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Por qué Sánchez no cede Deporte a Sumar y se lo confía a la también portavoz de su Gobierno
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ICETA ES FULMINADO Y FRANCOS SOBREVIVE

Por qué Sánchez no cede Deporte a Sumar y se lo confía a la también portavoz de su Gobierno

El presidente del Gobierno concede Cultura a Yolanda Díaz, pero deja Deporte junto a Educación y en manos de Pilar Alegría, para poder controlar el Mundial de Marruecos 2030

Foto: Pilar Alegría y Yolanda Díaz, en un desayuno informativo. (EFE/Zipi)
Pilar Alegría y Yolanda Díaz, en un desayuno informativo. (EFE/Zipi)

"Ministro, no nos quite un Mundial, que cuesta mucho ganarlo". Esta fue la irónica respuesta que un deportista dio a Miquel Iceta, cuando el entonces todavía ministro de Cultura y Deporte animó a la Selección española de baloncesto tras su eliminación en los cuartos de final de los Juegos de Tokio y escribió en su cuenta de Twitter que había sido una vez campeona del mundo, cuando en realidad lo fue en dos ocasiones, en 2006 y en 2019.

Sirva esta anécdota para ilustrar algo que sistemáticamente sucede con el nombramiento del máximo responsable del Deporte español, que primero compartió cartera con Educación y Cultura, luego con solo Cultura y ahora lo hará de nuevo con Educación. Es decir, siempre en un segundo plano para el encargado de gestionarlo, por más que esté el Consejo Superior de Deportes (CSD), donde últimamente tampoco puede decirse que ha tenido al frente a expertos en la materia.

Además de desconocer lo que tiene entre manos, al ministro de turno da la sensación de que es algo que tampoco le importa, tal y como demostró el mencionado Iceta al confesar públicamente que "soy más de cultura, pero estoy descubriendo un mundo nuevo en el deporte en el que también hay muy buenas vibraciones" y presumiera de que "mi tío abuelo fue futbolista, seleccionador español, jugaba a pelota vasca, ganó una medalla olímpica… Debía de ser un crack".

Foto: Pedro Rocha, en el acto celebrado en Rabat. (EFE/Jalal Morchidi)

Sabido era que una de las peticiones que Yolanda Díaz haría a Pedro Sánchez en las negociaciones entre PSOE y Sumar para formar el nuevo Gobierno de coalición iba a ser el Ministerio de Cultura y Deporte, aunque el presidente solo le ha concedido la mitad. Ernest Urtasun, eurodiputado de Catalunya en Comú y portavoz del partido de Díaz, sustituirá a Iceta al frente de Cultura. Sin embargo, Deporte pasa a depender de la ministra de Educación y ahora también portavoz del Gobierno. Es decir, directamente de la Moncloa, en realidad, lo que ha sucedido durante los últimos años, como quedó patente con la protección a Rubiales, hasta que él solo se inmoló.

Pilar Alegría, la cuarta mujer en el cargo

Sánchez ha confiado en Pilar Alegría (Zaragoza, 1977) para que, además de seguir al frente del Ministerio de Educación y Formación Profesional, se haga cargo de Deporte. De la aragonesa, vigésima ministra de esta materia en la historia de la democracia y cuarta mujer junto a Esperanza Aguirre, Pilar del Castillo, María Jesús San Segundo y Mercedes Cabrera, se ha destacado que es aficionada al frontón o al pádel, lo cual es como no decir nada.

Si a esto le sumamos la mencionada portavocía, un papel de máxima importancia para este Gobierno que tanto cuida el llamado relato, parece evidente que será el propio presidente quien esté muy encima del deporte. Y he aquí una de las claves para no habérselo cedido a Sumar: la designación de España como organizador del Mundial 2030 de fútbol, junto a Portugal y, lo más importante para él, Marruecos, además de las testimoniales Uruguay, Argentina y Paraguay.

placeholder Pedro Sánchez, con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en Nueva York. (EFE)
Pedro Sánchez, con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en Nueva York. (EFE)

En este sentido, basta con pararse a observar cómo se vendió la reunión que Sánchez tuvo en Nueva York con Gianni Infantino, hasta el punto de ver una causa-efecto en el hecho de que una semana después la FIFA comunicara por sorpresa su decisión sobre qué países organizarán el Mundial 2030. La verdad es que no tiene mucho sentido, salvo por el hecho de que, una vez más, se puso de manifiesto la debilidad del entonces presidente del Gobierno en funciones y ahora ya electo, con respecto a Marruecos.

