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El extraño caso del euríbor: por qué sube el doble que los tipos de interés
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El extraño caso del euríbor: por qué sube el doble que los tipos de interés

Los mercados marcan el camino al BCE. El euríbor a 12 meses ha subido en lo que va de año el doble de lo que lo ha hecho el tipo de interés oficial. Nada indica que vaya a cambiar la tendencia

Foto: Firma de una hipoteca. (iStock)
Firma de una hipoteca. (iStock)
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Cuando el pasado mes de junio el Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI, por sus siglas en inglés) lanzó la segunda revisión anual del tipo de interés más utilizado en las operaciones hipotecarias, el euríbor, explicó que buscaba que el nuevo índice siguiera siendo “sólido, resistente y representativo”. El tiempo dirá si ha logrado el objetivo. Pero lo que es seguro es que el euríbor a un año ha sufrido en los últimos nueve meses los mayores vaivenes de su corta historia. Hasta el punto de que ha crecido prácticamente el doble de lo que lo han hecho los tipos de interés oficiales.

El euríbor a 12 meses, en concreto, comenzó el año en el -0,501% (media mensual de diciembre de 2021), pero este lunes cerró en el 2,075%. Es decir, un incremento en menos de tres trimestres equivalente a 2,576 puntos porcentuales. ¿Qué ha sucedido con los tipos de interés oficiales? El año comenzó, como se sabe, y en el marco de la política monetaria ultraexpansiva propiciada por el BCE desde hace una decena de años, en el 0,0%, que fue el tipo de las llamadas operaciones principales de financiación. Desde el pasado 8 de septiembre, esa misma referencia se ha situado en el 1,25%. Es decir, el incremento en el mismo periodo de tiempo respecto del euríbor a un año ha sido justamente la mitad.

Foto: Firma de un préstamo hipotecario. (iStock)

Es evidente, sin embargo, que no se puede hacer una comparación mecánica entre ambas referencias. Obviamente, porque los plazos y sus características son diferentes. Pero, sobre todo, porque lo que mueve a los bancos que intervienen en el interbancario son sus expectativas de tipos de interés, que no tienen por qué coincidir con las que tiene el Consejo de Gobierno del BCE. Y aquí puede estar la disfunción entre ambas referencias, aunque con un coste cierto para los endeudados.

Los bancos apuestan por que el banco central situará los tipos oficiales por encima del 2% en el corto plazo, y eso se traslada a la pendiente de la curva de tipos (que refleja los diferentes plazos), que está claramente empinada en Europa, desde luego más que en EEUU.

A corto, medio y largo plazo

Esto es así porque, mientras que el Banco Central Europeo actúa sobre los tipos a corto con su política monetaria, el mercado interbancario, que es el que fija la evolución del euríbor, actúa a corto, medio y largo plazo. Así, el euríbor a tres meses ha pasado del 0,572% al 0,988%. Un incremento, por lo tanto, de 0,416 puntos porcentuales, muy lejos del 2,576% que ha subido el euríbor a un año. ¿Qué ha sucedido con el euríbor a seis meses? Algo muy parecido. Ha pasado en el mismo periodo del 0,546% al 1,494%. Es decir, un incremento de 0,948 puntos porcentuales. Esto es, cerca de la tercera parte de lo que lo ha hecho en el plazo de un año. En definitiva, la diferencia entre el tipo oficial y el de mercado (que fijan los bancos) se ha ido ensanchando.

La distancia es, sin duda, significativa. Sobre todo, teniendo en cuenta su influencia sobre la economía real, ya que los hogares (también las empresas) deben destinar una parte relevante de su renta disponible a pagar la hipoteca, que normalmente es la principal inversión a lo largo de la vida. Lo que es una incógnita es si esa percepción que tiene hoy el mercado (sus expectativas) sobre lo que hará el BCE será la correcta, pero su impacto sobre las economías domésticas es ya una realidad. Los tipos de las letras a un año, por ejemplo, en el caso español, han subido desde que comenzó el año 200 puntos básicos, casi el doble que el tipo oficial, lo que, según los analistas, es coherente con las expectativas de tipos.

La enorme relevancia del euríbor sobre el sistema económico —que se calcula diariamente— contrasta, sin embargo, con el escaso número de entidades que influyen en su evolución. En total, 18 bancos de ocho países de la eurozona (se incluye al británico Barclays), de los que cuatro son españoles: BBVA, Santander, Cecabank y CaixaBank. Estos bancos, que funcionan como un ‘pool’, utilizan el mercado interbancario para financiarse entre sí sin colaterales (sin ofrecer garantías), y son ellos quienes fijan el precio del dinero para millones y millones de familias. En las operaciones, incorporan una especie de prima de riesgo que refleja factores como la posibilidad de impago (el riesgo que se contrae al prestar a otros bancos), el volumen de liquidez del sistema financiero y, por supuesto, la incertidumbre que genera la política monetaria diseñada por el BCE.

Foto: Foto: EFE/Luis Tejido.

Es decir, como sucede más o menos en el 'pool' eléctrico, se trata de un precio que se fija en el mercado mayorista en función de las expectativas de tipos de interés que tienen esas 18 entidades financieras, las más grandes, y que no necesariamente coinciden con las que procura construir el BCE con su estrategia monetaria. La utilidad del mercado interbancario para el BCE es que, con la información que extrae de su funcionamiento, los bancos centrales pueden conocer cómo está funcionando la transmisión de la política monetaria. Es decir, si llega el crédito a los agentes económicos.

Un sistema híbrido

Para evitar que se pueda manipular el tipo de interés, como sucedió en el pasado, el euríbor es calculado por el Instituto Europeo de Mercados Monetarios mediante un sistema híbrido basado en operaciones reales, aunque, en el caso de no tener suficiente información, como sucedió en el pasado, cuando dejó de ser representativo por las escasas operaciones que se realizaban, utiliza datos históricos, además de la opinión de algunos expertos. Por eso, se denomina un sistema híbrido.

Se trata, por lo tanto, de un indicador parcialmente construido cuando las operaciones en el interbancario no son suficientemente representativas. Lo que explica que el próximo 3 de octubre vaya a entrar una nueva revisión de su metodología que el propio instituto califica como de “ajustes leves”. El objetivo es evitar la volatilidad, que es, precisamente, lo que está sucediendo con sacudidas que no se conocían desde el lanzamiento del euro, hace casi 23 años.

Esas sacudidas son a veces incoherentes o pueden ser adulteradas, de ahí que la Comisión Europea sancionara en su día a JP Morgan, Crédit Agricole y HSBC con 485 millones de euros por haber colaborado durante años en manipular el tipo de referencia de las hipotecas. El castigo se añade a la multa de 1.490 millones de euros que afectó en 2013 a siete entidades financieras por formar un cártel y manipular el mercado de derivados sobre tipos de interés —UBS, RBS, Deutsche Bank, JP Morgan, Citigroup, Société Générale y RP Martin—. El británico Barclays fue indultado por revelar la existencia del cártel y así evitó una multa de alrededor de 690 millones de euros por su participación en la infracción.

Cuando el pasado mes de junio el Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI, por sus siglas en inglés) lanzó la segunda revisión anual del tipo de interés más utilizado en las operaciones hipotecarias, el euríbor, explicó que buscaba que el nuevo índice siguiera siendo “sólido, resistente y representativo”. El tiempo dirá si ha logrado el objetivo. Pero lo que es seguro es que el euríbor a un año ha sufrido en los últimos nueve meses los mayores vaivenes de su corta historia. Hasta el punto de que ha crecido prácticamente el doble de lo que lo han hecho los tipos de interés oficiales.

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