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¿Es Trump inevitable? El apoyo a su candidatura sobrevuela los problemas legales
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La carrera presidencial republicana

¿Es Trump inevitable? El apoyo a su candidatura sobrevuela los problemas legales

El control del expresidente sobre el Partido Republicano parece más fuerte después de que se saltara el primer debate de las primarias y se hiciera la foto de su ficha policial

Foto: Donald Trump, a su llegada a Atlanta la semana pasada. (Getty/Joe Raedle)
Donald Trump, a su llegada a Atlanta la semana pasada. (Getty/Joe Raedle)
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¿Es Donald Trump imparable?

Durante meses, la pregunta se ha cernido sobre la carrera presidencial republicana, pero los últimos días la han empujado convincentemente hacia la columna del sí.

La apuesta de Trump de saltarse el debate de las primarias republicanas del miércoles dio resultado, ya que salió no solo indemne, sino con su dominio reafirmado: todos menos dos de los ocho candidatos levantaron la mano para decir que le apoyarían como candidato del partido, aunque fuera condenado por una de las docenas de cargos penales a los que se enfrenta.

Menos de 24 horas después, mientras sus rivales trataban de aprovechar el debate, Trump hizo una visita relámpago a Atlanta y se marchó con una foto de su ficha policial ya preparada para recaudar fondos —para ambos partidos— y un sorprendente regreso a X, la plataforma en línea antes conocida como Twitter.

Por ahora, parece más plausible que Trump, de 77 años, pueda verse frenado por la cárcel o por algún problema inesperado, como la salud, que por otro candidato republicano.

Foto: Donald Trump. (Reuters/Lindsay DeDario)

"Tiene una habilidad especial para tomar las cosas más negativas y capitalizarlas", expone Jordan Bryngelson, un activista republicano en Carolina del Sur que es neutral en la carrera pero que, como muchos otros en el partido, ha llegado a ver a Trump como algo inevitable. "Cada vez que le dan un puñetazo, se hace más fuerte. Es Teflon Don".

Quedan más de cuatro meses para la primera contienda por la nominación en Iowa, y Trump aún podría caer bajo el peso de sus problemas o un rival podría por fin abrirse camino. Las encuestas siguen mostrando al expresidente con una enorme ventaja, pero también indican que los votantes están dispuestos a considerar alternativas.

Foto: Foto policial de Donald Trump, expresidente de EEUU. (Reuters)

"Puede pasar cualquier cosa", opina Jeanita McNulty, presidenta de un condado del Partido Republicano en Iowa, que asistió al debate en Milwaukee. Pero concluyó que nadie dañó a Trump, que esa noche apareció en una entrevista muy vista con Tucker Carlson y dijo que las acusaciones penales solo han galvanizado aún más a las masas.

Las acusaciones impulsan el ascenso

A finales del año pasado, parecía que Trump se estaba desvaneciendo.

El Partido Republicano obtuvo malos resultados en las elecciones de mitad de mandato, y los candidatos respaldados por el expresidente que se hicieron eco de sus falsas afirmaciones sobre el fraude electoral de 2020 perdieron carreras clave. Su recaudación de fondos tuvo un comienzo lento y Trump miraba nervioso al gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien ganó la reelección por mayoría aplastante y ganó prominencia nacional por su oposición a las restricciones de covid-19.

Las tornas cambiaron para Trump en primavera. En abril, se desveló la primera acusación contra él, en un caso de Nueva York relacionado con pagos de dinero por ocultamiento. Los republicanos se apresuraron a unirse en torno a él. Siguieron tres acusaciones más, obligando a los candidatos a hacerse eco de las afirmaciones de Trump de que las acusaciones tienen motivaciones políticas.

Foto: Donald Trump durante un mitin republicano en Iowa. (Reuters/Scott Morgan)

DeSantis entró oficialmente en la carrera a finales de mayo, sumándose a un amplio abanico de candidatos que han sido reacios a criticar a Trump por miedo a apagar a sus seguidores, creando un mensaje confuso. Aunque hay diferencias políticas, sobre todo en política exterior y aborto, los rivales apoyan en gran medida la agenda de Trump, incluso en inmigración y economía.

