Es noticia
La heroína vuelve a golpear El Raval: peleas, robos y jeringuillas tiradas en la acera
  1. España
  2. Cataluña
BARCELONA PIDE MÁS MOSSOS

La heroína vuelve a golpear El Raval: peleas, robos y jeringuillas tiradas en la acera

Los vecinos del barrio denuncian inseguridad, y el Ayuntamiento reconoce que hay un problema con el narcotráfico. Aunque los narcopisos se han ido desmantelando, el consumo pervive

Foto: Operación policial en El Raval para el desmantelamiento de narcopisos. (EFE/Quique García)
Operación policial en El Raval para el desmantelamiento de narcopisos. (EFE/Quique García)

Es jueves por la noche y unos 200 vecinos se han dado cita para manifestarse en El Raval. Algunos llegan disfrazados, vestidos de luto riguroso y cargan un féretro de cartón al hombro que representa la muerte de su barrio. Reclaman seguridad y limpieza. Piden que el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat intervengan ante el consumo de heroína en sus calles. Señalan la sala Baluard, uno de los centros para pincharse bajo supervisión, como uno de los focos problemáticos, también el hecho de que cuando se desalojan los narcopisos, los adictos deambulan por las calles sin otra alternativa.

placeholder Momento de la manifestación convocada por los vecinos del Raval. (V. F.)
Momento de la manifestación convocada por los vecinos del Raval. (V. F.)

Beatriz lleva en la cabeza una cinta con una jeringuilla. Se manifiesta con sus hijos, una niña de cuatro años y un bebé de tan solo uno. Asegura que no es raro encontrarse a gente drogándose frente a la sala y las aceras llenas de agujas. "Salen de aquí con el kit y se lo aplican frente al CAP donde llevo a mi hija al pediatra", sostiene. Denuncia también la suciedad que se acumula en el barrio. En definitiva, el abandono de un lugar a escasos minutos del corazón turístico de Barcelona.

El 14 de la avenida Drassanes, donde se ubica la sala Baluard, queda a solo diez minutos de las ramblas. Es un lugar al que asisten cada día decenas de personas con adicciones para hacer uso de la sala de venopunción. Este tipo de espacios son un componente esencial de la Red de Centros de Atención de las Drogodependencias, en funcionamiento desde principios de 2000. Son instalaciones médicas donde los usuarios de drogas inyectables pueden consumir de forma segura. Buscan reducir las enfermedades que se transmiten por compartir jeringuilla y sirven también para que los drogodependientes estén bajo el radar de los servicios sociales y sanitarios.

Foto: Una calle del barrio del Raval barcelonés. (iStock)

Cataluña dispone de ocho salas de venopunción, pero por algún motivo aquí se concentra la mayor conflictividad. En los alrededores merodean vendedores de droga y por las noches se suceden las peleas. También han vuelto los robos al barrio. Los vecinos aseguran que antes de que a primera hora pasen los servicios de limpieza municipales, hay que esquivar las jeringuillas tiradas en la acera. Cada día se recogen alrededor de 130 jeringuillas en todo el distrito de Ciutat Vella, al que pertenece El Raval. Fuentes de Sanidad estiman que el 85% del consumo se da en esta zona.

Los narcopisos

La venta de heroína en El Raval, un barrio humilde, con una renta de 10.017 euros por persona, según datos del INE, no depende de una gran mafia o grupo organizado, sino de diversas personas sin vínculos entre ellas, apunta un portavoz de los Mossos d'Esquadra. Según la misma fuente, en este momento no hay puntos de venta activos y los que aparecen, se desmantelan.

placeholder La Guardia Urbana desaloja en 2021 a 43 personas, entre ellas un menor, de un narcopiso del Raval. (EFE/Quique García)
La Guardia Urbana desaloja en 2021 a 43 personas, entre ellas un menor, de un narcopiso del Raval. (EFE/Quique García)

Los últimos años, una de las prioridades del Ayuntamiento de Barcelona ha sido cerrar los narcopisos, un fenómeno que entre 2017 y 2018 proliferó por las calles del Raval. Tras una serie de actuaciones policiales en las que se desmantelaron más de 470 puntos de venta, el número de narcopisos pasó de 60 a cero. Los adictos no solo compraban la droga en estas viviendas, también la consumían allí.

