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De Eurofiesta a pesadilla israelo-palestina: alerta máxima en Suecia por Eurovisión
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Malmö, al rojo vivo

De Eurofiesta a pesadilla israelo-palestina: alerta máxima en Suecia por Eurovisión

Por las calles de Malmö, los festejos, la purpurina y los brillantes que normalmente acompañan la celebración de Eurovisión han quedado relegados por una fuerte alerta de seguridad

Foto: Manifestación contra la participación de Israel en Eurovisión frente al ayuntamiento de Malmö. (EFE/Johan Nilsson)
Manifestación contra la participación de Israel en Eurovisión frente al ayuntamiento de Malmö. (EFE/Johan Nilsson)
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La final del Festival de Eurovisión este sábado 11 de mayo tenía que ser una eurofiesta. Justamente, además, cuando se celebran 50 años desde que ABBA ganó el certamen en 1974 con su famosísima Waterloo. Sin embargo, en los días previos a la final por las calles de Malmö los festejos, la purpurina y los brillantes que normalmente acompañan a este evento han quedado relegados por una preocupación muy seria por la seguridad.

La polémica participación de Israel al concurso, que siguen 162 millones de espectadores, ha hecho que las autoridades policiales suecas prevean un escenario con miles de manifestantes por las calles que puede derivar en disturbios. Un peligro que se suma al nivel cuatro sobre cinco de amenaza terrorista que sigue latente en el país nórdico. No es la primera vez que el Festival de Eurovisión se politiza, o que se toman medidas especiales en torno a la seguridad de este gran evento, pero la edición de este año se está convirtiendo en una auténtica pesadilla para Suecia.

Se prevé que el evento musical acoja a 100.000 visitantes en la tercera ciudad más grande del país, que cuenta con 340.000 habitantes. A esto, se le tiene que sumar que se calcula la llegada de entre 20.000 y 30.000 manifestantes pro Palestina desde varios puntos del país para protestar contra la presencia de Israel en el concurso. Las protestas, convocadas por un paraguas de asociaciones con el nombre Stop Israel, están previstas para este jueves, cuando el representante de Israel participe en las semifinales del concurso. El sábado se ha convocado otra marcha a pocos kilómetros del Malmö Arena, la sede que acoge la final, mientras que en paralelo organizaciones israelís preparan otras contramanifestaciones.

Por si el ambiente no fuera suficientemente tenso, también hay previstas varias quemas del Corán, un acto que anteriormente le ha causado a Suecia graves tensiones diplomáticas y amenazas por parte de grupos yihadistas. Por todo esto, la semana del Festival de Eurovisión se ha denominado como una tormenta perfecta: “Desde el punto de vista de la seguridad, es una pesadilla” admitía a los medios de comunicación el experto en seguridad y terrorismo Magnus Ranstorp.

Foto: Varias personas queman en Pakistán una bandera de Suecia durante unas protestas en contra de la quema de un Corán. (EFE/Bilawal Arbab)

Desde el Consejo de Seguridad de Israel, se ha desaconsejado a sus ciudadanos visitar Malmö durante el festival frente a la preocupación de que se produzcan “ataques antisemitas” contra personas con banderas del país o que muestren símbolos judíos. Desde el inicio de la guerra en Gaza, en Malmö se han vivido manifestaciones multitudinarias, ya que la ciudad acoge a la mayoría de refugiados de origen palestino que viven en el país. El rechazo también se hace más que evidente en algunas calles y barrios de la urbe, donde no es difícil ver banderas palestinas en los balcones y pancartas condenando el Estado de Israel. Esta semana, los eurofans que visiten la ciudad también podrán ver numerosos carteles en que se replica el póster oficial de Eurovisión, pero con el mensaje “Malmö dice no al genocidio” o “Israel fuera de Eurovisión”.

Vigilancia con drones y traslado de presos

“La seguridad va a ser rigurosa” prometía Petra Stenkula, jefa de policía de Malmö. Para ello, durante toda la semana se mantiene cerrado parte del espacio aéreo sobre la ciudad, mientras que desde el cielo se vigilarán las calles con cámaras colocadas en drones. Los agentes de policía también patrullarán con ametralladoras, “una imagen poco habitual en el país” tal y como explicaba Stenkula. Además, se han trasladado agentes de refuerzo desde Dinamarca y Noruega que ayudarán en las tareas de seguridad y vigilancia.

Frente a la previsión de disturbios e incidentes que se pueden producir, las autoridades policiales también han decidido vaciar todas las celdas de las comisarías en la región de Escania (sur de Suecia) para que estén disponibles en caso de que haya detenciones masivas. Esta medida temporal implica que se han trasladado entre 30 y 70 presos a centros penitenciarios de la ciudad de Gotemburgo, que normalmente ocupan dependencias policiales por la falta de espacio en las prisiones del país. Todas estas medidas de seguridad y amenazas han sido recogidas en un informe policial elaborado por la unidad de inteligencia en el que también se aborda el riesgo de sufrir ciberataques que interrumpan la señal de televisión durante el concurso. En la evaluación de riesgos, otra amenaza que se subraya es el hecho de que, actualmente, Suecia es un objetivo prioritario para organizaciones islamistas violentas.

Pero a pesar del evidente refuerzo policial en las calles, más de la mitad de los ciudadanos de Malmö admiten sentirse “bastante o muy preocupados” por la seguridad durante la semana de Eurovisión. De la misma forma, la mitad de los que participaron en una encuesta asegura que “evitará acercarse a los sitios donde se celebre el Festival”, según publicaba el diario local Sydsvenskan. De los 160 eventos y conciertos programados para esta semana, la mayoría se concentran en la céntrica calle Friisgatan y en el salón de eventos Malmö Live. El parque Folkets, donde se podrá seguir el espectáculo desde pantallas gigantes, es el tercer epicentro de Eurovisión y se prevé que sea el que mayor público congregue durante la noche del sábado.

Una vieja polémica

No es la primera vez que la participación de Israel en Eurovisión trae controversia, pero esta edición se celebra en un ambiente de tensión aún más evidente. El domingo, el artista israelí Eden Golan se ausentó en la ceremonia de inauguración del certamen por la alfombra turquesa, en la que participaron los representantes de 36 de los 37 países que cantan en el festival. Aun así, será difícil ver por televisión que se “cuelen” muestras de apoyo a Palestina, ya que la Unión Europea de Radiodifusión, que organiza el concurso, ha prohibido la entrada al recinto del evento con cualquier bandera que no sea de los países participantes, aparte de la LGTBI.

Sin embargo, 35.000 personas en Suecia, entre los que se encuentran un millar de artistas suecos, han firmado una petición para que Israel sea excluida del programa. También hay varios artistas que tenían que participar en los conciertos y fiestas previas que han cancelado su participación. La organización del evento, por su parte, ha declarado la baja de 80 voluntarios, que han alegado preocupaciones por la seguridad o su disconformidad con Israel.

La final del Festival de Eurovisión este sábado 11 de mayo tenía que ser una eurofiesta. Justamente, además, cuando se celebran 50 años desde que ABBA ganó el certamen en 1974 con su famosísima Waterloo. Sin embargo, en los días previos a la final por las calles de Malmö los festejos, la purpurina y los brillantes que normalmente acompañan a este evento han quedado relegados por una preocupación muy seria por la seguridad.

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