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Del Bentayga al Raval: 40 coches de todo el mundo con nombres de lugares españoles
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Varias marcas han usado Toledo o Córdoba

Del Bentayga al Raval: 40 coches de todo el mundo con nombres de lugares españoles

En 1982, SEAT empezó a usar localidades españolas para bautizar sus modelos, pero no es la única marca, ni la primera, que ha recurrido a ciudades, barrios, montañas o monumentos de nuestro país para poner nombre a sus coches

Foto: El SUV de la marca británica recibió el nombre de una montaña canaria. (Bentley)
El SUV de la marca británica recibió el nombre de una montaña canaria. (Bentley)

Durante muchos años, SEAT fabricó bajo licencia varios coches desarrollados por Fiat, como el 1400, pionero de la firma española, o los posteriores 600, 850, 127, 124, 131, 132, Panda, Ritmo... Cuando la marca turinesa decidió remodelar este último, en SEAT optaron por tomar como base el Ritmo para crear un coche españolizado, con su propio diseño, obra del estudio Fissore, y una denominación comercial diferente a la del coche italiano. Finalmente, se eligió Ronda, convirtiéndose la localidad malagueña en la primera que daba nombre a un coche del fabricante barcelonés. Y, como la idea tuvo buena aceptación, SEAT decidió continuar por ese camino, eligiendo Ibiza para el sucesor del Fura en 1984 y Málaga para bautizar al sedán de cuatro puertas derivado del Ronda, y nacido también en 1984.

placeholder El primer coche de SEAT que recibió el nombre de una localidad española fue el Ronda.
El primer coche de SEAT que recibió el nombre de una localidad española fue el Ronda.

En 1986, SEAT recurriría por tercera vez en pocos años a la provincia malagueña para dar nombre a un nuevo modelo, pues la marca española lanzó su propio utilitario a partir del Fiat Panda y lo llamó Marbella, denominación vigente hasta el cese de producción del coche en 1998. Mucho antes, en 1991, había visto la luz el primer SEAT Toledo, encargado de dar relevo al Málaga y desarrollado ya en el seno del grupo Volkswagen, y en 1993, para bautizar al sedán derivado de la segunda generación del Ibiza (la primera en la nueva era Volkswagen), la marca de Martorell optó por el nombre Córdoba.

placeholder Para bautizar al SEAT derivado del Volkswagen Caddy se eligió nombre mallorquín: Inca.
Para bautizar al SEAT derivado del Volkswagen Caddy se eligió nombre mallorquín: Inca.

Ibiza, Toledo o Córdoba son nombres sobradamente conocidos, aunque seguramente muchos menos recordarán que, en 1995, y para bautizar a un modelo basado en la pequeña furgoneta Caddy de Volkswagen, SEAT eligió una localidad mallorquina: Inca. Y, un año más tarde, la política de usar nombres toponímicos para sus modelos se abrió un poco más cuando la firma española escogió, para su primer monovolumen, uno de los monumentos del país más reconocidos, la Alhambra, por más que Alhambra sea también el nombre de una pequeña población de Ciudad Real.

placeholder Con el Alhambra, SEAT decidió que también los monumentos españoles valían como nombre.
Con el Alhambra, SEAT decidió que también los monumentos españoles valían como nombre.

Al Marbella también le llegó su hora en 1997, y para darle relevo apareció un utilitario completamente distinto. E incluso el nombre daba un giro absoluto, pues desde una población a orillas del Mediterráneo, en la firma española saltaron a las costas atlánticas gallegas cuando eligieron Arosa para el nuevo coche, nombre de ría y de isla que, curiosamente, generó la primera polémica lingüística en torno un modelo de SEAT: Arosa es castellano y en gallego se escribe Arousa, lo que generó algunas quejas sin mayor trascendencia. Las sensibilidades o susceptibilidades en España parecían estar cambiando, porque 13 años antes nadie se había planteado que el Ibiza debería haberse llamado Eivissa.

placeholder Para poner nombre a su SUV más grande, SEAT organizó una votación, y ganó Tarraco.
Para poner nombre a su SUV más grande, SEAT organizó una votación, y ganó Tarraco.

