara: "Feijóo debe insistir, España no aguanta 4 años más de Frankenstein"
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UN DÍA CON MARIANO RAJOY

Rajoy, ante el cara a cara: "Feijóo debe insistir, España no aguanta 4 años más de Frankenstein"

Considera que comportamientos como el de Sánchez al decir que no era decente deben desterrarse de la política, y para ello apela a un "voto masivo" a Feijóo, para acabar con el principal problema de España, que es la polarización

Foto: Mariano Rajoy asiste a un mitin de Feijóo en Pontevedra. (Brais Lorenzo)
Mariano Rajoy asiste a un mitin de Feijóo en Pontevedra. (Brais Lorenzo)
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Si hay alguien que sabe bien lo que le espera a Alberto Núñez Feijóo hoy en el cara a cara con Pedro Sánchez, es Mariano Rajoy. Han pasado ocho años desde aquel "usted no es una persona decente" que le soltó a bocajarro el candidato socialista. El expresidente reconoce en conversación con El Confidencial que todavía se acuerda, pero que ha preferido "correr un tupido velo", aunque no esconde su desagrado por ese tipo de comportamientos, que considera que "deberían estar desterrados de la vida pública". Le acompañamos en uno de los muchos actos de campaña que tiene agendados. "Me los debe haber planificado un enemigo. Me toca ir a Sevilla el 21 de julio", bromea. Sale pletórico después del multitudinario mitin en el que Feijóo ha congregado a más de 12.000 personas en la plaza de toros de Pontevedra. El aspirante a la Moncloa ha querido arrancar la campaña en casa. Su padre político le ha arropado, como ha venido haciendo desde que diese el salto al ruedo nacional. Se confiesa "muy animado", porque cree que hay "una gran posibilidad de que se abra una nueva etapa política" tras el 23-J. No duda de que habrá otro presidente gallego.

Huye de cualquier atisbo de paternalismo. "No seré yo el que le diga a Feijóo lo que tiene que hacer", pero su consejo ante el cara a cara es "ir allí a decir la verdad". "No sabemos exactamente qué es lo que va a hacer Sánchez. Feijóo se teme lo peor, pero él tiene que ir a decir lo que va a hacer, y, sobre todo, insistir en que España no puede soportar otros cuatro años de Frankenstein". Su rostro relajado —ha acudido en camisa, chinos y zapatillas deportivas— se frunce cuando aborda los pactos de Sánchez. Le preocupan las consecuencias para el país porque, en su opinión, "ha pasado de ser un tema estrictamente político e ideológico a ser un asunto de convivencia". Le pregunto si Sánchez, que en público reconoció que no debió llamarle "indecente", se ha disculpado en privado. La respuesta es que no.

placeholder El expresidente Mariano Rajoy, durante el mitin del PP en Pontevedra. (B. L.)
El expresidente Mariano Rajoy, durante el mitin del PP en Pontevedra. (B. L.)

Su aspecto relajado y en forma —además de seguir caminando ocho kilómetros al día, ahora también hace ejercicio varias veces por semana— contrasta con el tono serio con el que enfrenta la actual situación de España. Pese a su larga trayectoria en política, alerta de que no ha visto en 40 años una España tan dividida: "El principal problema que hay en este momento es la polarización y la radicalización", y por eso apela a todos los españoles, no solo a los que votan al PP, para que vuelvan a primar "el sosiego, la eficacia en la gestión de gobierno y se acabe la disputa para poder entendernos en temas fundamentales". No duda de que el punto de inflexión ha sido el Frankenstein, no porque supusiera su expulsión del poder a través de una moción de censura, sino porque "fue una de las peores cosas que han ocurrido en España en los últimos años". No vacila ni un momento en que el promotor del Frankenstein ha sido el PSOE: "Esa es su gran responsabilidad".

Desde ese credo, insiste en la necesidad de que gobierne el PP, de que Feijóo logre esa "mayoría suficiente" que se cuantifica en función de "cómo queden las cosas", pero que "son muchísimos". Los mismos que ayer le pedían selfis, le paraban para decirle que estudiaron con él o que sus hijos conocían a los hijos de alguien. Si algo importa en esta campaña son los números. Los candidatos siempre salen a ganar, y por mayoría, pero a veces es imposible y Rajoy lo sabe. Fue la primera víctima del no es no de Sánchez y pronostica que Feijóo correrá la misma suerte. Evita hacer "elucubraciones" sobre lo que hará el PSOE. Mantiene contacto con Felipe González, pero es prudente y discreto. Atributos ambos del marianismo. Lo que ocurre en otros partidos no está en sus "competencias". Él llegó a ofrecer a Sánchez una gran coalición para evitar el bloqueo político que llevó a la repetición electoral. Hoy ni contempla esta opción: "Con Sánchez, es imposible".

