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Gobierno y PP escenifican su acercamiento negociando el apoyo al decreto poscovid
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MONCLOA PIDE APARCAR EL "MAQUILLAJE"

Gobierno y PP escenifican su acercamiento negociando el apoyo al decreto poscovid

El PP da por hecho su apoyo si hay una negociación real que pilotarán Illa y Pastor a lo largo de este miércoles. Casado busca recuperar el foco e influir con medidas y propuestas propias

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa, al fondo, y Ana Pastor (en primer plano), el pasado 18 de junio en el Congreso. (EFE)
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, al fondo, y Ana Pastor (en primer plano), el pasado 18 de junio en el Congreso. (EFE)

El Gobierno y el PP se disponen a iniciar un proceso de deshielo después de meses de desencuentros, reproches y escasísimas coincidencias en el Congreso de los Diputados. El llamado decreto ley de nueva normalidad, el que ya regula la vida poscovid en España y que se convalidará el jueves en la Cámara, está llamado a ser el punto de partida. Para ese cometido, los dos interlocutores son el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la extitular de la misma cartera Ana Pastor. Ambos han mantenido contactos durante la crisis del coronavirus y, especialmente, a raíz de la Comisión de Reconstrucción en su pata sanitaria.

La previsión es que a lo largo del miércoles ambos mantengan un encuentro para avanzar en el apoyo del PP al decreto. El propio Pablo Casado confirmó que le había encargado a la exministra pilotar esas conversaciones y que se producirían “cuanto antes”. Illa, sin embargo, comparecía en el Senado en la tarde del martes y todo indica que finalmente se darán cita este miércoles, justo un día antes de la votación.

Los populares llevan días inclinándose por dar apoyo al decreto —que luego deberá tramitarse como proyecto de ley si la Cámara vota que se introduzcan enmiendas— pero el líder del PP reconoció abiertamente ayer que su grupo podría dar el voto afirmativo al Gobierno. A cambio, el primer partido de la oposición quiere negociar con el Ejecutivo. Sentarse, hablar e influir en medidas y reformas sanitarias tras el destrozo que ha dejado la pandemia tras de sí, aunque sea en la tramitación posterior como proyecto de ley. Los votos del PP no son indispensables (porque el apoyo de Ciudadanos y PNV está amarrado) pero, indudablemente, su respaldo tiene un valor simbólico importante. Más si se tiene en cuenta la oposición frontal en las últimas dos prórrogas del estado de alarma (la cuarta fue ya una abstención a modo de aviso).

Foto: Pablo Casado junto a Ana Pastor en el Congreso de los Diputados. (EFE)

El Gobierno entiende que si el PP rechazaba de plano la continuidad del estado de alarma, no debería oponerse a la regulación de la nueva normalidad. Sin embargo, los populares recriminan al Ejecutivo la falta de diálogo y lo que consideran un empeño por dejar fuera de todo acuerdo posible a la segunda fuerza política. Casado insistía este martes en esa misma idea: “Estamos dispuestos a apoyar si se sientan y hablan con el PP”. En realidad, la propia ministra portavoz, María Jesús Montero, contestaba a esa afirmación que las conversaciones entre el Ejecutivo y el principal partido de la oposición son relativamente fluidas y que “hablan mucho más de lo que el PP quiere reconocer”.

La convalidación del decreto ley es este jueves y hay puntos de conexión, como la creación de un Centro Estatal de Salud Pública, previsto en 2011


En efecto, en el PP confirman que Illa y Pastor mantienen una interlocución directa, y el ministro ha trabajado el texto con los consejeros autonómicos de Sanidad, parte de los cuales proceden de las filas conservadoras, de ahí que Casado haya recibido presiones por parte de sus barones. En realidad, a la vista del contenido del decreto, muchas de las cuestiones planteadas por los populares aparecen reflejadas o podrían incorporarse. Un ejemplo es la reiterada petición de crear una agencia nacional que coordine el sistema sanitario con representantes permanentes de las distintas CCAA bajo un mando único estatal y que integre una unidad específica de pandemias. Precisamente, el ministro de Sanidad explicó hace días la posibilidad de crear un Centro Estatal de Salud Pública que encajaría en esa propuesta, y que a su vez era una previsión introducida en la Ley General de Salud Pública de 2011, aún bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.

Foto: María Jesús Montero y Teresa Ribera, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este 23 de junio. (Borja Puig | Moncloa) Opinión

"No tienen mucha salida"

Para el PP también es esencial avanzar en un plan B jurídico que permita, a través de la reforma de legislación ordinaria existente, preparar al país para futuros rebrotes y otras pandemias sin recurrir al estado de alarma. Casado fue muy insistente desde el primer momento y se negó a continuar apoyando la situación de excepcionalidad a partir de la cuarta prórroga, afirmando que la alarma ya no tenía sentido y que debía decaer. El Gobierno, gracias a acuerdos alternos con PNV y Ciudadanos, y ERC en algún caso, fue capaz de ir renovando la prolongación del estado de alarma, y siempre ha defendido que es el único instrumento constitucional, plenamente garantista, capaz de restringir algo tan básico y medular como un derecho fundamental, la libertad de circulación de los ciudadanos, recogida en el artículo 19 de la Carta Magna.

