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Blindados y toneladas de munición: el botín ucraniano que pone a Rusia contra las cuerdas
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Un flagrante error de la inteligencia rusa

Blindados y toneladas de munición: el botín ucraniano que pone a Rusia contra las cuerdas

Las tropas ucranianas han recuperado un amplio territorio invadido hasta ahora por Rusia. En su camino, están capturando armamento ruso de primer nivel

Foto: Soldados ucranianos, cerca de la localidad de Bakhmut, en la región de Donetsk. (Reuters)
Soldados ucranianos, cerca de la localidad de Bakhmut, en la región de Donetsk. (Reuters)

Para algunos, está siendo toda una sorpresa, algo inesperado y difícil de creer hace tan solo un par de semanas. El fulgurante avance ucraniano no solo supone un golpe certero a Rusia, sino que está proporcionando a las tropas de Kiev una ingente cantidad de material abandonado. También está haciendo que la guerra vuelva a los telediarios, y eso es justo lo que Zelenski quería.

Las operaciones militares rusas se habían restringido al área del Donbás. Está claro que es una de sus zonas de interés estratégico, pero no es menos cierto que también ha sido uno de los signos de debilidad de un ejército que, cada día que pasa, no deja de defraudar en cuanto a su desempeño. Si se han focalizado en esa área concreta es, simple y llanamente, porque han perdido hace meses la capacidad de actuar de manera simultánea en varios frentes. Esta 'operación militar especial' dista ahora mucho de aquello que vimos en las primeras semanas del conflicto.

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En un rapidísimo avance, que recuerda al de los alemanes en 1940, los ucranianos han recuperado una enorme área en la zona de Járkov, llegando —de momento, que todo puede cambiar en horas— hasta el río Oskil, desde Kupiansk al norte y hasta Izium al sur. El golpe ha sido demoledor. No solo ha forzado una retirada rusa general en el frente norte, aunque ellos lo llaman "reagrupamiento", sino que ha dejado imágenes sorprendentes. Los vídeos de blindados abandonados casi por compañías enteras, depósitos de munición y sobre todo carros de combate, son brutales.

Carros de primer nivel, incluidos varios T-80BV y T-80U, han caído en manos ucranianas por docenas. Algunos, es cierto, pueden estar fuera de servicio o con averías, pero es evidente que esos abandonos son fruto de una huida precipitada y que para los ucranianos no resultará muy complicado manejar este material, muy parecido, si no igual, al suyo. Muchos de ellos, tras ser reparados, pasarán con facilidad a engrosar las filas de un —con razón— eufórico Zelenski.

También es importante apreciar que estos movimientos no son fruto ni de la suerte ni mucho menos de la improvisación. Se trata, como veremos a continuación, de una maniobra bien planificada y muy bien ejecutada, con un manejo correcto de los tiempos y aprovechando el clamoroso error ruso de que todo se haya fraguado delante de sus narices sin que se hayan enterado o, peor aún, sin que hayan sido capaces de reaccionar.

Una maniobra ejemplar

Está claro que las tropas ucranianas están muy bien asesoradas y han realizado unas operaciones ofensivas dignas de estudio en academias militares, que se hará. Han ejecutado un movimiento estratégico impecable. Si el enemigo te ataca con dureza en un punto del frente, tienes que atacar en otro lugar. Esto, que es algo obvio de estrategia militar, es justo lo que han hecho. Para este ataque, eligieron en primer lugar la zona de Jersón, y no es casual: es el punto ideal.

Jersón, lo hemos comentado muchas veces, es un punto clave. Para Rusia supone —suponía, más bien— el paso hacia Odesa para aislar a Ucrania del mar Negro, objetivo estratégico. Pero también supone garantizar el abastecimiento de agua de Crimea, vital para ellos. Sin embargo, es una posición muy expuesta porque está en el lado oeste del Dniéper y defenderse con el río a tus espaldas no es agradable. Para Ucrania, recuperar Jersón sería de un efecto político y militar considerable, siendo además el territorio ocupado más al oeste y, por tanto, más alejado de las fronteras rusas y el más vulnerable.

placeholder Soldados ucranianos se preparan para remolcar un tanque ruso capturado en Járkov, durante la operación de contraofensiva de las últimas horas. (Reuters)
Soldados ucranianos se preparan para remolcar un tanque ruso capturado en Járkov, durante la operación de contraofensiva de las últimas horas. (Reuters)

Atacando Jersón, los ucranianos consiguieron dos cosas muy importantes. La primera, tomar la iniciativa, cambiando una situación en la que hasta ahora solo respondían a los movimientos rusos. La segunda, no menos importante, ha sido hacer que los rusos desplazaran allí más tropas y recursos, además tropas profesionales y experimentadas, que son las que se necesitan en estos casos. Allí también han conseguido algunos éxitos y avances recuperando terreno, pero la gran sorpresa estaba en otro lado.