No pone paños calientes cuando se le plantea la opción de tener que pactar con Vox: "Lo deseable es un Gobierno en solitario". Está convencido de que es lo que necesita España, pero también es realista. A los que jalean que con los de Santiago Abascal se puede retroceder en derechos, les aplica la Constitución. "No puede haber discriminación por razón ni de lengua, ni de sexo. Lo dice todo la Constitución", y para Rajoy eso es la Biblia. Como lo son las líneas rojas de su partido, que "no va a pactar ni con independentistas, ni con brazos políticos de una organización terrorista, ni con alguien que quiera liquidar la Constitución española". Rajoy se pone contundente. No va a permitir que le den lecciones. Tampoco que reescriban su papel en el fin de la banda terrorista ETA. "Cuando dejaron las armas en 2011, que estaba Zapatero, yo salí a apoyarlo, pero dije que tenían que disolverse y que no tenía nada que hablar con ellos, y no hablé nada y se disolvieron".

placeholder Rajoy llega a la plaza de toros entre aplausos. (B. L.)
Rajoy llega a la plaza de toros entre aplausos. (B. L.)

Deja muy claro que Bildu no es Vox y tacha de "obscena" la comparación: "Vox ni siquiera ha manifestado que está en contra de la Constitución y Bildu es el brazo político de una organización terrorista". En su marco mental, no cabe que sean incapaces de separarse del terrorismo: "Han segado la vida de mucha gente, han hecho mucho daño", lamenta desde la alerta del ascenso de la formación de Arnaldo Otegi: "Tienen muchos votos". ¿Que si es responsable el PNV del ascenso de Bildu? No entra. Los nacionalistas vascos fueron los verdugos de su Gobierno, al apoyar la moción de censura de Sánchez, y hoy son víctimas de la política de blanqueamiento que el PSOE ha hecho de Bildu. Los de Otegi amenazan la hegemonía del PNV. Rajoy lo resume con su galleguismo. "El PNV optó por las malas compañías y eso es peligroso en cualquier faceta de la vida, no solo en la política. Nunca apueste por las malas compañías".

Los compañeros en política marcan. En estos momentos, son muchos los gobiernos europeos apoyados por la ultraderecha y al aterrizar en España vuelve a apelar a los socialistas: "Cuando se quejan de que el PP pacte con Vox, quizás el PSOE debería intentar que se pudiera llegar a otro tipo de acuerdos”. Aquí vamos a la asimetría de los pactos: "Nosotros hemos votado a favor del PSOE en el Ayuntamiento de Barcelona para que no salieran los independentistas. En Vitoria, también al PSOE para que no saliera Bildu. Y en la Diputación Foral de Guipúzcoa, exactamente igual, al PNV para que no saliera Bildu. Yo creo que si nos entendiéramos los partidos que somos democráticos y constitucionalistas, las cosas funcionarían mucho mejor. Ahora, cuando quieres hacer un Gobierno con todos los extremistas que circulan por España, pues es difícil que salga”.

placeholder El expresidente saluda a los asistentes al mitin. (B. L.)
El expresidente saluda a los asistentes al mitin. (B. L.)

Añora el bipartidismo, "porque España ha funcionado bien", y no duda de que se puede volver a los tiempos de las mayorías absolutas. No comparte que el multipartidismo, que surgió, a su entender, "fundamentalmente por una crisis económica brutal", sea más democrático, porque con dos partidos ha habido alternancia del PP y el PSOE "con y sin mayoría". El foco lo coloca en cómo se ejerce cuando se logra una confianza absoluta de los ciudadanos. "En el año 2013, poco tiempo después de llegar al Gobierno, hubo pactos importantes, como la sucesión en la Corona, y teníamos mayoría absoluta. La aplicación del artículo 155. Teníamos mayoría absoluta en el Senado, que era lo que necesitábamos. Buscamos el pacto y buscamos el acuerdo. Por tanto, la mayoría absoluta tiene sus ventajas, tiene sus inconvenientes, pero solo si se utiliza mal. Y Feijóo ha demostrado que sabe utilizarla, porque tuvo cuatro en Galicia y aquí no hubo ni tensión, ni enfrentamientos, ni polarización, ni nada. Hubo normalidad, que es lo que se quiere ahora que exista a nivel de toda España".

