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Occidente quiere más tanques: el carro coreano que puede desbancar al poderoso Leopard
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CARROS DE COMBATE MÁS MODERNOS

Occidente quiere más tanques: el carro coreano que puede desbancar al poderoso Leopard

Sus dimensiones son similares a las de un Leopard o un Abrams (7,5 m de largo por 3,5 de ancho), pero es 60 centímetros más bajo que el alemán, lo que hace que su silueta sea mejor

Foto: El K2, haciendo fuego con su cañón de 120 mm. (RoK MoD)
El K2, haciendo fuego con su cañón de 120 mm. (RoK MoD)
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Hasta ahora, hablar de carros de combate occidentales significaba hacerlo de dos modelos, el M1 Abrams norteamericano y el Leopard alemán. Entre ambos copan el grueso de las existencias en países OTAN, aliados y afines, con escasas excepciones. Sin embargo, estamos asistiendo últimamente a varios concursos, lanzados por países que quieren renovar sus flotas de blindados pesados y donde ha aparecido uno nuevo que puede romper este duopolio. Las características y diseño de este nuevo blindado tienen mucho que ver, pero también la guerra de Ucrania ha podido ejercer una gran influencia.

Foto: Lanzamiento de un misil AMRAAM desde un lanzador NASAMS. (Raytheon)

Hasta ahora, como decíamos, alemanes y norteamericanos se repartían el mercado. Leclerc, Ariete y Challenger eran la excepción de una norma bien consolidada por el mercado de ventas. El Leclerc francés solo se ha vendido a Emiratos Árabes Unidos y con influencias políticas, el Ariete italiano no se ha vendido a nadie del exterior y del Challenger británico, qué podemos decir cuando tan solo se vendieron 38 unidades a Omán y cuando para su renovación se está recurriendo a armas y tecnologías alemanas.

El exótico K2

Este panorama ha cambiado de manera radical. La culpa, quizás la tengan noruegos, polacos y, como luego veremos, la guerra de Ucrania. Los primeros se han lanzado a sendos concursos para renovar sus fuerzas acorazadas y en ambos ha irrumpido con mucha fuerza un modelo que, hasta este momento, se consideraba tan solo como algo exótico. Se trata del K2 Black Panther, diseñado y fabricado por Corea del Sur con unas características muy interesantes. Es un blindado muy moderno cuyo diseño comenzó a finales de los noventa y está en servicio, de momento solo con el Ejército coreano, desde 2014.

Sus dimensiones son similares a las de un Leopard o un Abrams (7,5 m de largo por 3,5 de ancho) pero es 60 centímetros más bajo que el alemán, lo que hace que su silueta sea mejor. Si bien el exterior es de dimensiones parecidas, el coreano es unas 10 toneladas más ligero que el alemán o el americano, lo que unido a una planta motriz de 1.500 CV —lo mismo que Abrams y Leopard— le confiere una mejor relación peso/potencia y una gran agilidad en cualquier terreno.

placeholder Carros de combate K2 Black Panther. (RoK MoD)
Carros de combate K2 Black Panther. (RoK MoD)

Lo principal del K2 es cómo se gestó y la tecnología que encierra. Corea disponía de unas fuerzas acorazadas con modelos anticuados, como los M-48 Patton. Cuando decidieron producir un vehículo autóctono, la referencia fue el Abrams M1. Sin embargo, introdujeron muchas modificaciones y el resultado fue el K1, un producto muy caro que, pese a producirse en gran número y ser muy superior a cualquier blindado de su vecino (y enemigo) Corea del Norte, quedó a ojos internacionales como algo exótico. Con cerca de 1.500 ejemplares producidos del K1, de los que muchos se están modernizando a la versión K1A2, la factoría de Hyundai Rotem (responsable de su fabricación) había adquirido una experiencia notable. Entonces, a finales de los noventa, se decidió fabricar un nuevo diseño, más moderno, que dejara al K1 como ‘segundo’ y que sustituyera por completo al resto de blindados obsoletos.

