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¿Dominó ruso en Armenia? La debilidad del Kremlin empieza a sentirse fuera de sus fronteras
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Se rompe la percepción de su Ejército

¿Dominó ruso en Armenia? La debilidad del Kremlin empieza a sentirse fuera de sus fronteras

¿Es el caso de Azerbaiyán el primer ejemplo de cómo los gravísimos fracasos del Ejército ruso en Ucrania han hundido la percepción del otrora considerado gran poder militar ruso? ¿Se le ha perdido el miedo?

Foto: Un tanque azerbaiyano, en la región de Aghdam. (EFE)
Un tanque azerbaiyano, en la región de Aghdam. (EFE)
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Cerca de un centenar de soldados —entre ambos bandos— han muerto en menos de 24 horas en un nuevo estallido del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Según el Ministerio de Defensa de Armenia, las fuerzas azeríes han lanzado un ataque que iría más allá de la mera bravata en una de las fronteras más tensas del Cáucaso. "El enemigo no deja de intentar avanzar". Bakú asegura que solo está respondiendo a provocaciones desde el lado armenio. Los misiles han vuelto a silbar en lo que se trata de la escalada más radical de los últimos años tras la firma del acuerdo que intentó congelar de nuevo la guerra en la disputada zona de Nagorno-Karabaj en 2020.

Alarmado, el Gobierno armenio de Nikol Pashinyan ha decidido solicitar oficialmente la ayuda de Rusia y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO, por sus siglas en inglés), una alianza político-militar conjunta de países exsoviéticos con Moscú como principal exponente. Moscú es también el garante del acuerdo de alto el fuego alcanzado en 2020. A Azerbaiyán, no parece haberle temblado el pulso.

¿Es el caso de Azerbaiyán el primer ejemplo de cómo los gravísimos fracasos del Ejército ruso en Ucrania —de moral, logísticos, tácticos— han hundido la percepción del otrora considerado gran poder militar ruso? ¿Se le ha perdido el miedo y, con él, ha disminuido su capacidad de disuasión?

Foto: El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan. (EFE/Gobierno de Armenia)

“La percepción [de debilidad del Ejército ruso] es importante. Así que creo que ya estamos viendo que las cosas empiezan a ponerse en marcha en el Cáucaso entre Armenia y Azerbaiyán. Pero también, durante las últimas semanas, hemos visto un creciente rechazo a las políticas rusas en Kazajistán”, sostiene Jeff Hawn, miembro no residente del Newlines Institute for Strategy and Policy y experto en la emergencia de la Rusia moderna. “Pero creo que hay que ir más allá de la percepción: una cosa es percibir que el Ejército ruso es débil y otra que su incapacidad de desempeñarse bien en Ucrania y todas las pérdidas que está sufriendo allí demuestran que realmente es débil”.

Ante la petición de Armenia, el CSTO se ha reunido y al momento de escribir este artículo solo se ha propuesto crear un ‘focus group’ para evaluar la situación, según la agencia de noticias bielorrusa BelTA. Ni una palabra de la posible misión rusa pedida por Ereván.

Ahora, con su Ejército empantanado en Ucrania, acumulando grandes pérdidas tanto de material militar como humanas (más de 52.000 muertos según Kiev, entre 70.000 y 80.000 entre muertos y heridos, según EEUU), y sin haber todavía declarado el estado de guerra oficialmente, parece muy difícil que tenga opciones para apagar ese nuevo fuego en su esfera de influencia.

Actualmente, Rusia mantiene desplegados varios centenares de tropas de “mantenimiento de la paz” en Nagorno-Karabaj y en enero de 2022, apenas unas semanas antes de la invasión de Ucrania, desplegó cerca de 2.000 soldados en Kazajistán para apagar las protestas ciudadanas contra el Gobierno. También fue clave incluso la mera amenaza de despliegue para poner fin a las protestas contra el Gobierno de Aleksandr Lukashenko en Bielorrusia.

Foto: Soldados rusos embarcan rumbo a Kazajistán (Ministerio de Defensa ruso)

La percepción general del Ejército ruso era que se trataba de uno de los mayores y más capaces del mundo. El mejor ejemplo han resultado ser las primeras horas de la invasión de Ucrania, donde hasta la Inteligencia estadounidense (que acertó en todo lo demás en cuanto a las intenciones de Vladímir Putin) no daba nada por la resistencia del Ejército del país, incluso tras años de modernización y entrenamiento por parte de la OTAN y otros países occidentales. Pero los sucesivos fracasos del Ejército ruso en Ucrania —primero el ser incapaz de llevar a cabo su pretendida guerra relámpago, luego con los atascos logísticos y tácticos en los avances, la retirada de la zona de Kiev…— han destruido esa percepción general de todopoderoso Ejército ruso.

