China tiene sus astilleros preparados para una guerra larga. Estados Unidos, no
En un conflicto prolongado, los astilleros de China darían a su marina una ventaja significativa, ya que serían capaces de acelerar rápidamente la producción
China emergió como una potencia global al convertirse en la fábrica del mundo. Ahora está expandiendo ese poder, y su poderío militar, con otro impresionante logro industrial: convertirse en el astillero del mundo.
Más de la mitad de la producción mundial de la construcción naval comercial provino de China el año pasado, convirtiéndola en el principal constructor de barcos a nivel global por un amplio margen. Los otrora prolíficos astilleros de Occidente, que ayudaron a forjar imperios, expandir el comercio y ganar guerras, han menguado. Europa representa solo el 5% de la producción mundial, mientras que Estados Unidos aporta apenas nada. La mayoría de lo que China no construye proviene de Corea del Sur y Japón.
"La escala de la construcción naval de China es difícil de imaginar", afirma Thomas Shugart, un miembro sénior adjunto del Centro para una Nueva Seguridad Americana, cuya investigación se centra en la competencia marítima. "El grado en que empequeñece a la construcción naval estadounidense es simplemente increíble".
Este imperio de la construcción naval es un símbolo de la transformación histórica de China desde una nación continental introspectiva a una potencia marítima. Pero es mucho más que eso. Es un activo estratégico fundamental para Beijing, en un momento en el que el líder chino Xi Jinping intenta remodelar el orden mundial en tiempos de paz y se prepara para prevalecer sobre sus rivales en caso de guerra.
Las gigantescas empresas de construcción naval chinas que producen barcos mercantes son a menudo las mismas que construyen buques de guerra para la marina china. Sus astilleros están prosperando, con contratos de miles de millones de dólares que se destinan no solo a buques de combate, sino también para portacontenedores, petroleros y cargueros para líneas de comercio marítimo en China, Occidente e incluso Taiwán.
Con sus libros de pedidos llenos para los próximos años, los astilleros se han expandido, han capacitado enormes grupos de trabajadores y han construido extensas cadenas de suministro.
Los planificadores militares chinos han construido la marina más grande del mundo
Los planificadores militares chinos han aprovechado todo esto para construir la marina más grande del mundo, en número de buques, una fuerza central para las mayores ambiciones de Xi de proyectar poder en el exterior, proteger las rutas marítimas que conectan a China con el mundo y absorber Taiwán.
La industria de construcción naval de Estados Unidos, en tiempos robusta, se ha encogido. Ya no produce barcos comerciales oceánicos en números relevantes. Varios astilleros tienen solo un gran cliente, la Marina, y esos astilleros a menudo luchan contra retrasos, sobrecostes, escasez de trabajadores y proveedores.
La principal diferencia entre las bases industriales de construcción naval china y estadounidense es que "China se beneficia de una enorme carga de trabajo de construcción naval comercial", dijo el contralmirante Thomas J. Anderson a un subcomité del Congreso en mayo, cuando era el oficial ejecutivo del programa para barcos en la Marina de Estados Unidos. Mientras tanto, aseguró, el gobierno de Estados Unidos en gran medida lo hace solo, asumiendo todos los costes de los barcos y la infraestructura asociada.
"Una ventaja masiva"
"Claramente, la industria de construcción naval comercial de China les proporciona una ventaja masiva cuando se trata de capacidad de construcción naval", dijo.
En un conflicto prolongado, los astilleros de China darían a su marina una ventaja significativa. Dimensionados para construir a ritmos de tiempo de guerra, serían capaces de acelerar rápidamente la producción, reemplazar los barcos perdidos y reparar los dañados. Esa es una capacidad en la que se apoyaron los astilleros estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, construyendo buques aliados más rápido de lo que los submarinos alemanes podían hundirlos.
Hoy en día, los astilleros estadounidenses luchan por mantenerse al día con la demanda en tiempos de paz. Los submarinos están inactivos por retrasos en el mantenimiento y los nuevos sufren retrasos en la construcción. La Marina, por ejemplo, espera dos nuevos submarinos del tipo Virginia al año, pero los está recibiendo a una tasa de 1,4, dijo un oficial del Departamento de Defensa el año pasado.
No hay suficiente mano de obra capacitada, los diques secos escasean y, en el caso de algunos componentes críticos, solo quedan unos pocos proveedores en pie.
Esto es especialmente preocupante, dicen los estrategas estadounidenses, a la luz de lo que ha mostrado el conflicto en Ucrania: las guerras pueden durar mucho tiempo y poder ganarlas requiere de industria. Las fábricas de armas de Estados Unidos han pasado apuros para mantenerse al día con los campos de batalla de Ucrania. Sus fabricantes de municiones, y astilleros, no están preparados para una guerra con China.
Si Estados Unidos interviniera en un conflicto en Taiwán, sus fuerzas necesitarían impedir que los barcos chinos alcancen la isla y descargar equipos y miles de tropas. Cada lado intentaría destruir tantos buques enemigos como fuera posible para evitar que esos barcos disparen sus misiles.
En caso de guerra en Taiwán, EEUU sufriría para construir y reparar su flota
En tal escenario, ambos lados necesitarían volver a poner rápidamente sus barcos dañados en juego, reparados, listos para reingresar al combate y capaces de usar su potencia de fuego. Estados Unidos lo pasaría mal para aumentar sus capacidades de construcción y reparación de barcos a mitad de la guerra, para empezar, porque los trabajadores modernos de los astilleros necesitan ser formados previamente.
China no tendría tales problemas. Su ventaja es visible en una isla cerca de Shanghái, en la desembocadura del río Yangtsé. Dos inmensos astilleros están ahora ubicados en la isla, conocida como Changxing, concentrando una gran capacidad de construcción de barcos en un solo lugar.