Sin duda, el país norteafricano es el que más reforzado ha salido, algo que el presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF), Fouzi Lekjaa, se ha encargado de hacer patente, aprovechándose también del enorme daño reputacional que Rubiales ha hecho al fútbol español, cuya Federación no se sabe aún quién va a dirigir, pues Pedro Rocha, testaferro del inhabilitado expresidente, está simplemente al frente de una comisión gestora.

La fuerza de Marruecos y la mano de Florentino

De momento, Lekjaa, íntimo amigo de Infantino, además de miembro del comité ejecutivo de la FIFA, se llevó a Rabat la firma de la que inicialmente fue la Candidatura Ibérica, mientras que ya ha dejado caer lo mucho que le gustaría que la final se disputara en Casablanca, donde Mohamed VI construirá un estadio con capacidad para 115.000 aficionados. Así, hemos pasado de ver cómo Rubiales filtraba que tanto el partido inaugural como la final se jugarían en el Santiago Bernabéu a que el presidente del Real Madrid no se atreviera a responder a la pregunta de un socio del club blanco sobre si pensaba pedir la final del Mundial 2030.

Y hablando de Florentino Pérez, resulta llamativo que en medios nada afines al Gobierno, aunque sí estrechamente vinculados al presidente del Real Madrid, se diga que el hasta ahora secretario para el Deporte, Víctor Francos, seguirá en el cargo "debido a su buen desempeño durante estos meses y después de haber tenido que lidiar con situaciones tan complicadas como el caso Rubiales". Como ya está contado, el sucesor de José Manuel Franco al frente del CSD cuenta con el respaldo de Florentino, algo que este no disimuló en su toma de posesión.

placeholder El presidente del COE, Alejandro Blanco, saluda al del CSD, Víctor Francos. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
El presidente del COE, Alejandro Blanco, saluda al del CSD, Víctor Francos. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

La vieja aspiración de Alejandro Blanco

Tras su regreso de compartir cartera con Cultura a volver a hacerlo con Educación, lo que está claro es que el deporte español deberá seguir esperando al menos cuatro años más —suponiendo, claro está, que Sánchez termine una legislatura que se vislumbra complicada— para disponer de un ministerio exclusivo. Una vieja aspiración para la que el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco, siempre ha ofrecido una alternativa, como es replicar el modelo de Italia, donde el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) desempeña las funciones del CSD.

"En los países desarrollados, la política deportiva la lleva el comité olímpico del país, por una razón sencilla, y es que normalmente hay menos cambios en el movimiento deportivo que en el político", sostiene el mencionado Blanco, quien ha llegado a decir que "las estructuras deportivas de España están como en los tiempos de Franco". Y, sí, ya es casualidad, pero lo dos últimos secretarios de Estado para el Deporte han sido José Manuel Franco y Víctor Francos, quien también hubiera tenido su cosa que cayera un 20 de noviembre...

El presidente del COE guarda una estrecha relación con Pedro Sánchez por motivos que en este diario explicamos en su momento y tanto incomodan a Blanco. Aunque quizás Alejandro no tiene la suficiente confianza como para que, según su criterio, el presidente del Gobierno se haya animado a convertir España en un país desarrollado, entregándole a él las competencias que después del fugaz Máximo Huerta, el difunto José Guirao, José Manuel Rodríguez Uribes y Miquel Iceta, ahora ha depositado en Pilar Alegría.

Foto: Florentino Pérez habla con Víctor Francos. (EFE/Sergio Pérez)

Quién sabe si más allá de decisiones estrictamente políticas o personales de Sánchez, el cambio de Cultura por Educación quizá también tiene algo que ver con el daño moral, reputacional y estructural que el caso Rubiales ha causado al fútbol y, por extensión, al deporte español. Si algo le faltó al inhabilitado presidente de la RFEF fue educación para saber comportarse en público. Aunque peor aún fue todo lo que se denunció que hacía en privado, mientras en la Moncloa, como le gustaba decir a José Manuel Franco, miraban para otro lado.

Esto es algo que, y algún día se sabrá por qué, parece evidente que Sánchez no puede permitirse hacer con, digámoslo claramente, el Mundial de Marruecos 2030 que también organizará España. De ahí que, y más después de lo del Sáhara, no lo haya dejado en manos de Sumar.

"Ministro, no nos quite un Mundial, que cuesta mucho ganarlo". Esta fue la irónica respuesta que un deportista dio a Miquel Iceta, cuando el entonces todavía ministro de Cultura y Deporte animó a la Selección española de baloncesto tras su eliminación en los cuartos de final de los Juegos de Tokio y escribió en su cuenta de Twitter que había sido una vez campeona del mundo, cuando en realidad lo fue en dos ocasiones, en 2006 y en 2019.

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