El PP quiere dar un empujón a la imagen de oposición constructiva que está en las negociaciones importantes que afectan al país

El PP coincidió en su no rotundo con Vox y solo ha respaldado al Gobierno en la iniciativa de la semana pasada sobre el ingreso mínimo vital. La cuestión es que los populares quieren recuperar el foco, especialmente ahora, en una negociación como la actual crucial para la vida poscovid y que termina finalmente con la alarma a la que llevan semanas oponiéndose. A diferencia del partido de ultraderecha que dirige Santiago Abascal, que ya ha dejado claro que no respaldará el decreto este jueves, el PP continúa en su posición de partido de Estado y quiere dar un empujón a la imagen de oposición constructiva que está en las negociaciones importantes que afectan al país.

Casado: "Estamos dispuestos a apoyar el decreto de nueva normalidad si el Gobierno se sienta con el PP"

En ese sentido, y con un grupo como Ciudadanos —que se ha hecho un hueco importante con solo 10 diputados— los populares son partidarios de abrir una ventana de interlocución más directa con el Gobierno y podrían seguir alcanzado acuerdos de envergadura.

"No tienen mucha salida", señala un miembro del Ejecutivo muy cercano a Pedro Sánchez. La Moncloa cree que Casado, pues, no tiene mucha alternativa ahora mismo, ya que además no se entendería que en una cuestión como la emergencia sanitaria no se acercara al presidente. En Ferraz apuntan que ha sido clave la presión ejercida por los barones del PP y también la constatación de que el bipartito de PSOE y Unidas Podemos no caerá y se mantendrá en pie, por lo que le conviene matizar su perfil de oposición y marcar un perfil distinto al de Vox. También ven con buenos ojos que Casado haya elegido a Pastor de comisionada, pues representa el talante más moderado del partido, una de las personas, de hecho, más cercanas al expresidente Mariano Rajoy.

Foto: María Jesús Montero y Teresa Ribera, este 23 de junio tras el Consejo de Ministros. (EFE)

"Lo imposible por la unidad"

No obstante, las esperanzas son cortas. En el Grupo Socialista ponían un ejemplo reciente: con la proposición no de ley que planteó el PP para auditar la cifra de muertos del covid-19, la cúpula intentó un acercamiento, explorar las vías de acuerdo. "Y nos encontramos con que se autoenmendaron y endurecieron el texto", indica una fuente conocedora de las conversaciones. "Es verdad que una cosa son los fallecidos y otra es el decreto de nueva normalidad, pero indicativos de giro total no hay", añade.

En el PSOE ven con buenos ojos que la interlocutora sea Ferraz, pero advierten de que Casado se viste ahora de moderado por la cercanía con el 12-J

Esto explica la reacción también de la portavoz del Ejecutivo este martes. Aunque Montero insistió en que el Gobierno no tiene problema en negociar con los populares, porque la mano siempre ha estado "tendida", sí se malicia que ese gesto no sea honesto. La ministra de Hacienda fue muy insistente, durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Gabinete, que teme que la disposición de Casado sea puro "maquillaje político" de cara a la campaña electoral en Euskadi y Galicia. "Para poder proponer acuerdos o tender la mano hay que ser creíbles, no se puede proponer un día un acuerdo y al otro achacar al Gobierno falsedades", señaló. O sea, no se puede proponer pactos los martes y optar por el "frentismo absoluto" los miércoles en las sesiones de control en el Congreso.

El Gobierno teme que petición del PP de negociar es "maquillaje" electoral

Cuando se preguntó al Gobierno qué está haciendo para buscar ese entendimiento, Montero respondió tajante: "Lo imposible". El Ejecutivo presume, por tanto, de haber perseguido esa "unidad" de las fuerzas políticas desde que estalló la pandemia, y lo va a seguir haciendo. La mano seguirá "tendida a todas las formaciones que quieran participar". "Ojalá abandonen el seguidismo de la ultraderecha y la competición por el insulto y la noticia falsa". En definitiva, concluyó la portavoz, lo que espera el Gobierno del PP es "una línea de continuidad", no un acercamiento que juzgan impostado y obligado por la cercanía del 12-J.

El Gobierno se muestra muy contundente contra el PP por "hablar mal de España" en Europa: es "gravísimo e inadmisible", dice la portavoz

Pero ya antes de las preguntas la ministra de Hacienda fue muy contundente en sus mensajes hacia el PP, por estar "hablando mal de España" fuera del país, obstaculizando la llegada de ayudas de la UE. De ahí que volviera a requerir "lealtad y unidad" para afrontar la negociación en Europa y afrontar la reconstrucción social y económica. "Vuelvo a solicitar al PP que defienda a España en Europa, que lo haga de forma leal, sin dobleces o buscando ajustar cuentas con el Gobierno", exigió.

Foto: El ministro de Sanidad, Salvador Illa, en su comparecencia ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. En primer término, la diputada del PP Ana Pastor. (EFE)

El Gobierno ve "gravísimo" e "inadmisible" que los populares hablen de "condiciones financieras" a las ayudas que pueda recibir España y que jueguen "contra los intereses" del país. Justo antes de un crucial Consejo Europeo de mediados de julio. Sánchez ya se dirigió al PP el sábado pasado para que apoye la posición del Gobierno y convenza a los socios de su familia política en la UE. Ahora se abre una mínima puerta al diálogo, pero la desconfianza es mutua.

El Gobierno y el PP se disponen a iniciar un proceso de deshielo después de meses de desencuentros, reproches y escasísimas coincidencias en el Congreso de los Diputados. El llamado decreto ley de nueva normalidad, el que ya regula la vida poscovid en España y que se convalidará el jueves en la Cámara, está llamado a ser el punto de partida. Para ese cometido, los dos interlocutores son el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la extitular de la misma cartera Ana Pastor. Ambos han mantenido contactos durante la crisis del coronavirus y, especialmente, a raíz de la Comisión de Reconstrucción en su pata sanitaria.

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