China bota el portaaviones más avanzado del planeta fuera de EEUU

China ha botado hoy su nuevo portaaviones en el astillero militar de Jiangnan, en la desembocadura del río Yangtze, cerca de Shanghái, uno de los centros clave del titánico esfuerzo del país asiático para hacerse con la supremacía naval mundial. Según los expertos militares, es el portaaviones más avanzado del planeta a este lado de la costa oeste norteamericana, solo superado por el nuevo superportaaviones Gerald Ford.

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Jesús Díaz

Como apunta el experto naval H I Sutton, el Fujian —como se ha bautizado esta nave del tipo 003— llega solo 10 años después de su primer portaaviones, el reconvertido Varyag de la clase Almirante Kuznetsov. Los chinos compraron y reconvirtieron ese barco construido en la Unión Soviética a Ucrania, que se lo quedó después del colapso del antiguo Imperio comunista. China tiene ahora tres portaaviones, el Liáoníng de tipo 001, el Shandong de tipo 002 —un clon mejorado del Varyag— y ahora el Fujian, que es el primer diseño totalmente original, pero claramente inspirado en los superportaaviones norteamericanos.

Todavía no está operativo

Pero, aunque el Fujian flota y puede moverse, pasarán varios años antes de que esté plenamente operativo y entre en acción. Durante ese tiempo, lo tendrán que equipar con toneladas de armamento, maquinaria, sistemas electrónicos y tres catapultas electromagnéticas muy similares a las que lleva el nuevo portaaviones americano Gerald Ford, para después pasar innumerables test.

Llamadas EMALS en Estados Unidos, este Sistema de Lanzamiento de Aviones Electromagnético incrementará la capacidad de carga de sus aviones de combate, aumentando notablemente su capacidad ofensiva y alcance operativo. Anteriormente, los cazas chinos solo podían usar sus motores y la pista de despegue curvada hacia arriba, llamada ‘skyjump’ en inglés. Esto limitaba mucho el peso que podían llevar. Estas catapultas lanzan los aviones a gran velocidad con el mismo efecto que las que tienen los portaaviones de la clase Nimitz. Al contrario que las de los Nimitz, que usan vapor a presión, las EMALS utilizan energía electromagnética, lo que las hace más compactas y más rápidas, permitiendo más lanzamientos por hora.

Como apuntamos hace unos días, los chinos juegan con la ventaja de poder copiar la tecnología americana, pero eso no les quita mérito. Construir una máquina de esta complejidad y envergadura es una tarea casi imposible para casi todas las potencias marítimas del planeta. Fuera de EEUU, nadie ha llegado a este tamaño y nivel de sofisticación, algo que preocupa seriamente a Occidente dada la naturaleza imperialista de un régimen dictatorial que quiere hacerse con un país independiente como Taiwán y establecerse como la primera potencia militar mundial por tierra, mar y aire.

El rugido del dragón

Pero Sutton también afirma que no hay que menospreciar la capacidad de aprendizaje de los chinos, que han montado una flota de portaaviones sin experiencia previa y que ya cuentan con una extensa experiencia y sus propios protocolos operacionales: “En los últimos meses, Liáoníng operaba en aguas abiertas del Pacífico occidental. Los funcionarios de defensa japoneses señalaron que se llevaron a cabo más de 100 lanzamientos de aviones. Esto muestra un tempo operativo significativo. Es indicativo de la creciente confianza y credibilidad en el uso de sus portaaviones”.

Sutton también dice que lo que más asusta es la impresionante expansión de estos astilleros militares, que indica que el “increíble crecimiento de la Armada China” en los últimos años no va a parar. “China tiene la ambición de expandir y modernizar su armada a una escala nunca vista en ningún otro país”, asegura Sutton. También están construyendo nuevas bases navales para ofrecer soporte a estas nuevas bestias marinas, de las que esperan tener seis en funcionamiento en 2040. Los próximos tres portaaviones, además, tendrán reactores nucleares, lo que limitará su tiempo en el mar a su capacidad de abastecimiento y la fortaleza y disciplina de su marinería y pilotos.