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El Gobierno británico decide retrasar el final del coche de combustión de 2030 a 2035
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Varios fabricantes se oponen a la prórroga

El Gobierno británico decide retrasar el final del coche de combustión de 2030 a 2035

El Ejecutivo de Rishi Sunak quiere retrasar de 2030 a 2035 la prohibición de los coches con motor de combustión, lo que ha generado la protesta de varios fabricantes, que ven la medida poco clara y peligrosa para las inversiones realizadas

Foto: El primer ministro británico, Rishi Sunak, quiere retrasar cinco años la prohibición. (EFE/EPA/Tolga Akmen)
El primer ministro británico, Rishi Sunak, quiere retrasar cinco años la prohibición. (EFE/EPA/Tolga Akmen)

Después de un tiempo deshojando la margarita, a finales de 2020 el entonces primer ministro británico Boris Johnson se decidía a poner fecha oficial al fin de la venta de coches nuevos con motor de combustión en el territorio del Reino Unido: 2030. Con ello, su país pasaba a figurar en la avanzadilla de los mercados que más prisa han mostrado por abrazar el coche eléctrico, junto a otros como Islandia, Israel o Malasia, donde también se estableció 2030 como límite. En cualquier caso, cinco años más tarde que Noruega, el estado más adelantado del mundo al respecto, y donde no podrán comercializarse vehículos nuevos que equipen cualquier tipo de motor de combustión desde 2025, lo que incluye también el veto a los híbridos enchufables, sea cual sea su autonomía eléctrica.

De ese modo, además, Reino Unido parecía tratar de dejar en evidencia a los que habían sido sus socios en la Unión Europea hasta pocos meses antes, una especie de lección de ecología al adelantarse cinco años a la fecha, el 1 de enero de 2035, que entonces ya sonaba en el seno de la UE para permitir exclusivamente la venta de coches nuevos eléctricos. Y cinco años, teniendo en cuenta lo cortos que son ya los plazos, era una gran diferencia.

El anuncio de Johnson, que reducía a menos de una década la presencia futura de vehículos de combustión en los concesionarios del país, motivó un repunte inmediato de las matriculaciones de vehículos eléctricos, o BEV (battery electric vehicle), en el Reino Unido, y si en los trimestres previos rara vez se alcanzaban las 25.000 unidades vendidas con esa tecnología libre de emisiones, tanto en el tercer como en el cuarto trimestre de 2020 se superaron, respectivamente, las 60.000 unidades. La progresión continuó, y el segundo cuarto de 2021 sería el primero con más de 75.000 eléctricos matriculados en Gran Bretaña, mientras que en los dos últimos trimestres de ese año se rebasaron ya, en cada caso, las 100.000 unidades. Y 2022 discurrió con la misma tónica, llegando a alcanzarse en el último trimestre de ese ejercicio las 125.000 unidades con mecánica 100% eléctrica.

placeholder Sobre la venta de híbridos enchufables en Gran Bretaña, nada varía: estaba permitida hasta 2035.
Sobre la venta de híbridos enchufables en Gran Bretaña, nada varía: estaba permitida hasta 2035.

No obstante, el propio Boris Johnson explicaba hace tres años, al poner fecha de ejecución a la comercialización de coches de gasolina o diésel, que a partir de 2030 solo podrían venderse vehículos eléctricos o híbridos enchufables, de manera que se dejaba claramente abierta la puerta a estos últimos. De hecho, entre las medidas a tomar para acelerar el proceso, que incluían ayudas por valor de 1.300 millones de libras (1.500 millones de euros al cambio actual) para la instalación de puntos de recarga en viviendas y empresas, figuraban 580 millones de libras (670 millones de euros de hoy) para incentivar la adquisición de coches con cero emisiones o emisiones ultrabajas, lo que ponía negro sobre blanco que los híbridos enchufables podrían seguir vendiéndose en ese país entre 2030 y 2035.

