Rubiales se fue, pero dejó una bomba: su testaferro no puede convocar las elecciones cuatrienales

Con más de dos meses de retraso, la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, firmó el pasado jueves la orden que regulará los procesos electorales de las federaciones deportivas españolas. Este sábado pasado, el cambio fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La demora viene, en parte, por los más de 1.000 folios con alegaciones que fueron presentados después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) hiciera público el proyecto en octubre.

En el caso de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), esta orden urgía, pues desde la dimisión de Luis Rubiales, en septiembre del año pasado, está dirigida por una comisión gestora presidida por Pedro Rocha. Actualmente, Rocha está denunciado por no convocar elecciones, tal y como exigen sus estatutos, y la RFEF está manejada en la sombra por Tomás González Cueto, cerebro jurídico del rubialismo, cuyo bufete, G&C Legal, solo durante los dos primeros años de mandato, incrementó sus ingresos un 197%.

Rocha, testaferro del mencionado Rubiales, pues no en vano fue su escogido para quedarse al frente de la comisión gestora de la RFEF, encontró en el dimitido Víctor Francos, el antecesor de José Manuel Rodríguez Uribes en la presidencia del CSD, al aliado perfecto para no convocar elecciones en 2023 y esperar a 2024. Y todo ello, con la aquiescencia del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), al que el mencionado Cueto también tiene llegada, especialmente a través del sobrino de su socio, Ramón Caravaca, y conoce bien tras haber formado parte de él.

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Sin embargo, tal y como apuntan expertos juristas, la comisión gestora que preside Rocha y que fue formada de manera irregular, lo cual debería haber sido motivo para que el TAD le abriera expediente, no es la que regula la nueva orden ministerial, pues debe ser elegida. Además de que, según el artículo 11 de la citada orden, referente a la Convocatoria de elecciones, en el punto 1 se deja claro que "la convocatoria de elecciones corresponde realizarla a la persona que ostenta la presidencia de la federación o a la junta directiva, según dispongan los respectivos Estatutos".

Es decir, que ahora mismo Pedro Rocha no está legitimado para convocar las elecciones cuatrienales. Tal y como denunció Miguel Galán, debería haber convocado unas elecciones parciales a la presidencia, algo que, evidentemente, en las fechas en las que nos encontramos, suena rocambolesco, ¿pero acaso no lo ha sido todo lo sucedido y consentido mientras Rubiales estaba al frente de la RFEF?

Rocha gana tiempo... y el sueldo de Rubiales

Hasta el momento, después de ejecutar únicamente cuatro despidos para disimular, el extremeño se ha dedicado a ganar tiempo y preparar desde dentro su candidatura. Además de embolsarse los 60.000 euros mensuales de sueldo que cobraba Rubiales, tal y como se aprobó en la asamblea celebrada el 21 de diciembre, con la presencia de tan solo 73 de los 139 asambleístas, de ahí la cantidad de invitados, la mayoría de ellos los mismos que aplaudieron al inhabilitado expresidente.

Por más que, desde su entorno —no en vano también heredado de Rubi— se asegure que el extremeño es el primero que quiere elecciones lo antes posible, lo cierto es que, dando por hecho que el Gobierno le va a consentir convocarlas a él, su inconfeso objetivo es llevarlas a después de los Juegos Olímpicos de París. Es decir, a septiembre, cuando se cumpliría un año de la dimisión de Rubiales, a quien, por cierto, el pasado viernes la FIFA confirmó la inhabilitación por tres años.

Una vez que el texto definitivo de la orden ministerial fue publicado en el BOE y reemplaza a la hasta ahora vigente, la RFEF deberá adaptar su reglamento electoral, lo cual también llevará un tiempo. Entre alegaciones, recursos y convocatoria de los órganos que tienen que aprobarlo, en última instancia la Comisión Directiva del CSD, este proceso previo puede durar, en el caso de haber buena voluntad, cerca de mes y medio, teniendo en cuenta que el plazo máximo de adaptación de los reglamentos electorales es de tres, a partir de la entrada en vigor de la orden ministerial. Un dato: el último calendario electoral de la RFEF se alargó precisamente tres meses.

La Eurocopa empieza el 14 de junio

De esta forma, y teniendo en cuenta que la Eurocopa de Alemania empieza el 14 de junio en Múnich y acaba el 14 de julio en Berlín, es decir, un mes inhábil para elegir al nuevo presidente de la RFEF, si nada cambia, las elecciones podrían celebrarse a pocas semanas de la celebración de esta competición. No hay que remontarse mucho en el tiempo para recordar lo que sucedió en 2018, cuando Rubiales llegó a la presidencia justo antes del Mundial de Rusia, tras imponerse a Juan Luis Larrea.

Como explica Rafa Fernández, "Rubiales entró como un elefante en una cacharrería para meter a los suyos y cargarse todo el trabajo y estructura previa, en lugar de esperar a hacerlo después del Mundial. El ridículo en territorio ruso lo vivimos todos y lo sufrió especialmente el seleccionador, Julen Lopetegui, destituido a 48 horas del debut de España". ¿Se repetirá la historia en caso de presentarse y salir elegida una candidatura que no sea la continuista de Rocha?

Claro que, por otro lado, como comenta el mismo periodista de Onda Cero, "sería otro ridículo mundial que tengamos una gestora presuntamente irregular gobernando la RFEF durante un año, con el Mundial 2030 a la vista". En este sentido, sobra decir que Marruecos sigue ganando terreno, pues al misterioso sometimiento al rey Mohamed VI por parte de Pedro Sánchez, se une que el presidente de su federación, Fouzi Lekjaa, no solo forma parte del Consejo de la FIFA y es segundo vicepresidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), sino que ya se ha erigido en jefe del comité organizador.

Siguen la mayoría de los 'salobreños'

Basta con comprobar quiénes siguen en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, empezando por Cueto, pero siguiendo por los salobreños: Pedro González Segura, Antonio Gómez Reino, Chema Timón, Rubén Rivera, Alfredo Olivares y Jorge Mowinckel, para comprobar que el rubialismo sigue sin Rubiales, hasta el punto de que no se da por descartado que el inhabilitado expresidente pretenda volver una vez cumpla el tiempo en el que no puede hacerlo.

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Y es que, como ha sucedido desde los tiempos de Ángel María Villar, por mucho que en la RFEF les quede el recurso de acusar al Gobierno de injerencias, tanto en el caso de Rubiales, hasta el bochornoso espectáculo de la final del Mundial femenino, como cuando su testaferro Rocha se puso al frente de la comisión gestora y le consintieron no convocar elecciones, da la sensación que desde Moncloa siguen protegiendo a Rubiales.

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