La isla Changxing se está transformando en una colosal "base de construcción naval", escribió el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en un informe de mayo. La acumulación comenzó con la reubicación del astillero Jiangnan a la isla desde el centro de Shanghái entre los años 2005 y 2008. Esto fue seguido por el traslado de un segundo astillero, Hudong Zhonghua, que aún está en curso.
Las instalaciones de Jiangnan
Los astilleros pertenecen a subsidiarias de la Corporación Estatal de Construcción Naval de China (CECNC), un coloso estatal cuyos clientes van desde la marina china hasta líneas de envío extranjeras. El gigante transportista francés CMA CGM firmó el año pasado un acuerdo de 3.000 millones de dólares con la CECNC para 16 portacontenedores, después de pedir 22 buques dos años antes. La compañía de envíos taiwanesa Evergreen Marine también les encomienda grandes contratos.
Imágenes satelitales de mayo obtenidas por Maxar Technologies muestran la vasta instalación de Jiangnan. Cerca de dos docenas de barcos son visibles en el atareado astillero. Algunos son nuevos; otros parecen esperar para reacondicionamiento o reparaciones. Se ven lo que parecen ser portacontenedores, destructores y el tercer portaaviones de China, conocido como el Tipo 003.
"Donde solíamos ver algunos niveles de división entre el lado comercial y el lado militar de las cosas, esas líneas se han vuelto cada vez más borrosas", asegura Matthew Funaiole, un miembro sénior del Proyecto de Poder de China en CSIS, quien sigue de cerca los desarrollos en la construcción naval china.
Imágenes satelitales de Jiangnan analizadas por CSIS en años recientes capturaron un buque de Evergreen amarrado junto a tres buques de guerra chinos y, en otro caso, el verde identificable de un casco de Evergreen al lado del portaaviones chino. El análisis de CSIS mostró que un dique seco utilizado para el portaaviones estuvo ocupado anteriormente por un portacontenedores que se estaba construyendo para CMA CGM, lo que sugiere que el segmento comercial y el militar del organismo comparten recursos.
Cuando las compañías extranjeras pagan al astillero chino, es muy probable que una parte de esos ingresos se reinvierta en el astillero militar, apunta Funaiole. "Si los muelles, diques secos y salas de montaje en los que se invierte son también los muelles, diques secos y salas de montaje que se utilizan para producir buques militares, ¿cómo le llamamos a eso?"
Para Shugart, que trabaja en el Centro para una Nueva Seguridad Americana, esta es la conclusión: "Todos estos países que compran barcos de China les están pagando para construir los astilleros que necesitarían para reparar su flota en tiempos de guerra", afirma. "Es algo duro de presenciar", agrega.
"Los países que compran barcos chinos están pagando su flota de guerra"
CMA CGM no respondió a una solicitud de comentarios. Evergreen dijo que sus buques estaban siendo construidos por el departamento comercial de la Corporación Estatal de Construcción Naval de China, que, afirma, estaba separado del departamento militar de la compañía. Los contratos de construcción naval de Evergreen son de naturaleza puramente civil comercial, asegura.
La marina china cuenta con 370 buques de fuerza de combate, más que la Marina de Estados Unidos. Se espera que ese número aumente a 435 para 2030. Sus astilleros están construyendo naves cada vez más sofisticadas, como el superequipado buque de combate de superficie de la clase Renhai. También han construido las flotas de guardacostas y pesqueras más grandes del mundo, y una extensa marina mercante, sumando al poder marítimo de China.
Se espera, mientras tanto, que la marina de Estados Unidos se mantenga en el mismo tamaño actual, 292 buques, o se reduzca en los próximos años, debido a que retira más buques de los que comisiona, antes de empezar a crecer nuevamente. La flota de apoyo logístico y de transporte marítimo que ayuda al ejército también está envejeciendo.
Las plataformas de la marina de Estados Unidos son aún superiores a las de China, por ejemplo, por el gran número de portaaviones. Pero los estrategas navales argumentan cada vez más que el tamaño de la flota también importa: cuanto mayor, mejor.
Carlos del Toro, el secretario de la marina de Estados Unidos, asegura que está examinando detenidamente la construcción naval. Ha dirigido una revisión de las causas de los problemas de construcción naval de Estados Unidos y está buscando recomendaciones para una base industrial de construcción naval "que proporcione capacidades de combate que nuestros combatientes necesitan, en un calendario que sea relevante", según la marina.
En octubre, visitó un astillero privado, no lejos de San Francisco. El área fue la base de uno de los astilleros navales más activos durante la Segunda Guerra Mundial, un símbolo de los días de gloria de la construcción naval estadounidense, al igual que la isla Changxing es del poderío de construcción naval de China hoy en día. El astillero naval de Mare Island construyó 17 submarinos de propulsión nuclear en las décadas posteriores a la guerra, antes de ser cerrado a mediados de los noventa.
"La historia demuestra un patrón claro: ninguna gran potencia naval ha existido jamás sin ser también una potencia marítima comercial dominante, abarcando tanto la construcción naval como el transporte marítimo global", advirtió Del Toro a finales del año pasado.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.
China emergió como una potencia global al convertirse en la fábrica del mundo. Ahora está expandiendo ese poder, y su poderío militar, con otro impresionante logro industrial: convertirse en el astillero del mundo.
- China se plantea rescatar sus bolsas, pero eso no resolverá su principal problema The Wall Street Journal. Jacky Wong
- El uranio ha doblado su precio y el 'rally' sigue teniendo combustible The Wall Street Journal. Jinjoo Lee
- Tres explicaciones al milagro económico de EEUU con tres consecuencias muy dispares The Wall Street Journal. James Mackintosh