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Feijóo 'anestesia' al débil PP vasco y aparca el congreso para reemplazar a Iturgaiz
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"NO ES UNA PRIORIDAD"

Feijóo 'anestesia' al débil PP vasco y aparca el congreso para reemplazar a Iturgaiz

Génova se resiste a impulsar la renovación del partido en el País Vasco pese a la presión interna para promover un nuevo liderazgo que relance la marca y también recupere el voto fugado al PNV

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Carlos Iturgaiz. (EFE/Miguel Toña)
Alberto Núñez Feijóo y Carlos Iturgaiz. (EFE/Miguel Toña)

A su llegada a Génova, Alberto Núñez Feijóo decretó que los asuntos orgánicos pasarían a un segundo plano en el PP. La inestable coyuntura económica e internacional centró toda la atención del nuevo jefe de la oposición, que aparcó temporalmente las tareas de organización interna heredadas de la anterior dirección. La celebración de los congresos regionales pendientes fue una de ellas. La tardanza de Génova para aprobar nuevas fechas desespera a territorios que irán a las urnas en mayo de 2023, pero el malestar ha llegado también a País Vasco, donde Feijóo ha decidido aplazar sin fecha el congreso autonómico que debería servir para reemplazar a Carlos Iturgaiz como candidato a lendakari. La dirección nacional prefiere atender primero otros fuegos y archiva uno de sus principales desafíos orgánicos en un territorio donde hace años que el PP predica en el desierto.

Ese fue el mensaje que llevó desde Madrid el nuevo vicesecretario de organización del PP, Miguel Tellado. El nuevo 'número cuatro' de Génova, de la máxima confianza del líder nacional, aterrizó en Bilbao este jueves para asistir a una reunión de la Junta Directiva del PP vasco, con Carlos Iturgaiz al frente. La visita, según fuentes de la dirección nacional, se enmarca dentro de la gira que hace semanas comenzó el dirigente para tomar el pulso al partido en los distintos territorios tras el paso de la 'mano de hierro' de Teodoro García Egea, pero no sirvió para desencallar la incógnita que rodea al futuro de los populares vascos, un territorio clave para la meta que se ha marcado Feijóo: reconquistar Moncloa sin sentir el aliento de Santiago Abascal muy cerca.

Pero Génova mantendrá a Iturgaiz en la dirección vasca y no promoverá su recambio en el corto plazo. La explicación es que no hay elecciones a la vista y "urge" atender a los territorios que se la juegan en 2023. En el País Vasco se celebraron los comicios en julio de 2020 y el PP se presentó en coalición con Ciudadanos, al que cedió dos de los seis asientos obtenidos. Semanas antes, Teodoro García Egea había fulminado al candidato a lendakari, Alfonso Alonso, y se impuso a Iturgaiz, un histórico del PP vasco que resistió a la amenaza de ETA pero que, en palabras de amplios sectores del partido, no ha logrado reubicarse en el nuevo tiempo político. "Todos tenemos en estima a Carlos, pero nadie confía en su continuidad. Su liderazgo representa un fin de ciclo que debemos cerrar ya", comentan fuentes autorizadas, que insisten en que "es el momento" de que la nueva dirección dé un "vuelco" a una organización que languidece con cinco diputados en la Cámara de Vitoria (y uno más de Ciudadanos). "Mejor hoy que mañana", zanjan alertados por el avance de Vox, que tiene un escaño en el Parlamento autonómico y está en condiciones de entrar en las Juntas Generales de Álava.

Entre los populares vascos se ha instalado el desánimo tras comprobar que no son prioridad para Feijóo. El partido vasco está malherido, a duras penas logró un único escaño de los 18 que se reparten en el Congreso (el de la diputada vizcaína Beatriz Fanjul, líder de Nuevas Generaciones), y según algunas encuestas actuales está en condiciones de perderlo todo. Se lamentan de que, precisamente, la 'marca Feijóo' tiene una magnífica entrada en el País Vasco. Se le identifica con un perfil político parejo, pese a la distancia ideológica, al del lendakari Iñigo Urkullu. Y están convencidos de que el PP vasco podría recuperar terreno perdido ante el PNV si el partido se centrara en presentar "un proyecto de confrontación izquierda-derecha" y no se ocupara exclusivamente de la cuestión "nacional identitaria".

Foto: Pablo Casdo, en el Congreso. (EFE) Opinión

"Es un momento político muy bueno, propicio para nosotros, por el empujón que nos da Feijóo. El debate político vasco gira ahora mismo en el eje izquierda-derecha y nos permite colocar al PNV como rehén de la izquierda", señala un exdirigente apartado del núcleo, que advierte de que "la desmovilización es absoluta".

