Es noticia
Social, verde y austera: este es el desafío para la nueva coalición semáforo alemana
  1. Mundo
  2. Europa
¿Podrán cuadrar el círculo?

Social, verde y austera: este es el desafío para la nueva coalición semáforo alemana

Sueldo mínimo de 12 euros por hora, 400.000 nuevas viviendas al año, impulsar las renovables y reintroducir el ‘freno de la deuda’ destacan en el acuerdo de la coalición

Foto: Los líderes de la coalición semáforo alemana, encabezados por el futuro canciller, Olaf Scholz. (EFE/Clemens Bilan)
Los líderes de la coalición semáforo alemana, encabezados por el futuro canciller, Olaf Scholz. (EFE/Clemens Bilan)

El semáforo llamado a dictar los designios de la Alemania pos Merkel comienza a tomar forma. Salvo enorme sorpresa a última hora, Berlín se teñirá en diciembre de rojo, amarillo y verde, por los colores de la coalición tripartita, bajo la atenta mirada de Olaf Scholz, el próximo canciller.

Los líderes de las formaciones socialdemócrata (SPD), liberal (FDP) y verde han presentado su esperado "contrato" para un nuevo Gobierno de coalición: “Atreverse a un mayor progreso”, 177 páginas que unifican una serie de políticas que, con anterioridad, se preveían difíciles de aunar y ahora toca demostrar que, efectivamente, es posible.

“Esta es una coalición de iguales, con tres socios que trabajarán con todas sus fuerzas por el bien de nuestro país”, resumía el propio Scholz. Se trata de una coalición que, a nivel federal, nunca se había conformado en Alemania.

El acto de presentación fue toda una celebración de unidad. Los políticos se intercambiaron halagos y la puesta en escena se forzó al máximo para transmitir una sensación de total coordinación. En el escenario había lugar para todos, tanto para los candidatos como para los mandatarios del partido y los responsables de los grupos negociadores.

A pesar de la escenografía unitaria, las diferencias siguen presentes. Ningún partido quiere verse engullido por otro miembro de la coalición. También urge resaltar perfil propio. Saskia Esken, jefa del SPD, quería hablar antes que Annalena Baerbock, de los Verdes, saltándose el cuidadosamente preparado protocolo. Todos buscaban su parcela de protagonismo. Para todos los partidos era vital imprimir identidad propia a ciertos puntos acordados en el pacto de coalición.

Cada partido con sus temas

El SPD, que ganó las elecciones generales de septiembre con un 25,7% de los votos, se queda con siete ministerios, incluyendo los de Interior, Trabajo, Defensa y Sanidad. Asimismo, los socialdemócratas sacaron pecho también con dos puntos concretos: la subida del salario mínimo a 12 euros por hora (en estos momentos se encuentra en 9,60 euros) y una ofensiva constructora para hacer frente al aumento desbocado de los alquileres. Hasta 400.000 viviendas al año quieren poner en pie, así como fortalecer las leyes ya existentes para frenar el incremento de los precios.

Los Verdes (14,8%), comandados por Robert Habeck y Annalena Baernock, se quedan con una vicecancillería y cinco ministerios. Entre otros, serán responsables de una importante cartera que aúne competencias económicas y medioambientales y del Ministerio de Exteriores. A diferencia del SPD y la aún canciller conservadora Angela Merkel, los Verdes se caracterizan por defender una postura más contundente contra Rusia y China.

Foto: El líder del SPD y futuro canciller alemán, Olaf Scholz. (Reuters/Annegret Hilse)

Sin embargo, los Verdes son, a ojos de muchos expertos y actores sociales, los grandes perdedores de esta negociación. En el acuerdo de coalición no hay nuevos objetivos respecto a la reducción de emisiones. Y en cuanto al abandono del carbón como fuente de energía, el texto solo hace referencia a que “idealmente” se tendría que producir en 2030, ocho años antes de lo que el Gobierno actual se propone. Algo más concreto es el objetivo de que, también para 2030, el 80% de la energía que usa el país proceda de fuentes renovables.

En redes sociales, los miembros del partido verde han celebrado con énfasis la introducción de propuestas progresistas en el ámbito social, como eliminar la palabra “raza” de la Constitución, permitir que los médicos anuncien públicamente que realizan abortos sin miedo a ser sancionados o terminar con las restricciones para donar sangre a hombres que tienen sexo con hombres y personas trans.