El Arosa, lógicamente, seguiría siendo Arosa hasta el final de su vida comercial en 2004, y SEAT continuaría bautizando coches con nombres españoles, una tradición cuyo siguiente ejemplo tendría como protagonista al León, con una primera entrega en 1999 y que, como el Ibiza, ha llegado hasta nuestros días. Bien es cierto que la marca española ha empleado en ocasiones algunas denominaciones fuera de la toponimia, como Mii o Exeo, pero la mayoría de sus coches siguieron recibiendo nombres de localidades, como Altea (población de Alicante) en 2004, Ateca (municipio zaragozano) en 2016, Arona (localidad de la isla de Tenerife) en 2017 o, ya en 2018, Tarraco, opción mayoritariamente elegida por los seguidores de la marca en una votación donde la antigua ciudad romana, génesis de la actual Tarragona, se impuso en la final, con un 35,5% de los sufragios, a los otros nombres propuestos: Ávila (28,7%), Aranda (26,9%) y Alborán (8,8%).

¿Existió el SEAT Gredos?

De Ronda a Tarraco, pasando por Ibiza, Málaga, Marbella, Toledo, Córdoba, Inca, Alhambra, Arosa, León, Altea, Ateca y Arona, 14 localidades o lugares de nuestra geografía dieron nombre a otros tantos modelos de la firma española, e incluso cinco de ellos todavía permanecen en activo. Aunque, en realidad, han sido 15 hasta hoy las denominaciones de este tipo utilizadas por la marca, pues también existió un SEAT Gredos, que muy pocos habrán visto. Porque ese fue el nombre con el que se comercializó el Málaga en el mercado griego para evitar el significado malsonante de la palabra original, demasiado similar al malaka o malakia de la lengua helena, que, como mínimo, debemos traducir como imbécil o mierda. De ahí hacia arriba, ancha es Grecia...

placeholder El Seat Málaga, versión sedán derivada del Ronda, se llamó Gredos en Grecia.
El Seat Málaga, versión sedán derivada del Ronda, se llamó Gredos en Grecia.

Un camino, el de variar la denominación de los vehículos en ciertos mercados para huir de anecdóticas casualidades en los vocablos, que han seguido otros fabricantes en las últimas décadas, y que llevó a vender en España el Mitsubishi Pajero con el nombre de Montero; o el Opel Cascada, sencillamente, como Cabrio. ¿Medida excesiva? Pero Hyundai, por ejemplo, decidió mantener para España el nombre Kona, tomado de una comarca de las islas Hawái, pese al significado en gallego de cona, similar al que tiene en portugués ese término y que llevó al importador de la marca en el país vecino a buscar otra denominación hawaiana para ese SUV: Kauai.

Cupra sigue eligiendo lugares

La tradición de SEAT de dar a sus productos nombres inspirados en la toponimia nacional ha continuado con Cupra, a medida que esa joven división de la firma de Martorell se ha convertido en marca independiente y con personalidad propia. De hecho, los primeros coches de la gama Cupra, el León y el Ateca, tomaron como base modelos de SEAT y conservaron sus nombres. Pero, en los vehículos nacidos ya como Cupra, se han buscado denominaciones inéditas, nunca usadas anteriormente, como en el caso del Formentor, primer producto 100% Cupra y que toma su nombre del cabo más septentrional de la isla de Mallorca.

placeholder El primer coche desarrollado específicamente para Cupra lleva el nombre de un cabo de Mallorca.
El primer coche desarrollado específicamente para Cupra lleva el nombre de un cabo de Mallorca.

Desde entonces, los cuatro vehículos a los que se ha bautizado en Cupra han limitado su fuente de inspiración al territorio catalán, lo que probablemente esté ligado a la barcelonización protagonizada por SEAT S.A. en los últimos tiempos, que ha potenciado lemas como "hecho en Barcelona", "nacido en Barcelona" o "born in Barcelona". Su anterior presidente, Luca de Meo, siempre defendió que debían aprovechar el tirón turístico y de imagen que tenía la ciudad condal a nivel internacional, una estrategia cuyo rumbo prosigue invariable bajo la actual presidencia de Wayne Griffiths, británico de nacimiento y alemán de nacionalidad, pero un declarado amante de la capital catalana.

placeholder El futuro Cupra Raval, que llegará en 2025, tomará como base el UrbanRebel Concept.
El futuro Cupra Raval, que llegará en 2025, tomará como base el UrbanRebel Concept.