Sunak quiere relajar el plan

Pero el actual primer ministro británico, Rishi Sunak, parece no verlo todo tan claro, y ha decidido relajar el plan para aproximar medidas y plazos a los de la Unión Europea. Si el Ejecutivo de Johnson indultó esos cinco años, de 2030 a 2035, a los híbridos enchufables, el de Sunak hará lo propio con el resto de coches con motor de combustión, ya sean de gasolina, diésel o híbridos convencionales. Dicho de otro modo, se impondrán en el Reino Unido los mismos plazos que en la Unión Europea, donde también estará permitida la venta de coches nuevos con motor de combustión hasta 2035. Pero a partir de ese año, solo vehículos eléctricos, a la espera de que ir sabiendo más sobre los combustibles sintéticos, pues en el caso de la UE sí se admitirá la venta de coches nuevos con motor de combustión que solo funcionen con algún tipo de e-fuel, neutro en carbono, aunque no se ha desarrollado todavía una normativa al respecto.

Al anunciar ese cambio, Sunak evitó hablar de retraso o marcha atrás, y optó por referirse a la medida como un "nuevo enfoque" en la lucha contra el cambio climático, donde el Gobierno ayudará a una transición más fácil de sus ciudadanos hacia el vehículo eléctrico, pero intentando que los usuarios británicos den el paso más por convicción que por obligación: "podrán comprar coches y furgonetas de gasolina y diésel hasta 2035, e incluso podrán seguir comprándolos y vendiéndolos a partir de esa fecha si son de segunda mano", declaraba Sunak. Pero el primer ministro británico dice confiar en que la mayoría de los coches nuevos que se vendan en 2030 sean eléctricos, y más por la previsible caída de costes que por la intervención de su Gobierno en favor de esos vehículos. Además, justifica la decisión por la excesiva prisa de los gobiernos anteriores, que habían fijado objetivos muy ambiciosos hacia las cero emisiones sin asegurarse del apoyo social a las medidas.

placeholder En el caso de Vauxhall, el plan pasa por limitarse a los coches eléctricos desde 2028.
En el caso de Vauxhall, el plan pasa por limitarse a los coches eléctricos desde 2028.

Sin embargo, este cambio de planes y de calendario no parece haber sentado bien a la industria del automóvil del país, que trabajaba desde hace tiempo con una estrategia de futuro que ahora se altera, lo que, según algunos fabricantes, pondría en riesgo las inversiones ya realizadas para adecuarse a la anterior fecha límite de 2030. La presidenta de Ford UK, Lisa Brankin, ya lo advertía horas antes del anuncio del primer ministro cuando, ante las filtraciones que surgían sobre el posible cambio de 2030 a 2035, reiteraba que el negocio del automóvil "necesita del Gobierno del Reino Unido que sea ambicioso, que mantenga su compromiso y que sea coherente", concluyendo que "una relajación de la fecha afectaría a esos tres factores". Brankin recordaba que Ford había invertido ya 430 millones de libras (casi 500 millones de euros) en sus factorías británicas para adecuarse a la fecha límite de 2030. "Necesitamos que la política se centre en reforzar el mercado de vehículos eléctricos a corto plazo y apoyar a los consumidores mientras siga habiendo problemas como una infraestructura insuficiente", afirmaba Brankin.

Por su parte, desde el grupo Stellantis, propietario de marcas como Citroën, Fiat y Peugeot, y de la poderosa firma británica Vauxhall, también pedían "claridad" al gabinete de Sunak, y reiteraban su propósito de vender solo coches y furgonetas sin emisiones a partir de 2030. Y en parecidos términos se manifestaban desde BMW Group, que produce en el Reino Unido los Rolls-Royce y buena parte de los modelos de Mini, o desde JLR (Jaguar Land Rover), que ha pedido "certidumbre" a las políticas climáticas del Gobierno.

Después de un tiempo deshojando la margarita, a finales de 2020 el entonces primer ministro británico Boris Johnson se decidía a poner fecha oficial al fin de la venta de coches nuevos con motor de combustión en el territorio del Reino Unido: 2030. Con ello, su país pasaba a figurar en la avanzadilla de los mercados que más prisa han mostrado por abrazar el coche eléctrico, junto a otros como Islandia, Israel o Malasia, donde también se estableció 2030 como límite. En cualquier caso, cinco años más tarde que Noruega, el estado más adelantado del mundo al respecto, y donde no podrán comercializarse vehículos nuevos que equipen cualquier tipo de motor de combustión desde 2025, lo que incluye también el veto a los híbridos enchufables, sea cual sea su autonomía eléctrica.

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