Una vez más, sobrevuela en la conversación la necesidad de "tranquilidad", que en el caso del expresidente del PP a veces se ha interpretado como "inacción". Ocurrió en Cataluña con el procés, que desde su punto de vista no volverá a repetirse. Sabe que la izquierda ha vuelto al eslogan de que el PP es una "fábrica de independentistas", pero si hay algo de lo que está orgulloso es de que "hoy todo el mundo sabe que la democracia española, si es atacada, tiene procedimientos para defenderse y los utiliza". Cuando revive el momento en que tuvo que pedir apoyo a Sánchez para aplicar el 155, expresa que "me apoyó, pero me costó mucho trabajo". "Luego hizo un Frankenstein", prosigue, "y hacer un Frankenstein sale muy caro. Hay indultos, sedición, rebelión". Insiste en que el promotor del Frankenstein ha sido el Partido Socialista: "Esa es su gran responsabilidad. Y debería también tener la responsabilidad de frenarlo".

Cuando Rajoy entró en la Moncloa, encontró unas cuentas que nada tenían que ver con la realidad. Acuñó la ya famosa "herencia recibida". ¿Puede pasarle lo mismo a Feijóo? "Europa actuó de manera distinta ahora, a mí me dieron cero euros y a este Gobierno, 140.000 millones, que no es moco de pavo. Le han dejado incumplir el pacto de estabilidad y por tanto no domar el déficit y aumentar la deuda. Y, encima, el Banco Central Europeo, mientras a mí me subía la prima de riesgo, ahora lo que hace es comprar bonos".

placeholder Lleno en Pontevedra. (B. L.)
Lleno en Pontevedra. (B. L.)

Eran los tiempos en que la prima de riesgo era su principal pesadilla, ahora coloca el pero en que "somos el país de Europa desde 2019 donde menos ha crecido la renta per cápita, eso es lo peor. Cuando te alejas en niveles de bienestar y de riqueza de tus socios o de los países de tu entorno, es que estás haciendo una política económica negativa y mala para el país, eso es lo más importante para mí. Y ahí están las estadísticas de Eurostat, que no son las mías". Se le escapa una sonrisa para después añadir que lo que actualmente pasa con el CIS y el INE "me tiene preocupado y lo dejo ahí". Con Sánchez presumiendo de los datos de empleo, él se reivindica.

"En mi etapa, llegamos a tener seis millones de parados, era algo tremendo, tuvimos que salir adelante con miles de dificultades y creamos más de 500.000 puestos de trabajo en 2015, y los años posteriores siguieron la inercia. Creo que fue una buena etapa para España". Al tratar sobre Europa, sale en tono informal el asunto del inglés. Feijóo, igual que él cuando llegó a la presidencia, no lo habla. "Evidentemente, lo mejor es hablar inglés, pero más importante que eso es ser sensato, razonable, preocuparse de los intereses generales y generar consenso y no división en la sociedad".

placeholder Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. (B. L.)
Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo. (B. L.)

Después de la abrupta salida de la Moncloa, trasmite la sensación de que se le ha hecho justicia. "No puedo ir a la playa o pasear por la calle porque no dejan de pararme". Se siente en paz. Incluso la relación con José María Aznar fluye. "¿Que con Aznar qué tal? Bien, bien". Ve al partido unido y no le resta un ápice de mérito a Feijóo. "Es un hecho objetivo, no hay ni que hacer juicio de valor". Es como si el PP hubiese recuperado el orden sucesorio tras la etapa de Pablo Casado. Augura que Feijóo sacará mucho mejor resultado del que le dan las encuestas. Le conoce bien y está a su disposición sin "tutelas ni tu tías": "No tengo ni la más remota idea de si habrá ministros míos en el futuro Gobierno ni se me ocurriría preguntar nunca por ese asunto".

Si hay alguien que sabe bien lo que le espera a Alberto Núñez Feijóo hoy en el cara a cara con Pedro Sánchez, es Mariano Rajoy. Han pasado ocho años desde aquel "usted no es una persona decente" que le soltó a bocajarro el candidato socialista. El expresidente reconoce en conversación con El Confidencial que todavía se acuerda, pero que ha preferido "correr un tupido velo", aunque no esconde su desagrado por ese tipo de comportamientos, que considera que "deberían estar desterrados de la vida pública". Le acompañamos en uno de los muchos actos de campaña que tiene agendados. "Me los debe haber planificado un enemigo. Me toca ir a Sevilla el 21 de julio", bromea. Sale pletórico después del multitudinario mitin en el que Feijóo ha congregado a más de 12.000 personas en la plaza de toros de Pontevedra. El aspirante a la Moncloa ha querido arrancar la campaña en casa. Su padre político le ha arropado, como ha venido haciendo desde que diese el salto al ruedo nacional. Se confiesa "muy animado", porque cree que hay "una gran posibilidad de que se abra una nueva etapa política" tras el 23-J. No duda de que habrá otro presidente gallego.

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