“Desde hace meses ha sido claro que, si bien Rusia parecía ser el segundo Ejército más poderoso del mundo sobre el papel, estas estadísticas no se traducen en una fuerza de combate efectiva”, apunta Robert Person, profesor de la Academia Militar de EEUU West Point, en entrevista con El Confidencial.

Esa percepción generalizada, por supuesto, venía con reservas, conocidas por los analistas del poder militar ruso, que apuntan a “problemas serios” con el entrenamiento, moral, fallos de liderazgo y corrupción. “Lo que no sabíamos era cómo de extendidos estaban esos problemas”, añade Hawn. El salto entre la imagen y la realidad también venía por los propios medios y materiales militares, que en los últimos años Rusia ha preferido exportar, antes que modernizar sus propias tropas.

Una imagen sobredimensionada

“La percepción estaba algo sesgada por los constantes esfuerzos de Rusia por magnificar su imagen de efectividad en combate a gran escala”, subraya el experto.

Porque el Ejército ruso sí que se ha mostrado efectivo en operaciones a menor escala en los últimos años. Sus operaciones han sido efectivas en Siria —un máximo de 6.000 desplegados—, República Centroafricana, en la propia Armenia-Azerbaiyán o, en última instancia, en Georgia.

Foto: Convoy de tanques rusos en Mariúpol. (Reuters/Alexander Ermochenko)

“Creo que la percepción que ha cambiado es que Rusia era, de hecho, un ‘cañón de cristal’. Su Ejército, pese a ser capaz de despliegues pequeños efectivos, con el apoyo de las fuerzas locales, no es capaz de un despliegue a larga escala”, asevera Hawn.

Pero incluso más allá de la percepción, para los expertos consultados, el problema son las cicatrices que ya está dejando la invasión de Ucrania en las capacidades reales del Ejército ruso: “Ahora que han perdido tantos hombres y material en Ucrania, hay una gran posibilidad de que ya no sean capaces de apoyar a sus aliados extranjeros”, ni aun queriendo. Como a Armenia.

Reorganización en el Cáucaso

Azerbaiyán, con un poder militar creciente frente a su vecina y rival depauperada Armenia, ha intentado ya desde hace años “revisar el 'statu quo” del conflicto en Nagorno-Karabaj e incluso el acuerdo —muy ventajoso— obtenido tras la guerra de 2020 y del que Rusia hacía de valedor. “Con tanto la capacidad como las ganas de alterar el acuerdo de 2020, es muy probable que Bakú haya aprovechado la oportunidad de una Rusia (y resto del mundo) distraída para tomar la iniciativa y lanzar estos recientes ataques. Con el Ejército ruso empantanado en Ucrania, es probable que Bakú haya calculado que Moscú será incapaz de responder más directamente”, apunta por su parte Person.

Rota la pared, se abre la presa. Esa incapacidad rusa de responder a Azerbaiyán será solo el primero de los posibles reajustes que se producirán en el Cáucaso, Asia Central y otros países de la antigua esfera de influencia soviética, especialmente en términos de seguridad. Países como Uzbekistán y Kazajistán, los mayores de la región, miran a China como nuevo proveedor de armamento y otras garantías de seguridad, quizás en equilibrio con otras fuerzas como Estados Unidos o la Unión Europea en términos económicos, como están haciendo otros países más pequeños en la región, como la propia Armenia. Turquía, principal valedor de Azerbaiyán en el conflicto y gran suministrador de drones, también está buscando su hueco, y un Irán más libre tras la recuperación —si finalmente se produce— del acuerdo nuclear también podrá hacer trabajar sus intereses en la región. Por lo pronto, parece que Pekín es consciente de esa oportunidad: su primer viaje al extranjero pospandemia de coronavirus será a Asia Central.

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Cerca de un centenar de soldados —entre ambos bandos— han muerto en menos de 24 horas en un nuevo estallido del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán. Según el Ministerio de Defensa de Armenia, las fuerzas azeríes han lanzado un ataque que iría más allá de la mera bravata en una de las fronteras más tensas del Cáucaso. "El enemigo no deja de intentar avanzar". Bakú asegura que solo está respondiendo a provocaciones desde el lado armenio. Los misiles han vuelto a silbar en lo que se trata de la escalada más radical de los últimos años tras la firma del acuerdo que intentó congelar de nuevo la guerra en la disputada zona de Nagorno-Karabaj en 2020.

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