La verdadera contraofensiva —porque ahora sí es el término adecuado— se ha producido donde a los rusos más les duele, en el sureste de Járkov. Si recordamos aquel famoso intento fallido de los rusos de pasar el río Donets, su objetivo era eliminar el saliente ucraniano que finalizaba en Sievierodonetsk y Lysychansk, donde los rusos presionaron con dureza. Este saliente estaba dominado por Izium al norte y Popasna al sur, estando en el punto central el nudo de comunicaciones de Kramatorsk, también muy castigado por la artillería y misiles rusos. Recuerden aquel 'famoso' ataque a su estación de ferrocarril, donde se produjeron muchas víctimas civiles.

Eliminar este saliente era clave para asegurar el 'oblast' de Donets, es decir, la provincia entera, otro de los objetivos estratégicos rusos. Tras sus sucesivos fracasos en el intento de eliminar el saliente, incluido el mencionado cruce del río, el golpe dado por los ucranianos es muy perjudicial para la estrategia rusa.

placeholder Lanzagranadas rusos capturados por soldados ucranianos. (Reuters)
Lanzagranadas rusos capturados por soldados ucranianos. (Reuters)

Las tropas de Kiev han estado, en primer lugar, 'calentando el terreno' a base de ataques selectivos a centros de mando, depósitos de municiones y material, así como líneas de comunicación. Con esto, han conseguido alargar sus líneas de suministros, por lo que combustibles, recambios, víveres y munición llegaban menos y con más retraso al frente. Además, a la vista de los prisioneros e improvisadas defensas rusas, queda claro que han ido relevando tropas fogueadas de la primera línea, reemplazándolas por reclutas recién llegados y tropas de la milicia o Guardia Nacional, su Rosgvardiya, de peor calidad, equipamiento y adiestramiento.

Tras una, al parecer sencilla, ruptura del frente, los ucranianos fueron avanzando y recuperando un pueblo tras otro hasta llegar a Kupiansk. Esta ciudad ha sido la clave. Se trata de un importante nudo de comunicaciones y es el centro de todo el tráfico de suministros del frente norte. Con Kupiansk bajo control ucraniano, el resto del sistema defensivo ruso se desmoronó como un castillo de naipes. Con toda la parte norte en poder del enemigo y con el río Oskil a sus espaldas, donde, por cierto, los ucranianos golpearon puentes y carreteras, bastó que los ucranianos presionaran en el sur para que Izium quedase comprometida y ocupada, al menos en parte.

Con Izium perdida, se acabó por completo cualquier posibilidad de las fuerzas rusas de terminar con el saliente de Donets y, por tanto, la propia capital 'rebelde' del Donbás queda desde ahora automáticamente amenazada. No es de extrañar que Putin haya ordenado un repliegue general hacia el Donbás, que es ahora lo que les queda por salvar.

Se veía venir

Esta contraofensiva tampoco ha supuesto tanta sorpresa y se veía venir. Desde las páginas de este periódico hemos venido advirtiendo de ello días atrás. El 22 de mayo, a propósito del comentado fracaso ruso al intentar pasar el río Donets, ya señalábamos Kupiansk como uno de los puntos clave a los que había que prestar atención. También el 20 de agosto indicábamos los claros signos por los que cabía esperar un giro en el curso de la guerra, algo que se iba a materializar en una toma de la iniciativa por parte ucraniana.

Lo que desde luego debe causar sorpresa es lo que se han encontrado los ucranianos en su avance. Por las imágenes difundidas en redes y a las que podemos dar credibilidad, al haber sido geolocalizadas por los habituales portales Osint (fuentes abiertas), se están viendo posiciones de infantería improvisadas o en estado lamentable, nada de fortificaciones ni puntos fuertes bien preparados. También se están viendo no solo carros de combate rusos, como ya hemos comentado, sino incluso carros ucranianos previamente capturados y ahora vueltos a recuperar.

También se han visto talleres de reparaciones de campo, lo que en España se denomina 'segundo escalón', con vehículos, recambios y herramientas abandonados, así como gran cantidad de vehículos, armas, municiones y material en general. Todo esto son claros signos de una huida precipitada, casi una desbandada en toda regla, y es muy probable que la única decisión sensata del mando ruso haya sido ordenar el repliegue hacia posiciones que se puedan defender. Un repliegue que es posible que también afecte a otras áreas, como el frente oeste en Jersón, porque da la impresión de que la maquinaria militar rusa está agotada y Putin, ahora más que nunca, contra las cuerdas.

No sabemos cómo terminará todo esto, pero incluso ante el flagrante error de la Inteligencia rusa, que no supo prever esto, sería otro error no menos grande por parte de Ucrania pensar que la guerra está ganada y Rusia derrotada. Muchas veces hemos dicho también que sus recursos y reservas siguen siendo grandes y no se les debe subestimar.

Sin embargo, y pese al potencial que aún le pueda quedar a Putin, incluido el botón nuclear, el desempeño del Ejército ruso y de su material ha quedado por los suelos. Aunque ganaran la guerra y consiguieran sus objetivos, el golpe a su industria militar y a su prestigio va a ser difícil de olvidar.

Para algunos, está siendo toda una sorpresa, algo inesperado y difícil de creer hace tan solo un par de semanas. El fulgurante avance ucraniano no solo supone un golpe certero a Rusia, sino que está proporcionando a las tropas de Kiev una ingente cantidad de material abandonado. También está haciendo que la guerra vuelva a los telediarios, y eso es justo lo que Zelenski quería.

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