La patata caliente de Rubiales: a la candidatura de España solo le falta una sede en el Sáhara

Al poco de llegar Rubiales a su presidencia, en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se plantearon solicitar a la FIFA la organización del Mundial 2030 y el primer país en el que pensaron para compartir candidatura fue Marruecos. Creían que de esta manera, además de los votos de la UEFA, podrían llevarse los de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), sobre todo teniendo en cuenta que la única candidatura que en esos momentos se postulaba era la formada por cuatro países sudamericanos, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

En contra de lo que ahora se ha dicho para justificar el oscurantismo que hubo y ha habido alrededor de Marruecos, la RFEF hizo una consulta a la FIFA para ver si era posible que países de confederaciones distintas pudieran organizar un Mundial. La respuesta del máximo organismo del fútbol mundial fue que había un artículo que lo prohibía, si bien estaban dispuestos a cambiarlo, pues consideraban que apostar por candidaturas conjuntas de diferentes continentes era una buena idea. Dicho esto, en Las Rozas pensaron que también era bueno planteárselo a Portugal, una gestión que no tardó en concretarse dada la buena disposición de los lusos.

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Prueba del interés por contar con Marruecos es que ese mismo verano la RFEF se llevó a este país norteafricano la Supercopa de España, competición que cambió de formato y pasó a disputarse a un único partido, de manera que el 12 de agosto de 2018 FC Barcelona y Sevilla FC se enfrentaron en el estadio Ibn Battouta, de Tánger. Sin embargo, el hecho de que este encuentro fuera un caos organizativo, con falta de seguridad y las gradas semivacías, generó muchas dudas, tal y como aseguran a este diario fuentes que estuvieron en aquellos primeros movimientos y cuyos testimonios ayudan a entender lo que pasó entonces y ha pasado ahora.

Reunión en la Moncloa con el presidente de FIFA

A pesar de estas reticencias iniciales, Rubiales se lo comentó a Sánchez, "mi amigo Pedro", como le gusta llamarle a él. Fue durante la visita que el 12 de septiembre de 2018 le hizo a la Moncloa junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Y, efectivamente, esta fue la razón por la que dos meses después, el 19 de noviembre, con motivo de su primera visita oficial a Rabat, el presidente del Gobierno invitó públicamente a Mohamed VI y su primer ministro, Saadedine El Othmani, a unirse a la candidatura de España y Portugal para acoger el mencionado Mundial de fútbol de 2030, con la intención de "reforzar los lazos de cooperación".

"A mí tanto tú como Infantino me propusisteis una idea que yo aplaudí (...) y ahora la RFEF dice que no sabe nada", se quejó Sánchez a Rubiales

Sin embargo, y para sorpresa del propio Sánchez, desde la RFEF aseguraron que nadie les había informado previamente de este anuncio, algo que también sucedió con el primer ministro de Portugal, António Costa. De ahí el mensaje que el presidente del Gobierno escribió a Rubiales el 19 de noviembre de 2018, a las 23:09, unas horas después de su anuncio, para reprocharle que la RFEF lo hubiera desautorizado desmarcándose de la invitación a Marruecos. "A mí tanto tú como [Gianni] Infantino [presidente de FIFA] me propusisteis una idea que yo aplaudí. Salió de esa reunión y se hizo público, no por nuestro lado. Arranco el compromiso oficioso de Portugal y Marruecos y ahora la RFEF dice que no sabe nada", escribió el presidente del Gobierno a Rubiales, tal y como demuestran los mensajes de WhatsApp a los que tuvo acceso este diario. "En fin, que me lo expliquen. Haced lo que queráis", le recriminó claramente molesto.

Aquella misma noche, Rubiales contestó al presidente del Gobierno con un largo texto en el que le pedía disculpas por el malentendido y se ofrecía a hablar con los medios de comunicación para tratar de subsanar este desaire. Cabe recordar que en ese momento las relaciones con Marruecos eran especialmente delicadas tras el desencuentro por haber acogido España al líder del Frente Polisario y el flujo migratorio que como consecuencia hubo en Ceuta y Melilla. "Quédate tranquilo, por favor (…). Desde aquel día no hemos vuelto a reunirnos y creo que sería bueno hacerlo aunque sea brevemente. Repito que siempre voy a estarte agradecido", respondió Rubi.