Pero eso ni siquiera eso les ha servido para suavizar las críticas de grupos ecologistas, quienes esperaban más ambición en este apartado. Según Fridays for Future, que en Alemania ha convocado protestas multitudinarias, el acuerdo no es suficiente para evitar el calentamiento global de 1,5 grados centígrados. "Con las medidas que han presentado, los tres partidos optan deliberadamente por un empeoramiento de la crisis climática”.

Foto: El sospechoso contagio ha tenido lugar en la ciudad de Duisburgo, Alemania. (EPA/Friedemann Vogel)

Los liberales del FDP (11,5%) son el socio más pequeño de la coalición, pero se han llevado uno de los grandes premios: el poderoso Ministerio de Finanzas, la llave para la financiación de todas las políticas. “Lo que estamos creando es una coalición de centro que sacará el país adelante”, aseguró Christian Lindner, líder de los liberales y, casi con total seguridad, próximo ministro de Finanzas alemán. Los liberales centran su discurso en “modernizar” y “digitalizar” Alemania, una tarea todavía pendiente en la locomotora de Europa. En el acuerdo no hay rastro de subidas de impuestos.

Y ese no es el único triunfo de las políticas liberales. En el texto se registra explícitamente la reintroducción a partir del año 2023 del ‘freno de la deuda’, un techo de gasto reconocido en la Constitución que limita los déficits presupuestarios al 0,35 % del PIB. Para luchar contra las consecuencias económicas de la pandemia se introdujo una disposición especial que permitió un déficit más pronunciado para 2021 y 2022.

Negociaciones bajo llave

Desde que se anunciaron los sondeos preliminares entre los tres partidos, la gran pregunta no tardó en lanzarse al aire: ¿podrán cuadrar el círculo? Las políticas de los liberales y los Verdes son, en muchos puntos, contradictorias. Y sobre todo: ¿confiarán los unos en los otros? Hace cuatro años Christian Lindner ya abandonó sin previo aviso una mesa de negociación con el partido ecologista.

No obstante, todo parece haber funcionado a la perfección. Las negociaciones fueron "arduas", "complejas" y "leales", en palabras del líder verde Robert Habeck. No hubo ni una filtración a la prensa. A diferencia de la última vez, en unas negociaciones en las que también participaban los conservadores de Angela Merkel, ni siquiera el sensacionalista diario Bild ha tenido acceso a las discusiones celebradas a puerta cerrada.

Foto: La canciller alemana Angela Merkel (EFE/Clemens Bilan)

El objetivo de los partidos era evitar un fracaso como el de hace cuatro años y, al mismo tiempo, transmitir una imagen de estabilidad para el futuro Gobierno alemán, tanto a nivel nacional como internacional. En Bruselas también se espera que Alemania vuelva a tener un Gobierno completamente efectivo. En su discurso, Scholz también ha tenido palabras para el bloque comunitario. "No somos los que de alguna manera nos echaremos a un lado y nos limitaremos a enviar comentarios, sino que somos los que queremos contribuir a hacer posible una Europa fuerte y soberana".

Sin embargo, el reto más urgente es, sin duda, la pandemia de coronavirus. El país atraviesa los peores momentos de la crisis sanitaria, con la incidencia disparada, algunos hospitales al borde del colapso y la presencia constante del debate sobre un confinamiento nacional.

Foto: Ilustración: EC Diseño

El primer Gobierno de la era pos Merkel aún no es una realidad. Primero tiene que ser refrendado por cada partido. En el caso de los Verdes serán los miembros los que decidan, mientras que liberales y socialdemócratas lo harán a través de delegados. Luego, Scholz tiene que ser investido canciller por los diputados en el Bundestag. Si los tiempos se cumplen, esto podría ocurrir la segunda semana de diciembre.

El semáforo alemán ha superado el primer obstáculo: crear un programa socio-liberal que rija el rumbo del Gobierno. En 177 páginas hay suficiente espacio para contentar a los tres partidos y permitir concesiones. Pero en la política diaria no hay lugar para tanto margen.

El semáforo llamado a dictar los designios de la Alemania pos Merkel comienza a tomar forma. Salvo enorme sorpresa a última hora, Berlín se teñirá en diciembre de rojo, amarillo y verde, por los colores de la coalición tripartita, bajo la atenta mirada de Olaf Scholz, el próximo canciller.

Elecciones Alemania Angela Merkel Socialdemocracia Noticias de Alemania