En ese sentido, tras lanzar el Formentor llegó el turno del primer eléctrico de la marca, que inicialmente iba a nacer como SEAT El-Born, en honor al barrio barcelonés de El Born. Así fue presentado en sociedad, aún como concept car, en el Salón de Ginebra del 2019, pero al final habría cambio de planes, siendo adjudicado a Cupra en lugar de a SEAT, y acortando su denominación: en vez de El-Born, sencillamente Born. Y no iba a ser la última vez que el callejero de esa ciudad inspirara el nombre de un Cupra, pues hace pocos meses la joven marca española anunciaba que su futuro utilitario eléctrico, previsto para 2025 y avanzado por el concept car UrbanRebel, se llamará Raval, como otro de los barrios barceloneses. Dos zonas muy populares de la ciudad condal que también se han hecho célebres en los últimos tiempos por su peligrosidad.

placeholder Cupra Tavascan: nombre de pueblecito pirenaico para un SUV eléctrico que se fabricará en China.
Cupra Tavascan: nombre de pueblecito pirenaico para un SUV eléctrico que se fabricará en China.

Las otras dos denominaciones comerciales elegidas por Cupra para próximos modelos son Tavascan, inspirada en una pequeña localidad pirenaica de la provincia de Lérida, y Terramar, el nombre de un clásico circuito de velocidad, inaugurado en 1923 y abandonado durante largo tiempo, que hoy lucha por volver a la vida en Sant Pere de Ribes, junto a Sitges y la costa barcelonesa.

Toledo y Córdoba ya fueron usados

Pero cuando nació el SEAT Toledo en 1991, ese nombre comercial ya había sido utilizado anteriormente; y no en uno, sino en dos automóviles. Porque tres marcas han utilizado hasta ahora el nombre de la ciudad castellana en sus coches. SEAT ha sido, sin duda, el fabricante que más partido sacó a la denominación, empleada en cuatro generaciones de su popular modelo entre 1991 y 2019, pero no muchos sabrán que existió también un Triumph Toledo, una berlina de tipo sedán que fue fabricada por British Leyland en el Reino Unido entre 1970 y 1976.

placeholder El Triumph Toledo era fabricado en el Reino Unido por British Leyland.
El Triumph Toledo era fabricado en el Reino Unido por British Leyland.

Y antes, incluso, se había llamado Toledo a una furgoneta de seis puertas y nueve plazas, con tracción 4x4 y reductora, construida en Zaragoza a partir de diseños de Jeep por la empresa española Viasa (Vehículos Industriales y Agrícolas, S.A.), y que se comercializó a partir de 1963 como Willys-Viasa SV Toledo. Lo curioso en este caso es que, pese a tratarse de un producto made in Spain, parece que el nombre de Toledo no hacía referencia a la ciudad del Tajo, sino a una población del mismo nombre en el estado de Ohio (EEUU), donde tenía su sede central la Willys-Overland Motors, fabricante de los legendarios Willys usados en la Segunda Guerra Mundial.

Otro tanto sucede con el SEAT Córdoba, lanzado en 1993 pero que tampoco fue el primer coche del mundo bautizado con el nombre de la ciudad andaluza. Chrysler, que contaba en el mercado norteamericano desde los años 40 con un modelo llamado Newport, ideó para su quinta generación, presentada en 1969, una variante lujosa de equipamiento especial a la que acabaría llamando Newport Cordoba (sin tilde), y que apareció en 1970. Pero en 1975, coincidiendo con una nueva evolución, el coche pasaría a llamarse Chrysler Cordoba, manteniéndose en producción hasta 1983.

placeholder Faltaba mucho aún para el SEAT Córdoba, pero en Estados Unidos ya tenían su Cordoba, sin tilde.
Faltaba mucho aún para el SEAT Córdoba, pero en Estados Unidos ya tenían su Cordoba, sin tilde.

