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Así llegó el Mundial 2030 a España: a pesar de Rubiales y con Sánchez tirando de chequera
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EL POSTUREO CON KIEV Y LA SOMBRA MARROQUÍ

Así llegó el Mundial 2030 a España: a pesar de Rubiales y con Sánchez tirando de chequera

La FIFA disocia el bochorno del expresidente de la RFEF y su nefasta gestión, tapada por un Gobierno que dio 7,5 millones a una candidatura que todavía no se sabía ni quién la formaba

Foto: Pedro Sánchez, entre Infantino y Rubiales. (EFE/Ian Langsdon)
Pedro Sánchez, entre Infantino y Rubiales. (EFE/Ian Langsdon)

Con la excusa de conmemorar el centenario de la Copa del Mundo y anunciándolo muchos meses antes de lo que estaba previsto, el Consejo de la FIFA hizo oficial este miércoles que "el Mundial de 2030 se disputará en tres continentes África, Europa y Suramérica— y seis países Argentina, Marruecos, Paraguay, Portugal, España y Uruguay—". "Invitando al mundo entero a unirse a la celebración", se añadía en el comunicado, por si la broma no había sido suficiente después de que ya en el de 2026 vayan a participar 48 selecciones. Otro ejemplo más de lo poco que le importa a la FIFA el fútbol, los futbolistas y los aficionados.

Se trata sin duda de una decisión salomónica de su presidente, Gianni Infantino, para intentar quedar bien con todos —menos con Chile, el único que se ha quedado fuera— y, de paso, despejar el camino a Arabia Saudí a organizar el Mundial de 2034. Aunque en España se recibiera como una gran noticia, que sin duda lo es, más después del bochornoso caso Rubiales, la FIFA mató dos pájaros de un tiro al vender que la candidatura que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) comparte con la portuguesa y la marroquí es la única para albergar la Copa Mundial de 2030, si bien el partido inaugural y dos más se disputarán en tres países sudamericanos.

Foto: Pedro Sánchez, junto a Gianni Infantino, en Moncloa. (EFE/Fernando Calvo)

La llegada del Mundial 2030 a España puede contarse en siete momentos:

1. La idea inicial no fue de Luis, sino de Juan Rubiales, tío y exjefe de Gabinete del expresidente de la RFEF al poco de llegar a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Desde el primer momento se incluyó a Portugal, de ahí que se le denominara Candidatura Ibérica, aunque ya entonces se pensó también en Marruecos, pues había que limar las asperezas por no apoyar su candidatura a organizar el Mundial 2026. En la votación celebrada en Moscú, en la que salió elegida la formada por Canadá, Estados Unido y México, Rubiales se abstuvo. Algo que solo Cuba y la Eslovenia de su amigo Ceferin, presidente de la UEFA, hicieron, de ahí el enfado de los marroquís.

2. La primera vez que la idea de volver a traer la Copa del Mundo de fútbol a España salió a la luz fue el 12 de septiembre de 2018, tras la reunión que Pedro Sánchez mantuvo en la Moncloa con el presidente de la FIFA y Luis Rubiales. Ya entonces se habló de que había dos posibilidades para organizar el Mundial: una candidatura única, es decir, como en el histórico de 1982, y otra compartida con los mencionados Portugal y Marruecos, si bien en la RFEF tenían muchas reticencias con el segundo compañero de viaje tras la mala experiencia vivida en la Supercopa de España disputada en Tánger ese verano.

Foto: Pedro Sánchez posa junto a Infantino tras el escándalo de Rubiales. (EFE/La Moncloa)

3. Dos meses después, el presidente del Gobierno visitó a Mohamed VI e invitó a Marruecos a unirse a la candidatura de España y Portugal. "El fútbol como nexo entre Europa y África", anunció Sánchez. En un primer momento, la RFEF se desmarcó, algo que, tal y como desveló este diario, el presidente del Gobierno reprochó a Rubiales vía WhatsApp. "A mí tanto tú como Infantino me propusisteis una idea que yo aplaudí. Arranco el compromiso oficioso de Portugal y Marruecos y ahora la RFEF dice que no sabe nada. En fin, que me lo expliquen. Haced lo que queráis", escribió Sánchez.

placeholder Pedro Sánchez con Mohamed VI, rey de Marruecos, en Rabat. (EFE/Mariscal)
Pedro Sánchez con Mohamed VI, rey de Marruecos, en Rabat. (EFE/Mariscal)

4. Al igual que al presidente del Comité Olímpico Español (COE), su "hermano" Alejandro Blanco, a Rubiales le gustaba puentear, no solo al secretario de Estado, sino al ministro, de ahí que contactara con el presidente del Gobierno para solicitarle una reunión en la Moncloa. "Te prometo que solo serán 15 minutos", le dijo, con la excusa de cerrar los detalles de la presentación oficial de la candidatura con Portugal. Sánchez le remitió al difunto ministro Jose Guirao, del que Rubiales tenía grabaciones, y lo interpretó como una humillación. "Gracias, presidente. Si no puede ser, no te preocupes. Dejamos de lado el Mundial", le contestó en tono amenazante.