Y aunque los vecinos confirman que el volumen de narcopisos ha descendido de forma considerable, remarcan que el problema no ha desaparecido. El cierre de estos espacios lo que ha hecho ha sido empujar a estas personas a la calle, donde consumen ahora. El Consistorio no oculta su preocupación. "En El Raval tenemos un problema real de seguridad. Nuestro compromiso es combatir el narcotráfico, pero necesitamos más recursos y efectivos", reconoció hace una semana el teniente de alcalde y concejal de Seguridad, Albert Batlle, que pidió más efectivos a los Mossos. Esta misma semana el Ayuntamiento ha anunciado que la Guardia Urbana aumentará un 20% la cantidad de efectivos en la zona.

Foto: Uno de los 'narcopisos', en la calle Hachero, tapiado por los vecinos. (A.P.)

Sin embargo, no todos están de acuerdo en que poner más policías sea la solución. "Se toman medidas policiales en un asunto que tiene como raíz la vivienda vacía y la salud pública. Si no se actúa con políticas para poner en uso esas viviendas, el problema seguirá existiendo", defiende Ángel Cordero, vecino y activista de Acció Raval.

El problema inmobiliario

Se calcula que en El Raval hay al menos 400 viviendas vacías y la mayoría de ellas pertenecen a grandes tenedores. En toda Cataluña hay 35.000 pisos desocupados de bancos y fondos de inversión. "Los primeros pisos que se okuparon para la venta de droga son de 2012, las fechas coinciden con la crisis inmobiliaria que dejó como consecuencia el problema de las viviendas vacías", continúa Cordero. "Los propietarios expulsaron a los vecinos, pero no actuaron frente a las okupaciones para degradar el barrio y especular", agrega.

placeholder Personas sin recursos se asean en un gimnasio del Raval. (Reuters/Nacho Doce)
Personas sin recursos se asean en un gimnasio del Raval. (Reuters/Nacho Doce)

A pesar del abandono, el precio de la vivienda no ha bajado. El alquiler promedio para un piso de 60 metros cuadrados en El Raval es de 720 euros, según el último dato municipal de 2021. Y aunque ha habido vaivenes en la venta de viviendas, los movimientos son similares a los registrados en otros puntos de la ciudad, por lo que los problemas de seguridad no han hecho que el precio del metro cuadrado se deprecie significativamente.

Ujala Joshi Jubert es profesora de Derecho de la Universidad de Barcelona y está especializada en Crimen Organizado. Sobre los narcopisos señala la importancia de hacer cumplir la legislación vigente para prevenir la okupación. "El Ayuntamiento tiene herramientas para mejorar la seguridad: puede llegar a un pacto de compra con el propietario o dar financiamiento para asegurar los accesos a la propiedad, por ejemplo, blindando puertas y ventanas. Claro que para esto se requiere un profundo análisis de campo", explica a El Confidencial.

Es jueves por la noche y unos 200 vecinos se han dado cita para manifestarse en El Raval. Algunos llegan disfrazados, vestidos de luto riguroso y cargan un féretro de cartón al hombro que representa la muerte de su barrio. Reclaman seguridad y limpieza. Piden que el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat intervengan ante el consumo de heroína en sus calles. Señalan la sala Baluard, uno de los centros para pincharse bajo supervisión, como uno de los focos problemáticos, también el hecho de que cuando se desalojan los narcopisos, los adictos deambulan por las calles sin otra alternativa.

Mossos d'Esquadra Heroína Cataluña
El redactor recomienda