Y es que los nombres españoles, y más concretamente los relacionados con Andalucía, se habían puesto de moda entre los fabricantes estadounidenses de automóviles, pues el caso del Chrysler Cordoba no es único. Por ejemplo, en 1972 Ford lanzó en Europa su berlina más lujosa, bautizada como Granada, aunque durante los primeros meses se comercializó como Ford Consul debido a una demanda relacionada, precisamente, con su nombre, usado también entonces por una poderosa empresa británica del mundo de la comunicación. Solventado el obstáculo legal, el coche, que se fabricaba en Gran Bretaña y en Alemania, pasó a llamarse Granada de forma definitiva, nombre que mantendrían tanto la segunda como la tercera generación, hasta que esta última fue relevada por el Scorpio en 1994.

placeholder El Ford Granada estuvo a punto de no llamarse así, por la protesta de un canal de televisión británico.
El Ford Granada estuvo a punto de no llamarse así, por la protesta de un canal de televisión británico.

Pero, mucho antes que Chrysler o Ford, Cadillac ya había recurrido a un nombre de ciudad española en su gama: Sevilla. O, para ser más precisos, Seville, pues en la marca de lujo americana optaron por la versión en inglés cuando en 1956 bautizaron una nueva versión de su gigantesco descapotable Eldorado. Aquel Cadillac Eldorado Seville se mantendría en producción hasta 1960, y con su sustitución, el nombre de la capital del Guadalquivir también fue arrinconado en los archivos de General Motors, grupo al que pertenece Cadillac desde 1909.

placeholder Las últimas generaciones del Cadillac Seville llegaron a ser distribuidas oficialmente en España.
Las últimas generaciones del Cadillac Seville llegaron a ser distribuidas oficialmente en España.

Sin embargo, década y media después Cadillac estaba preparando una nueva berlina de lujo que debía aparecer en 1976, y para la que no tenían aún nombre. De las tres denominaciones finalistas, la mayor parte de los directivos se inclinaba por LaSalle, el nombre de una antigua marca del grupo desaparecida en 1940, pero finalmente se rechazó la idea por un pasado con claroscuros. Al parecer, el segundo nombre que más gustaba era Saint-Moritz, pero las dificultades de pronunciación acabaron suponiendo un problema infranqueable, de manera que GM acabó volviendo la mirada hacia el tercer nombre barajado, Seville, con el que nadie contaba al principio. Es así como en 1976 nace el primer Cadillac Seville, del que habría cuatro generaciones más hasta el final de su trayectoria comercial en 2004.

El curioso caso de Lamborghini

Si hay una marca, al margen de SEAT, que para sus coches emplea tradicionalmente nombres de origen español, es Lamborghini. Su escudo es un toro de lidia, y eso ya dice bastante. Aunque el signo del zodiaco de Ferruccio Lamborghini, un constructor de maquinaria agrícola que empezó a producir coches deportivos en 1964, era tauro, parece que la elección del emblema tiene más que ver con su pasión por las corridas de toros, que se hizo evidente cuando Lamborghini comenzó a bautizar sus creaciones con nombres de ganaderías o toros, como Miura (1967), Islero (1968) o Urraco (1970), e incluso lanzando un Lamborghini Espada en 1970. Sin embargo, la marca de Sant'Agata Bolognese solo ha presentado a lo largo de sus seis décadas de historia un coche con nombre de lugar español: el Lamborghini Jarama, en producción desde 1970 hasta 1976 y que lucía el nombre del circuito de carreras madrileño.

Una denominación, Jarama, que después se ha repetido en otras marcas, pero siempre para bautizar versiones o series limitadas de algún modelo, como en el caso del Fiat Croma Jarama o, mucho más recientemente, del Toyota GR Supra Jarama Racetrack Edition.

placeholder Ferruzzio Lamborghini dio nombre de origen español a la mayoría de sus coches, como Jarama.
Ferruzzio Lamborghini dio nombre de origen español a la mayoría de sus coches, como Jarama.