5. En octubre de 2022 se produjo un giro tan inesperado como esperpéntico. Las federaciones española y portuguesa anunciaron la incorporación a la Candidatura Ibérica de la Asociación Ucraniana de Fútbol (UAF). "La propuesta cuenta con el apoyo incondicional de UEFA en un proyecto global y transformador del fútbol europeo en una situación excepcional", explicaron sus ideólogos mientras Sánchez se unía al show. "España y Portugal estamos preparados para albergar, junto a Ucrania, el Mundial en 2030. Un campeonato por la paz. Lo mejor del deporte y los mejores valores de Europa", comentó, sin hacer mención alguna a Marruecos.

Foto: Vista aérea de La Rosaleda y la ciudad de Málaga. (EFE/Jorge Zapata)

6. No fue hasta marzo de este mismo año cuando Marruecos anunció que se sumaba a la candidatura de España y Portugal para organizar el Mundial de 2030. "Esta decisión sitúa a la candidatura conjunta en unas condiciones más óptimas de poder ganar esta carrera", dijo entonces Pedro Sánchez, quien, como puede comprobarse, fue amoldando su discurso a las circunstancias, mientras la gestión de Rubiales al frente de la RFEF no podía ser más nefasta y cada dos por tres el CSD recibía denuncias por unas presuntas irregularidades que sí están en la Justicia ordinaria, pero nunca llegaron al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD).

placeholder Pedro Sánchez y Luis Rubiales durante un partido de España en el Mundial de Rusia. (EFE)
Pedro Sánchez y Luis Rubiales durante un partido de España en el Mundial de Rusia. (EFE)

7. Y así llegamos a este miércoles, cuando la FIFA sorprendió no solo adelantando su decisión, sino el comentado nuevo formato que definitivamente acaba con lo que hasta ahora había sido un Mundial. "Se ha tenido que hacer bastante diplomacia y explicar fuera que el fútbol español, por suerte, no era solo la imagen de estas últimas semanas", señaló al conocerse la noticia el secretario de Estado para el Deporte, Víctor Francos, el gran protector de Rubiales, a quien, sin embargo, intentó inhabilitar sin éxito cuando el monstruo que su Gobierno creó los dejó en evidencia con su bochornoso comportamiento tras la final del Mundial femenino.

¿Dónde están los 7,5 millones para la candidatura?

Además de este camino de contradicciones y medias verdades —muchas veces peores que las mentiras— hasta lograr la organización del Mundial 2030, tampoco está de más recordar que, el 22 de diciembre del año pasado, el Consejo de Ministros aprobó la concesión de 7,5 millones de euros a la RFEF para "impulsar la candidatura de España al Mundial de fútbol de 2030". Una ayuda ya entregada y que no tenía ningún sentido, pues, como ha podido comprobarse, aún no estaba claro ni qué otros países iban a integrar la candidatura y tampoco se conocían las bases de la FIFA para organizar la Copa del Mundo.

Tal y como adelantó Rafa Fernández en Onda Cero, de esos 7,5 millones que la RFEF recibió de subvención, solo se presupuestó uno para lo que denominaron “gastos propios de la candidatura”, junto a la participación en congresos para difundir el proyecto. De esta forma, 6,5 fueron para una primera fase de inversiones en la mejora de los campos de entrenamiento de la Selección, así como centros de entrenamiento autonómicos. Es decir, para tener contentos a los presidentes de las territoriales con vistas a las elecciones que entonces estaban a un año vista.

Foto: Rubiales, junto a su homólogo ucraniano, Andry Pavelko. (EPA/Martial Trezzini) Opinión

Lo cierto es que Luis Rubiales solicitó 15 millones, aunque el hecho de que la FIFA no obligue a realizar ninguna inversión hasta que concede la sede le parecería excesivo a su "amigo" Pedro Sánchez. "La subvención financiará actividades de difusión de la candidatura tanto en España como en otros países, el establecimiento de una oficina técnica de coordinación y el desarrollo de infraestructuras para la preparación y desarrollo de la candidatura a la Copa Mundial de la FIFA de 2030 en España, Portugal y Ucrania", informó el Consejo Superior de Deportes (CSD).

Sí, Ucrania y no Marruecos, pues, como ya hemos recordado, en aquel momento la inicialmente llamada Candidatura Ibérica se amplió con el país invadido por Rusia, pero no había noticias del norteafricano que finalmente no solo está, sino que incluso se postula para albergar la final, algo difícilmente creíble estando por medio Florentino Pérez y su flamante nuevo Santiago Bernabéu. Eso sí, del famoso Estadio Nacional, ni rastro, y sin olvidar que Pedro Sánchez tiró de chequera para alimentar el clientelismo de Rubiales, quien se consideraba imprescindible para traer a España el Mundial y acusó al PP de ponerlo en peligro por querer profesionalizar el fútbol sala, aunque la Copa del Mundo de 2030 vendrá a pesar de él.

Con la excusa de conmemorar el centenario de la Copa del Mundo y anunciándolo muchos meses antes de lo que estaba previsto, el Consejo de la FIFA hizo oficial este miércoles que "el Mundial de 2030 se disputará en tres continentes África, Europa y Suramérica— y seis países Argentina, Marruecos, Paraguay, Portugal, España y Uruguay—". "Invitando al mundo entero a unirse a la celebración", se añadía en el comunicado, por si la broma no había sido suficiente después de que ya en el de 2026 vayan a participar 48 selecciones. Otro ejemplo más de lo poco que le importa a la FIFA el fútbol, los futbolistas y los aficionados.

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