El gobernador de Florida tuvo que soportar millones de dólares en anuncios de ataque del equipo de Trump antes de entrar en la carrera, ataques que en su mayoría quedaron sin respuesta, algo ampliamente visto como un error táctico. DeSantis ha sufrido por sus malas decisiones de personal, que le han llevado a despidos, y de estrategia. Intentó postularse a la derecha de Trump, lo que alejó a algunos simpatizantes y donantes sin despegar a ningún partidario de Trump.

DeSantis ha intentado recalibrarse, pero no ha recuperado el terreno perdido, aunque algunas encuestas sugieren que los espectadores del debate pensaron que había tenido una buena actuación. La exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley también obtuvo buenos resultados en las encuestas posteriores al debate, pero sigue muy por detrás de Trump.

Foto: Foto de archivo de Ron DeSantis. (Reuters/Reba Saldanha)

El empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy fue el que más llamó la atención en el debate. Defendió celosamente a Trump, calificándolo de "mejor presidente del siglo XXI", y más tarde se ganó los elogios del expresidente por ello. Pero a Ramaswamy también le queda mucho camino por recorrer, y no está claro por qué los partidarios de Trump abandonarían al expresidente por un imitador.

"No le ha pasado nada esta última semana que haga menos probable que consiga la nominación, que sigue siendo abrumadoramente probable, pero no segura", dijo el estratega del GOP Scott Jennings. "Cada semana que pasa, con la fragmentación entre los detractores de Trump, es otra semana que sale ganando".

DeSantis tiene los recursos para un largo recorrido, incluyendo un super PAC (Comité de Acción Electoral) con 85 millones de dólares para gastar. A sus ayudantes, y a los de otros contrincantes de Trump, les gusta decir que los votantes no comenzarán realmente a centrarse en sus opciones hasta que el clima comience a enfriarse en lugares como Iowa y New Hampshire.

Hay algo de verdad en ello. A estas alturas de año, en 2015, el senador Ted Cruz, de Texas, ganador de los caucus de Iowa en 2016, apenas llegaba al 8% en la encuesta más seguida del estado. Trump estaba en el 23%.

Foto: DeSantis, es una comparecencia en Virginia. (Reuters/Kevin Wurm)

"Acaba de empezar la segunda entrada. Ahora todo se vuelve real", declaró Pete Snyder, un inversor de Virginia que respalda a DeSantis, que destacó cómo la campaña de Trump sigue centrándose en el gobernador. "Si tienes una ventaja contundente sobre los demás, ¿por qué demonios están siempre hablando de él? Están obsesionados".

El problema de las elecciones generales

Haley estuvo entre los que levantaron la mano para decir que apoyaría a Trump incluso si es condenado, al igual que DeSantis, que inicialmente dudó al ver lo que hacían los demás en el escenario. (Los dos únicos candidatos que no estuvieron de acuerdo —el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson— están en la parte baja de las encuestas de las primarias o cerca de ella).

Aun así, advirtió de que Trump podría costarle caro al partido si es el nominado.

"Tenemos que ver el hecho de que tres cuartas partes de los estadounidenses no quieren una revancha entre Trump y Biden", dijo Haley. "Tenemos que afrontar el hecho de que Trump es el político que menos gusta en Estados Unidos. Así no podemos ganar unas elecciones generales".

Foto: Donald Trump, ayer en Georgia. (Reuters/Brendan McDermid)

Rick Tyler, estratega de la campaña presidencial de Cruz en 2016, se mostró igualmente pesimista. "Si los republicanos nominan a Trump y la elección presidencial se convierte en una elección para determinar si Donald Trump irá a la Casa Blanca o a la cárcel, el GOP morderá el polvo, de principio a fin de la papeleta".

Y añadió: "Ya conocemos el resultado porque desde 2016, Trump no ha traído más que derrotas".

Hablando el domingo en ABC, Christie expresó que estaba sorprendido de que la mayoría de sus competidores en el debate republicano no estuvieran de acuerdo en que Trump no puede ganar en medio de sus problemas legales. "La verdad es que no podemos tener a un delincuente convicto como nuestro candidato a la presidencia y pensar que vamos a ganar", dijo. "Ahora mismo, Donald Trump está en libertad bajo fianza en cuatro jurisdicciones diferentes de este país".