A partir de entonces, poco o nada más se supo sobre el hecho de que Marruecos pudiera formar parte de la candidatura para albergar el Mundial de 2030. La RFEF se unió a su homóloga portuguesa y, con el apoyo de sus respectivos gobiernos y la UEFA, se centraron en dar forma a la candidatura ibérica, la cual fue anunciada en octubre de 2020 y presentada de manera oficial el 4 de junio de 2021 en un acto celebrado en el Estadio Metropolitano con la presencia del rey de España, Felipe VI, el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, el presidente del Gobierno español y su homólogo portugués, António Costa.

Y, de repente, la ocurrencia de Ucrania

Y así llegamos al 5 de noviembre de 2022, cuando de repente la candidatura ibérica pasó a llamarse la candidatura de la paz, ya que España y Portugal sumaban a Ucrania, un país como es sabido en pleno conflicto bélico al haber sido invadido por Rusia. Un proyecto que, según ambas federaciones, contaba "con el apoyo incondicional de la UEFA en una situación excepcional". "Estoy convencido de que toda la sociedad española estará orgullosa del legado tan importante que esta candidatura deja para la historia", afirmó Rubiales en la presentación del proyecto, mientras Sánchez puso un mensaje alusivo en su cuenta de Twitter. De Marruecos, nada de nada.

A este acto, celebrado en la ciudad suiza de Nyon, asistió el presidente de la Federación Ucraniana de Fútbol, Andriy Pavelko, junto a los titulares de la española y de la portuguesa. Sin embargo, un mes después, Pavelko fue detenido por presuntamente malversar fondos de ayuda internacional destinados a jugadores y la construcción de campos de fútbol. Según varios medios, la detención se debió a un posible "uso indebido de fondos de ayuda internacional que estaban destinados a la construcción de una planta de césped artificial".

A diferencia de lo que sucede en otros países, donde incluso se subvenciona con 7,5 millones una candidatura que no estaba claro ni quién la formaba, lo mismo que el destino del dinero, esta situación le ha costado la inhabilitación al presidente de la federación ucraniana y, aunque en la RFEF no se atrevieran a descartarlo, puede darse por hecho que también su participación en la candidatura de España y Portugal.

El mes pasado, Pedro Sánchez volvió a viajar a Rabat, esta vez junto a 12 de sus ministros, para celebrar una cumbre calificada de "histórica". En ella, no estuvo presente el rey de Marruecos, de vacaciones en Gabón, si bien el presidente Aziz Ajanuch no dudó en destacar que "las relaciones bilaterales han entrado en una nueva fase gracias al apoyo de su Gobierno al plan de autonomía". "España tuvo el valor de adoptar una visión histórica y realista, lo que valoramos aquí", añadió en referencia a la decisión de su homólogo español sobre el Sáhara. Ambos países firmaron numerosos acuerdos, aunque del Mundial 2030 no se dijo nada.

Sin embargo, la semana pasada, justo cuando se cumplía un año del giro histórico llevado a cabo por Sánchez respecto al Sáhara Occidental, Mohamed VI sorprendió al anunciar que su país se incorpora a la candidatura de España y Portugal para el Mundial 2030. Tras desmarcarse de Ucrania y la adhesión del reino alauí, que se vende como clave para derrotar al posible proyecto de Arabia Saudí, Egipto y Grecia, aunque esta candidatura, de confirmarse, parece que estará impulsada nada menos que por Infantino, Rubiales y Gomes no tuvieron más remedio que salir un día después a confirmar un acuerdo con Fouzi Lekjaa, su homólogo de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF), "para conformar una candidatura transversal que sea lo más potente posible no solo a nivel deportivo, sino también en cuanto a infraestructuras y en términos sociales y culturales".

Opinión

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Con la entrada —o el regreso— de Marruecos, se abren muchos interrogantes. Algunos tan sencillos como saber cuántas sedes tendrá, ya que, a diferencia de lo que estaba previsto con Ucrania, con una única sede en Kiev, a buen seguro que los marroquíes querrán al menos tres, probablemente Rabat y Tánger, más otra entre Casablanca, Marrakech y Agadir, suponiendo que no pretendan llevarse alguna al Sáhara... Es decir, tantas como Portugal, dos en Lisboa y una en Oporto, lo que supondría que España no dispondría de las 11 que inicialmente estaban previstas. Eso sí, como ya adelantó Rubiales, "muy probablemente, el Santiago Bernabéu sería el estadio sede del partido inaugural y de la final". Con razón Florentino Pérez le llama Luisito...