Desarrollo y alarde tecnológico

Sobre el K2 se han escrito muchas cosas. Una de ellas es que el Ejército coreano quiso tener el mejor carro del mundo y para ello se hicieron dos cosas: mirar cómo eran los —entonces— mejores blindados existentes y la otra, poner muchísimo dinero encima de la mesa. Ambas ideas tienen bastante de cierto. Los modelos a seguir eran obvios: Leopard y Abrams eran, son y es posible que sigan siendo durante algunos años, los referentes.

placeholder La inspiración del Abrams se nota en el carro surcoreano K2. (Hyundai Rotem)
La inspiración del Abrams se nota en el carro surcoreano K2. (Hyundai Rotem)

Para el K2 se tomaron muchas ideas del Leopard. Planta propulsora, transmisión y algunos sistemas, fueron la base del nuevo vehículo. De hecho, las primeras series del K2 llevaban un propulsor MTU alemán, al igual que la transmisión RENK. Los coreanos, tras algunos pequeños fracasos, consiguieron hacer su propio propulsor, también de 1.500 CV y fabricado por Hyundai, así como su propia transmisión de SNT Dynamics. Pero contrariamente a lo que también se ha dicho, el verdadero referente del K2 no ha sido el Leopard sino el Abrams.

Al igual que el Leopard, utiliza un cañón de 120 mm y 55 calibres, más largo que el empleado por el K1 y que el utilizado por el Abrams, que es el 120 mm de 44 calibres. El de 55 calibres es el mismo empleado por los Leopardos españoles y se considera uno de los mejores del mundo. A los norteamericanos siempre les ha gustado más un cañón corto. Tiene la ventaja de que hace que el carro se mueva mejor en ambientes con obstáculos y sobre terreno ondulado, a pesar de que el de 55 calibres permite velocidades del proyectil superiores y, por tanto, mayor alcance y penetración. Todos son de origen alemán, aunque el del coreano lo fabrica Hyundai WIA, desarrollo propio, pero inspiración germana.

Sin duda la gran diferencia entre el coreano y sus referentes es el empleo por el primero de un cargador automático, al estilo del francés Leclerc. Este automatismo permite prescindir de un tripulante, lo que tiene sus ventajas e inconvenientes. Un tripulante menos permite ahorro de espacio, pero también requiere de mayor apoyo logístico, pues muchos pequeños arreglos de campo se pueden realizar con una tripulación de cuatro, pero no de tres.

placeholder K2 Black Panther. (Hyundai Rotem)
K2 Black Panther. (Hyundai Rotem)

En cuestiones tecnológicas el K2 va sobrado. Quizás lo más importante sea su dirección de tiro y el ATDTS, que ahora veremos. La dirección de tiro es la encargada de asegurar la precisión del disparo y está basada en un radar de muy alta frecuencia que trabaja en el frontal de la torre unido a un telémetro láser y un medidor de viento. Junto con su cámara térmica, que permite ‘ver’ objetivos de noche y a través de humo o de polvo, es capaz de localizar objetivos a casi 10 km de distancia, lo que es bueno para un blindado.

El ATDTS (Automatic Target Detection and Tracking System) es un sistema automatizado de detección y seguimiento de objetivos. Trabaja junto a un sistema IFF que discrimina ‘amigos de enemigos’ y, en modo automático, es capaz de identificar un objetivo, designarlo como hostil y dirigir el cañón hacia él, con independencia del movimiento del vehículo.

placeholder Poniendo a prueba la sofisticada suspensión activa del K2. (RoK MoD)
Poniendo a prueba la sofisticada suspensión activa del K2. (RoK MoD)

En resumen, el K2 es un carro de combate muy avanzado, repleto de tecnología, con defensas activas, bien armado y con gran movilidad. Por el contrario, resulta muy caro y puede superar los 9 millones de dólares cada unidad. Tampoco hay certeza sobre su fiabilidad y aquí, tanta tecnología puede jugar en contra. Pero lo que más dudas plantea es que, de momento, no se ha probado en condiciones reales y ningún cliente extranjero lo ha adquirido. Aunque esto puede cambiar de inmediato.

