Es noticia
'¡Liberad a los leopardos!': todos miran a Alemania en una cumbre clave para Ucrania
  1. Mundo
Scholz, de nuevo bajo el foco

'¡Liberad a los leopardos!': todos miran a Alemania en una cumbre clave para Ucrania

Los ministros de Defensa de la OTAN se reúnen en Ramstein, Alemania, y todos los ojos están puestos en si Berlín aprobará el envío de tanques de combate Leopard II a Ucrania

Foto: Tanques Leopard 2 del Ejército español, durante maniobras de la OTAN en Letonia. (Reuters/Ints Kalnins)
Tanques Leopard 2 del Ejército español, durante maniobras de la OTAN en Letonia. (Reuters/Ints Kalnins)

De los políticos se espera a menudo que solucionen problemas desde su primer segundo en el cargo, pero en pocos casos se puede decir de forma tan literal como en el de Boris Pistorius, el nuevo ministro de Defensa alemán.

Casi inmediatamente después de jurar el cargo —en reemplazo de la desafortunada Christine Lambrecht— en el gabinete de Olaf Scholz, Pistorius ha inaugurado su gestión con una reunión en Berlín con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, previa la cumbre que se celebra este viernes en la base militar de Estados Unidos ubicada en Ramstein, en el suroeste de Alemania. El escenario castrense no es casual. Los países amigos de Ucrania, en particular los miembros de la OTAN, están debatiendo ahí sobre las próximas ayudas militares necesarias para que Kiev pueda seguir resistiendo el embate ruso.

Foto: Boris Pistorius, nuevo ministro de Defensa alemán. (EFE/Filip Singer)

La agenda extraoficial ya está fijada por las enormes presiones públicas sobre Pistorius y Scholz. Un grupo de manifestantes que convocó una protesta para este viernes frente a la cancillería lo resumió con el lema ¡Liberad a los leopardos!, en alusión al pedido para que Berlín abra de una vez la puerta al envío del tanque de fabricación germana Leopard II.

El tanque estrella

El Leopard es visto como la joya entre los tanques de combate, pese a que ya está entrado en años, y es el arma más codiciada por Kiev en estos momentos. Muchos países europeos, entre ellos España, disponen de la mole fabricada desde los años setenta, en distintas versiones, por la alemana Krauss-Maffei Wegmann. Varios analistas creen que el Leopard podría dar a las fuerzas ucranianas la posibilidad de reconquistar territorios ocupados por Rusia, para dar un giro a la guerra similar al que significó el envío de los lanzamisiles múltiples Himars por parte de Estados Unidos. Si los Himars dieron a la artillería ucraniana la posibilidad de forzar los repliegues en Járkov y Jersón, se estima que los carros de combate germanos podrían dar a Kiev la potencia necesaria para avanzar de forma contundente sobre el terreno, por ejemplo en las regiones orientales del Donbás.

El envite a nivel estatal lo ha liderado Polonia, que puso sobre la mesa la posibilidad de que varios países entreguen tanques Leopard, con el objetivo de que Ucrania tenga pronto una división de este acorazado a disposición. "Espero que Alemania se una a esta idea, que es muy buena", dijo el presidente polaco, Andrzej Duda, el miércoles durante una intervención en el Foro Económico de Davos. La presión en Alemania es cada vez "más y más fuerte", señaló Duda, bien informado de la intensidad del debate público en el país vecino. Las Fuerzas Armadas polacas, según su presidente, entregarán 14 Leopard. También Finlandia ha ofrecido algunas unidades. Como es habitual en la industria armamentística, los Estados propietarios de los tanques necesitan el permiso del fabricante, en este caso Alemania, para poder exportarlos a un tercer país.

Scholz el reticente

La presión, en efecto, no ha dejado de crecer. El líder de la oposición alemana, el conservador Friedrich Mertz, pide desde hace semanas luz verde para el envío de los carros de combate y ha apuntado directamente a Pistorius para destrabar el asunto, incluso antes de que este tomase las riendas. "Esperamos que el nuevo ministro de Defensa muestre que va a ir por ese camino", dijo Merz dos días antes de que asumiera el cargo.

Las prisas alcanzan incluso a las filas del propio Gobierno. Miembros de los Verdes y el Partido Liberal, los dos socios menores del tripartito liderado por los socialdemócratas de Scholz, también aprietan a su propio canciller. "Vamos a seguir haciendo presión para que se envíen tanques Leopard II. Y vaticino que eso va a ocurrir", dijo en un cónclave de su partido en Múnich la liberal Marie-Agnes Strack-Zimmermann, azote habitual de Vladímir Putin en las tertulias televisivas alemanas y una de las voces que pide con mayor vehemencia aumentar y mejorar el envío de armas a Ucrania.

Foto: Tanque Leopard de maniobras. (Reuters/Lehtikuva Heikki Saukkomaa )

Y no es solo Strack-Zimmermann. En Berlín muchos están convencidos de que los interrogantes giran únicamente en torno al cuándo Scholz dará su brazo a torcer para dar vía libre a los carros de combate. La agencia Bloomberg citaba hace unos días a fuentes anónimas del gobierno afirmando que el Ejecutivo aprobará la entrega del Leopard. Las especulaciones las alimentó recientemente también el alcalde de Kiev, el exboxeador Vitali Klitschko, que habló de "decisiones positivas" tras una reunión que mantuvo con el ministro de Economía y vicencanciller alemán, el verde Robert Habeck. "Pronto habrá buenas noticias", escribió Klitschko en Telegram, sin dar más detalles. ¿Será el anuncio inminente sobre los leopardos?

