Las charlas de Zidane en el Real Madrid que no sirven de nada
Ningún jugador a los que Zidane ha abierto la puerta se ha mostrado receptivo a marcharse. El último es Reguilón. El canterano transmite que tiene contrato hasta 2020 y que va a pelear por un puesto
En el Real Madrid empiezan a tener la percepción de que haber adelantado el regreso de Zinédine Zidane no ha tenido los efectos que se esperaban. No solo porque el rendimiento en el césped ha sido peor que con Solari —la temporada acabó a 19 puntos del Barcelona— y con cuatro derrotas en los 11 partidos que ha estado en el banquillo. Zidane regresó el 16 de marzo contra el Celta, después del batacazo en la Champions contra el Ajax de Ámsterdam, y entre sus objetivos estaba acabar segundo en la Liga e ir adelantando el trabajo de planificación. Sobre todo con las bajas. Los fichajes se cocinan en otro despacho. Por el de Zidane pasaron los futbolistas con los que no cuenta el entrenador y las charlas tenían un mismo mensaje. Dejar claro que no contaría con ellos y, en algunos casos, que les convendría salir para jugar más minutos en otro equipo. Esas charlas no tienen el resultado que en el club esperaban.
Ningún jugador a los que Zidane ha abierto la puerta de salida se ha mostrado receptivo a marcharse. El último es Reguilón. El canterano transmite que tiene contrato hasta 2020 y que va a pelear por un puesto. Consiguió ser el titular en el lateral izquierdo y ganarse la confianza de Solari. Uno de los más destacados en citas importantes como el triunfo en el derbi del Metropolitano contra el Atleti. Reguilón, en igualdad de condiciones, compitió y sentó a Marcelo. Pero la llegada de Zidane le ha perjudicado.
[La alegría a Luis Enrique de Iago Aspas]
El entrenador apuesta por el lateral brasileño y le ha puesto en la gran mayoría de partidos. Reguilón ha desaparecido y, aun así, se resiste a marcharse. Su sueño es jugar en el Real Madrid, pese a que Zidane le haya argumentado —como a Marcos Llorente— que está en una edad para tener minutos con regularidad y en el Madrid lo tendrá difícil. Puede que Zidane esté esperando el fichaje de otro lateral izquierdo —tiene que regresar el cedido Theo—, pero Reguilón no encuentra motivos para no demostrar en la pretemporada que tiene nivel y sitio en la próxima plantilla. Pese a haber jugado solo dos partidos de los 11 que ha dirigido Zidane.
Bale hace oídos sordos
Ninguno de los señalados por ZZ pone fácil su salida. Esto es lo preocupante en el Real Madrid. El entrenador no ha tenido la fuerza o el discurso convincente como para adelantar la limpia —aunque a él no le gusta esta palabra y habla de cambios—. Ha ido con todo el respeto en cada una de las charlas. Las medidas empezarán a ser otras y dependerán más de la mano ejecutiva de Florentino Pérez. A José Ángel Sánchez —director general— se le dan mejor este tipo de situaciones con las charlas con los representantes de los jugadores transferibles. Lo que no ha avanzado ni solucionado Zidane entra ya en el campo de acción de Sánchez. La última instancia es Florentino Pérez, con más mano dura. Cuando el presidente tenga que intervenir en las bajas es que la salida, en cuestión, se tiene que hacer más por lo ‘criminal’ que por lo civil.
Por energías y esfuerzo del entrenador no ha sido, y lo que le queda durante la pretemporada que empieza el 8 de julio en Montreal. Zidane ha enfocado sus charlas a la necesidad de construir un nuevo proyecto y obviar el pasado. El que no lo ha entendido o encajado bien se ha quedado fuera como medida de presión. Los más perjudicados se puede decir que son Bale y Ceballos. Marcos Llorente ha acabado jugando pese a que se le busca nuevo destino. Pero con Bale, sobre todo, Zidane ha actuado con firmeza en los tres últimos partidos de la Liga para que se fuera de vacaciones con la certeza de que, si se queda, no le va a dar bola. Lo descartó contra el Villarreal y Real Sociedad y le dejó todo el partido en el banquillo contra el Betis. No le dio ni un solo minuto para una posible despedida.
Con Bale ha sido implacable. Con Keylor Navas tiene toda la comprensión del mundo y le permitió despedirse del Bernabéu con la titularidad ante el Betis. Aunque tampoco será nada fácil dar salida al portero costarricense. Hay que encontrarle destino en un club que asuma la ficha de cinco millones de euros netos, y si no es posible, le tocará al Madrid pagar una parte. Como se hizo con la salida de Casillas al Oporto. Zidane no ha dejado resuelto el tema de la portería en los 11 partidos ni con sus charlas ni sus decisiones deportivas. Ha sido salomónico. Solari siempre lo tuvo claro. Courtois era el fijo. No ha sido así con Bale. El galés no pone facilidades para irse y reclama, si no cuentan con él, los 51 millones de euros de los tres años de contrato que le restan. Este asunto va para largo.
En el Real Madrid empiezan a tener la percepción de que haber adelantado el regreso de Zinédine Zidane no ha tenido los efectos que se esperaban. No solo porque el rendimiento en el césped ha sido peor que con Solari —la temporada acabó a 19 puntos del Barcelona— y con cuatro derrotas en los 11 partidos que ha estado en el banquillo. Zidane regresó el 16 de marzo contra el Celta, después del batacazo en la Champions contra el Ajax de Ámsterdam, y entre sus objetivos estaba acabar segundo en la Liga e ir adelantando el trabajo de planificación. Sobre todo con las bajas. Los fichajes se cocinan en otro despacho. Por el de Zidane pasaron los futbolistas con los que no cuenta el entrenador y las charlas tenían un mismo mensaje. Dejar claro que no contaría con ellos y, en algunos casos, que les convendría salir para jugar más minutos en otro equipo. Esas charlas no tienen el resultado que en el club esperaban.