Los concursos noruego y polaco

La cuestión es que noruegos y polacos han lanzado sendos concursos para dotarse de un nuevo carro de combate que reemplace, en el primer caso sus viejos Leopard A4 y en el segundo a los T-72 y PT-91 de origen soviético. Es en estos concursos donde el K2 ha aparecido con una fuerza inusitada. En Noruega se está evaluando el coreano frente al Leopard 2A7+, lo más avanzado del modelo germano. La decisión no se tomará hasta finales de 2022 y, si bien parecía de entrada que el Leopard tenía todas la de ganar, ahora no está tan claro y el ofrecimiento coreano de una fabricación local es importante.

placeholder Carros Leopard (izquierda) junto al K2 (derecha) en las pruebas realizadas en Noruega. (Norwegian Army)
Carros Leopard (izquierda) junto al K2 (derecha) en las pruebas realizadas en Noruega. (Norwegian Army)

El caso polaco pinta peor para el hasta ahora casi invencible Leopard, que partía con todas las ventajas. Polonia ya es usuario de Leopard y vecino del fabricante, pero tras la evaluación por parte del Ejército polaco, su Gobierno ha firmado recientemente (el 22 de julio) un acuerdo de intenciones que pone la alfombra roja a la llegada del K2 a Europa. Se trataría sin embargo de una versión específica para Polonia (K2PL) que supone, entre otros cambios, una plataforma más grande y con un eje de ruedas adicional, blindaje reactivo y una santabárbara blindada y separada de la cámara de tripulación. El contrato es más que jugoso. Serían 182 ejemplares fabricados en Corea más una producción nacional hasta 1.000 unidades en 2026

Hay quien tilda de descabellada esta adquisición, pero lo cierto es que la industria alemana de defensa está cometiendo algunos errores y varios de sus productos, antes incuestionables, están demostrando debilidades. Se comenta, no sin cierta ironía, que la gran ventaja del carro coreano es que, precisamente, no es alemán. En Polonia, al igual que otros muchos clientes, están muy descontentos con los plazos de entregas de la industria alemana (que es casi como decir la europea), amén de otras cuestiones políticas.

La oferta coreana, con total transferencia tecnológica y fabricación local, es tentadora. El desarrollo de una industria propia e independiente de los alemanes es un motivo importante para los polacos y es que la industria de su vecino es en exceso exigente y puntillosa para todo tipo de cuestiones, desde suministro de recambios, modificaciones, etc., por no hablar de los mencionados plazos de entrega y el espinoso asunto de unos precios desorbitados.

placeholder Carro K2, durante las pruebas con el Ejército noruego. (Norwegian Army)
Carro K2, durante las pruebas con el Ejército noruego. (Norwegian Army)

Luego está la cuestión de la calidad y aquí también pueden influir algunas cosas que están saliendo a la luz, como los defectos que están aflorando en las piezas de artillería pesada autopropulsada PzH 2000, consideradas unas de las mejores del mundo pero que, sometidas al uso intensivo y duro de la guerra de Ucrania, están demostrando una debilidad sorprendente. Según parece, se ha detectado un defecto —del que se afirma el fabricante KMW era consciente— por el cual se produce un desgaste excesivo en los tubos de los cañones y que obliga a unas revisiones prematuras.

Los productos coreanos hace tiempo que han dejado de tener esa imagen de ‘low cost’. Corea del Sur es líder mundial en varios campos de alta tecnología y esta misma percepción era cuestión de tiempo que llegara a la industria de defensa. Una industria, por cierto, que se ha desarrollado gracias a importantes inversiones y apoyos estatales.

No es de extrañar que empecemos a ver material coreano de calidad en ejércitos occidentales. Ya está ocurriendo con la pieza autopropulsada de 155 mm K9 Thunder, así como otro material naval y aeronáutico. Pero en el fondo, esto que ha ocurrido en Corea es posible porque allí se toman muy en serio las cuestiones de Defensa y se les da la prioridad adecuada.

Hasta ahora, hablar de carros de combate occidentales significaba hacerlo de dos modelos, el M1 Abrams norteamericano y el Leopard alemán. Entre ambos copan el grueso de las existencias en países OTAN, aliados y afines, con escasas excepciones. Sin embargo, estamos asistiendo últimamente a varios concursos, lanzados por países que quieren renovar sus flotas de blindados pesados y donde ha aparecido uno nuevo que puede romper este duopolio. Las características y diseño de este nuevo blindado tienen mucho que ver, pero también la guerra de Ucrania ha podido ejercer una gran influencia.

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