Muchos creían que Scholz daría esta noticia el pasado miércoles en Davos, para recoger el guante lanzando en público por el polaco Duda. El canciller, sin embargo, se limitó a volver a asegurar de forma general que su país continuará apoyando a Ucrania, como ha venido haciendo desde su célebre anuncio en febrero de la Zeitenwende, el histórico cambio de paradigma en la política exterior alemana tras el comienzo del ataque ruso. "Vamos a seguir apoyando a Ucrania el tiempo que sea necesario", dijo Scholz.

Alemania no es vanguardia

Pero si las enigmáticas palabras de Klitschko apenas se pueden tomar como un indicio, un repaso a la forma como ha fluido la ayuda germana a Ucrania desde el comienzo de la guerra puede hacer pensar que el envío de los tanques es bastante probable, si no inevitable. Aunque lo haya hecho siempre a regañadientes, Alemania ha ido tumbado en los últimos meses varios antiguos tabúes de su política exterior. Y ha acabado enviando a Ucrania más armamento que ningún otro país, solo por detrás de Estados Unidos y a la par del Reino Unido. Ya fueran bazucas, lanzamisiles, sistemas antiaéreos o carros de combate ligeros, el modus operandi del Gobierno de Scholz ha funcionado hasta ahora así. Primero la negativa sostenida durante mucho tiempo; más adelante, demostrar cada vez con menos convicción; finalmente, la entrega del armamento solicitado.

Foto: El canciller Olaf Scholz. (EFE/EPA/Pool/Geert van den Wijngaert)

Para los críticos del canciller, siempre lo hace tarde y mal. Para el propio Scholz, en cambio, es una forma de actuar sensata y racional, midiendo las posibles reacciones de Rusia para evitar una desesperada respuesta nuclear y reajustando siempre la ayuda a la dinámica de la guerra. Cuando Ucrania necesitaba urgentemente detener el avance como aplanadoras de los tanques rusos sobre Kiev en las primeras semanas de la guerra, Berlín envió bazucas antitanques; cuando se trataba de contrarrestar la ofensiva rusa en el este, sistemas lanzamisiles; y cuando, más recientemente, era necesario defender las ciudades ucranianas de los misiles rusos, el IRIS-T, uno de los escudos antimisiles más modernos del mundo. ¿Ha llegado entonces la hora de los carros de combate pesados para ayudar a Ucrania a liberar sus territorios?

Otra clave para entender el proceder alemán la repite Scholz como un mantra: Alemania no procederá nunca en solitario. Es decir, que no se adelantará a entregar un tipo de armamento antes que otros países amigos de Ucrania. "No avanzamos nunca solos, porque en una situación como esta es necesario actuar así", avisó el líder alemán también en medio del debate por los Leopard. El reciente anuncio de Berlín de que cederá a Kiev vehículos blindados Marder, un carro de combate más ligero que el Leopard, llegó después de que Francia anunciara el envío de sus carros AMX-10 RC y a la par del anuncio de Estados Unidos sobre los Bradley, equivalentes al Marder. Alemania se resiste por decisión propia a ser vanguardia y a ejercer el liderazgo europeo.

Foto: Unos soldados británicos pasan al lado de unos tanques polacos durante un ejercicio de defensa. (EFE/Olivier Hoslet)

Se trata de una de las convicciones del socialdemócrata, enraizada en la muy particular y traumática historia alemana tras las dos guerras mundiales. La apuesta por el multilateralismo es razón de Estado en la Alemania moderna. Scholz, que tiene fama de lector voraz y de apuntalar sus convicciones políticas a punta de ensayos y de libros de historia, repite a menudo la tesis central de "Los sonámbulos. Cómo Europa fue a la guerra en 1914", de Christopher Clark. En este libro, el historiador australiano sostiene que la Primera Guerra Mundial se desató por una serie de decisiones evitables y erróneas tomadas en las principales capitales europeas, que precipitaron al continente como un sonámbulo por el despeñadero. Por eso, en el caso de Scholz, la reflexión y las consultas constantes con los aliados.

Reino Unido, en cierta forma, abrió la semana pasada la brecha para los modernos tanques alemanes con el anuncio de que entregará sus carros de combate Challenger 2, un equivalente de menores prestaciones al Leopard germano. Berlín, entonces, ya puede avanzar con el pelotón, por detrás de Londres y a la par con Washington. Según varios analistas alemanes, Scholz ha avisado que solo abrirá la veda si también Estados Unidos envía a Ucrania unidades de su tanque Abrams. Por el momento, Washington no ha incluido estos vehículos armados en el último paquete que anunció a última hora de este jueves.

¿Llegará entonces el anuncio este viernes desde Ramstein, la base estadounidense en Alemania? Si las señales son interpretadas de forma correcta y se cumplen los pronósticos, el nuevo ministro de Defensa alemán, Pistorius, podría quizá pasar su primer gran test en su segundo día de trabajo, al acordar la liberación de los leopardos con su homólogo estadounidense.

De los políticos se espera a menudo que solucionen problemas desde su primer segundo en el cargo, pero en pocos casos se puede decir de forma tan literal como en el de Boris Pistorius, el nuevo ministro de Defensa alemán.

Berlín Ucrania
El redactor recomienda