Lo cierto es que tampoco hay muchos candidatos para suceder a Carlos Iturgaiz al frente del PP vasco. En algunas 'quinielas' se le ha citado a Iñaki Oyarzábal, presidente de los populares alaveses, pero sus compañeros aseguran que su única ambición es lograr el escaño en Madrid por Álava. Ha vuelto a sonar el nombre de Alfonso Alonso, que tuvo un buen aterrizaje en el sector privado, pero esa opción tampoco es realista. Lo mismo que Borja Sémper, que se bajó del barco de Pablo Casado y abandonó la política. A los dos se les situaría, llegado el caso, en puestos de Gobierno en Madrid, si se produjera un vuelco político. La otra opción pasa por impulsar a un perfil con talante gestor y procedente de la administración vasca, que sirva de reflejo del modelo tecnócrata de Núñez Feijóo.

Foto: El presidente del PP del País Vasco, Carlos Iturgaiz. (EFE) Opinión

De momento, Feijóo ha dado prioridad a dos congresos: el suyo propio en Galicia y el de Madrid, un cónclave que sirvió de detonante de la mayor crisis de la historia del partido y que el gallego se apresuró a zanjar. Hace unos días, Génova puso fecha a un tercer congreso, el de Extremadura —se celebrará el próximo 16 de julio—, una cita que se preveía conflictiva por la existencia de dos candidaturas tras la salida de José Antonio Monago. Subsanado el problema, a Feijóo le quedan otros cinco congresos autonómicos pendientes, sin contar al País Vasco ni a Cataluña, otro territorio donde la bolsa de votos está prácticamente vacía. "No hay nada previsto", confirman en el PP catalán.

Aunque su liderazgo se da por amortizado, Feijóo no ha dado pistas sobre si se plantea o no dar una segunda oportunidad a Carlos Iturgaiz. En el entorno del dirigente vasco, y como es habitual en todo lo que rodea al líder del PP, tampoco saben "nada" sobre las intenciones del gallego.

A la caza del PNV

Si algo en lo que no hay dudas en el partido es que Feijóo debe reactivar el PP en Cataluña y País Vasco para llegar a Moncloa, un desafío en el que fracasó su antecesor en el cargo. El líder gallego juega con una ventaja competitiva respecto a Pablo Casado, y es que su defensa por el "bilingüismo cordial"; su apuesta por la gestión por encima de otros debates territoriales; y su marcado perfil autonomista le hace ganar enteros entre el nacionalismo más moderado, un sector ante el que la partitura de Carlos Iturgaiz desafina.

En materia electoral, el PP tiene un doble desafío en la región: frenar la tendencia ascendente de Vox y taponar la hemorragia de electores conservadores hacia el PNV ante los raquíticos resultados de la marca popular, una fuga motivada por la estrategia del voto útil. El barómetro preelectoral de las autonómicas de 2016, publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), situó casi en el 30% la fuga de electores del PP al PNV. Según la citada encuesta, solo la mitad de los electores vascos que optaron por Mariano Rajoy en las generales de ese mismo año repitieron papeleta en País Vasco.

Foto: El presidente del PNV, Andoni Ortuzar. (EFE/Miguel Toña)

El hecho de que ese porcentaje se haya mantenido prácticamente inmóvil da cuenta de la debilidad intrínseca de las siglas populares en la región. El barómetro preelectoral de las elecciones de junio de 2020 desveló que solo el 48% de los votantes vascos del PP en las últimas generales de 2019 tenía claro que votaría por la coalición capitaneada por Carlos Iturgaiz. Entonces, la suma PP+Cs se dejó por el camino casi 60.000 votos.

A su llegada a Génova, Alberto Núñez Feijóo decretó que los asuntos orgánicos pasarían a un segundo plano en el PP. La inestable coyuntura económica e internacional centró toda la atención del nuevo jefe de la oposición, que aparcó temporalmente las tareas de organización interna heredadas de la anterior dirección. La celebración de los congresos regionales pendientes fue una de ellas. La tardanza de Génova para aprobar nuevas fechas desespera a territorios que irán a las urnas en mayo de 2023, pero el malestar ha llegado también a País Vasco, donde Feijóo ha decidido aplazar sin fecha el congreso autonómico que debería servir para reemplazar a Carlos Iturgaiz como candidato a lendakari. La dirección nacional prefiere atender primero otros fuegos y archiva uno de sus principales desafíos orgánicos en un territorio donde hace años que el PP predica en el desierto.

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