Una encuesta de Yahoo News/YouGov de mediados de agosto reveló que el apoyo a Trump tanto en las primarias republicanas como en un enfrentamiento con Biden en las elecciones generales descendería significativamente si fuera condenado por "un delito grave", aunque no está claro cuál de los casos actuales contra Trump entraría en esa categoría para la mayoría de los votantes.

Foto: El expresidente estadounidense Donald Trump. (Reuters/Evelyn Hockstein)

McNulty, presidenta del partido republicano en el condado de Iowa, afirma que no le preocupa que las acusaciones perjudicaran a Trump con los votantes en unas elecciones generales. "Pueden ver lo que le está pasando a un ex presidente de Estados Unidos y le puede pasar a cualquiera", dijo.

La apretada agenda de Trump

Los problemas legales de Trump han dado lugar a oleadas de recaudación de fondos, pero están desviando un tiempo valioso y decenas de millones en honorarios legales que podrían haberse dedicado a la campaña.

El lunes, la jueza federal de distrito Tanya Chutkan en Washington estudiará cuándo fijar un juicio para Trump por los cargos federales de que conspiró para anular los resultados de las elecciones de 2020 para mantenerse en el poder. El abogado especial Jack Smith ha solicitado una fecha de inicio para el 2 de enero de 2024, aproximadamente dos semanas antes de que se emitan los votos en los primeros caucus de Iowa. Los abogados de Trump quieren que se traslade a abril de 2026, citando el gran volumen de pruebas que tendrán que examinar.

Foto: El expresidente de Estados Unidos Donald Trump. (EFE/EPA/Peter Foley)

Chutkan tendrá en cuenta el calendario del caso frente a otros tres juicios contra Trump que probablemente comenzarán con meses de diferencia, lo que obligará a Trump a compaginar los actos de campaña con las comparecencias ante el tribunal.

MAGA Inc., el super PAC que respalda a Trump, ha sido el mayor anunciante de la campaña presidencial en lo que va de año, según datos de la empresa de seguimiento de anuncios AdImpact. Más de cuatro quintas partes de los 22 millones de dólares que ha gastado en anuncios se han destinado a todo el país, en lugar de solo a determinados mercados de los estados en los que se vota en las primeras elecciones, como suele ser habitual.

La publicidad reciente del grupo se ha centrado en gran medida en el presidente Biden, una señal de que quiere enmarcar las primarias como algo que ya está decidido. Los tres anuncios de televisión que ha emitido en la última semana incluyen imágenes de Biden, mientras que dos dicen que Trump está "dominando la carrera".

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden. (Getty/Nathan Howard)

Biden y sus compañeros demócratas, a su vez, están tratando a Trump como el inevitable candidato del GOP —y en privado, muchos demócratas esperan que lo sea, ya que lo ven vulnerable—.

Trump pasará esta semana recaudando fondos y concediendo entrevistas a los medios de comunicación. Tiene previsto visitar Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur en septiembre, quizá varias veces, para ampliar su ventaja. Es probable que no participe en el próximo debate, a finales de septiembre.

El presidente del Partido Republicano de Iowa, Jeff Kaufmann, expresó que espera que Trump asista a futuros debates auspiciados por el Comité Nacional Republicano, especialmente si uno se celebra en Iowa poco antes de las asambleas electorales del 15 de enero, como es tradición. "Sabe que no puede dar Iowa por sentado", añadió.

Foto: Ron DeSantis. (Reuters/Henry Nicholls)

La incesante saga legal de Trump significa que la lucha por la nominación del Partido Republicano seguirá siendo un referéndum sobre él, lo que es una buena noticia para el favorito.

"Mientras la mayoría del campo esté defendiendo a Trump en al menos frente a alguno de sus mayores problemas", opina el analista electoral no partidista Nathan Gonzales, "es difícil ver cómo podría ser destronado".

-Con la contribución de Sadie Gurman, Aaron Zitner y Stephanie Armour.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

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