Y es que si entramos en el campo de las versiones o ediciones especiales, la lista de coches con nombres de la toponimia española se agranda, y encontramos desde el Peugeot 505 Covadonga hasta el Opel Corsa Jaca. También con nombres de monumentos célebres, como el Talbot Solara Escorial, o de barrios, como el Renault 5 Triana. O el Santana Cazorla, denominación elegida por Santana Motor en 1982 para bautizar al coche derivado del Land Rover Santana Serie III 109 Especial, y que se inspiraba en el entorno de su factoría de Linares (Jaén), junto a la sierra de Cazorla.

No obstante, la historia del automóvil ha dado algunos ejemplos más de coches con nombre inspirado en la geografía nacional. Pese a ser menos conocidos, por su fabricación prácticamente artesanal y en pequeñas series, conviene citar también deportivos de la legendaria Pegaso nacidos a partir de 1951, como el Z-102 Spider Rabassada o el Z-102 Touring Tibidabo, ambos ejemplares únicos, o las réplicas de vehículos británicos o alemanes que, bajo licencia, construyó desde 1970 hasta 1976 la empresa Hispano Alemán en nuestro país, como el biplaza descapotable Mallorca o los deportivos Vizcaya y Castilla, el primero con mecánica de Porsche 914 y el segundo inspirado en el Lotus Europa.

placeholder Al margen de SEAT y Cupra, solo Bentley ofrece ahora un coche con nombre toponímico español.
Al margen de SEAT y Cupra, solo Bentley ofrece ahora un coche con nombre toponímico español.

Y, si nos vamos mucho más atrás en el tiempo, exactamente hasta 1920, nos encontramos con el que posiblemente sea el primer coche del mundo bautizado con el nombre de una localidad española: el Delage CO 4.5 Salamanca. Sin embargo, la historia es otra, pues este enorme coche descubierto, dotado de una capota abatible que permitía proteger a los ocupantes de la segunda fila de las miradas curiosas o de las inclemencias del tiempo, no recibió ese nombre en honor de la ciudad castellana, sino porque ese era el tipo de carrocería favorito del aristócrata español Carlos de Salamanca, agente ya entonces de la prestigiosa Rolls-Royce en nuestro país y que, en su faceta de piloto, se había impuesto en el Gran Prix de España de 1913.

Bentayga: con acento canario

Si buscamos hoy toponimia española en las gamas de los principales fabricantes de automóviles, encontraremos ejemplos en las ya citadas SEAT (Arona, Ateca, Ibiza, León y Tarraco) y Cupra (Ateca, Born y Formentor), pero también, curiosamente, en Bentley, pues la firma británica del grupo Volkswagen dio a su primer SUV, presentado en 2015, el nombre de una montaña de nuestro país: el roque Bentayga, una espectacular formación basáltica situada en la isla de Gran Canaria, en el interior de la caldera volcánica de Tejeda, que alcanza los 1.414 metros de altitud sobre el nivel del mar y fue lugar de culto de los primeros pobladores insulares.

No obstante, desde Bentley siempre han explicado que llamar así a su coche más vendido no tiene que ver solo con esa prominencia rocosa del archipiélago canario, de la que ellos hablan en su información sobre el modelo Bentayga, sino también con la combinación de Bentley y taiga, en referencia a los bosques del norte de Inglaterra.

Durante muchos años, SEAT fabricó bajo licencia varios coches desarrollados por Fiat, como el 1400, pionero de la firma española, o los posteriores 600, 850, 127, 124, 131, 132, Panda, Ritmo... Cuando la marca turinesa decidió remodelar este último, en SEAT optaron por tomar como base el Ritmo para crear un coche españolizado, con su propio diseño, obra del estudio Fissore, y una denominación comercial diferente a la del coche italiano. Finalmente, se eligió Ronda, convirtiéndose la localidad malagueña en la primera que daba nombre a un coche del fabricante barcelonés. Y, como la idea tuvo buena aceptación, SEAT decidió continuar por ese camino, eligiendo Ibiza para el sucesor del Fura en 1984 y Málaga para bautizar al sedán de cuatro puertas derivado del Ronda, y nacido también en 1984.

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