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'Midterms' de EEUU: los demócratas frenan la anunciada ola republicana, pero perderían la Cámara
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'Midterms' de EEUU: los demócratas frenan la anunciada ola republicana, pero perderían la Cámara

Según los últimos resultados, los republicanos recuperarían el control de la Cámara de Representantes, aunque con un margen algo más modesto de lo esperado

Foto: Foto: Reuters/Dieu-Nalio Chery.
Foto: Reuters/Dieu-Nalio Chery.

El recuento de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, una amplia votación en la que se renueva la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, 36 gobernadurías y un sinnúmero de puestos estatales, se extendió en la madrugada americana dado el carácter reñido de las carreras más importantes. Pese a la falta de una imagen completa, sin embargo, los resultados apuntan a que los republicanos no van a cabalgar un tsunami electoral, sino una discreta marejada cuyo alcance final aún está por ver.

La sombra de Donald Trump, que lleva dos años elevando las candidaturas de sus aliados, planeó sobre los comicios. Una cita con olor a estrategia de cara a las presidenciales. Como si ambos partidos dispusieran sus soldados y sus piezas de artillería para la verdadera batalla, que se celebrará en 2024.

Foto: Ron DeSantis junto a su familia en la noche electoral. (Reuters/Marco Bello( Opinión

Según los últimos resultados, está previsto que los republicanos conquisten la Cámara de Representantes, aunque con un margen algo más modesto del esperado. Respecto al Senado, todavía se cuentan los votos de las carreras ajustadas: especialmente en Georgia, estado que podría verse obligado a celebrar una segunda vuelta si ninguno de los candidatos se consolida por encima del 50% del voto.

Foto: Cliente del supermercado Walmart en Washington. (EFE/Michael Reynolds)

Las encuestas a pie de urna confirmaron cuáles eran las principales inquietudes de los votantes: la inflación y el aborto, seguidos por el crimen, la inmigración y la regulación de la posesión de armas.

La integridad de los procesos electorales es una de las inquietudes particulares de los demócratas. Más de 300 candidatos republicanos abrazaban el bulo infundado del fraude electoral en 2020, lo que podría vaticinar la consolidación en las instituciones de un tipo de conservador que no se fía, ni respeta, la práctica descentralizada del voto en un país con dos siglos y medio de experiencia democrática. Una reciente encuesta de Gallup refleja cómo la polarización nacional alcanza a esta piedra angular del sistema democrático. La proporción de votantes demócratas que confían en la exactitud de las elecciones es del 85%; la proporción de republicanos, menos de la mitad. Un 40%.

Foto: Gorras en las que se lee "Trump ganó" vendidas en la convención republicana de Carolina del Norte. (Reuters/Jonathan Drake)

Mientras esperamos a la probablemente agria batalla de 2024, la tendencia general en las legislativas parece ser la de un enrocamiento. Cada partido se consolida en sus respectivos feudos. Las caras más conocidas de ambas bancadas, como la socialista Alexandria Ocasio-Cortez o la extremista conservadora Marjorie Taylor Greene, han logrado la reelección. Parte de la esperanza republicana residía en los condados de zonas tradicionalmente demócratas, donde los latinos o las mujeres blancas de las periferias urbanas podrían marcar un vuelco demográfico. Incluso en la progresista Nueva York los republicanos se vieron con posibilidades. Pero, al final, la gobernadora, Kathy Hochul, que fue número dos de Andrew Cuomo, ha sido elegida tras haber recibido en los últimos días el refuerzo de las estrellas del partido.

Foto: Un votante en Míchigan. (Reuters/Evelyn Hockstein)

Noche funesta para el trumpismo

El que sin duda emerge como ganador de la noche es el gobernador de Florida, Ron DeSantis. El republicano más popular de Estados Unidos después de Donald Trump, y posible rival suyo en las primarias republicanas de 2024, fue reelegido gobernador por un margen mucho más amplio que en 2018. En aquel entonces ganó por un 0,4% de los votos, atravesando la línea de meta gracias al respaldo de Trump. Esta madrugada lo hizo con una diferencia de unos 20 puntos sobre Charlie Crist.

Dadas las aparentes ambiciones presidenciales de DeSantis, si su aplastante victoria se combina con lo que parece ser una decepcionante actuación del resto de republicanos, muchos de ellos afines a Trump, esta puede revelarse como una noche funesta para el trumpismo. El gobernador de Florida, para el que el magnate ya ha acuñado un insulto personalizado (Ron DeSanctimonious: “Ron el mojigato”), tendría ahora más razones que nunca para lanzarse al ruedo presidencial. Y, de hecho, su discurso de la victoria de anoche tenía tintes populistas. "¡Jamás nos rendiremos frente a la turba woke! ¡Florida es la tumba del wokismo!", declaró DeSantis, en referencia al identitarismo de la izquierda. El también republicano Marco Rubio fue elegido por tercera vez senador de Florida.

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden. (Reuters/Kevin Lamarque) Opinión

El trumpismo ha sufrido otro varapalo tras la victoria de una de las carreras más reñidas, la del demócrata John Fetterman y el republicano Mehmet Oz en Pensilvania. El demócrata, que sufrió un ictus en mayo, ha conseguido su asiento en el Senado a pesar de la intensa campaña de Oz, conocido por ser un famoso presentador de televisión y una de las apuestas de Donald Trump.

Los gobernadores republicanos de Georgia y Texas también han consolidado sus cargos. La eterna estrella ascendente demócrata, Beto O’Rourke, que siempre soñó con capitanear el voto cada vez más diverso (latino), Texas, se ha vuelto a quedar por el camino. Después de perder las elecciones al Senado en 2018 y a presidente en 2020, O’Rourke ha hecho lo propio con las elecciones a gobernador. El republicano Abbott gobernará un tercer mandato.

La sensibilidad identitaria también tuvo sus victorias: el demócrata Wes Moore será el primer gobernador afroamericano de Maryland y la también demócrata Maura Healy, en Massachussets, la primera gobernadora abiertamente lesbiana de Estados Unidos. Ambos han cambiado el color de sus estados, de republicano a demócrata.

Foto: El gobernador de Florida, Ron DeSantis. (EFE) Opinión
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Los demócratas también se apuntaron una marcada victoria senatorial en Colorado, donde Michael Bennett confirmó su escaño pese a las dudas, y los republicanos en Ohio. El inversor y autor del superventas Hillbilly Elegy, J. D. Vance, transformado en acólito de Donald Trump, obtuvo la representación de la Cámara Alta de un estado estratégico: de esos cuyos votos pueden decidir la presidencia.

Los empleados electorales estaban en alerta ante posibles incidentes. Problemas técnicos en el condado republicano de Maricopa, en Arizona, donde las máquinas tabuladoras fallaron en 60 de los 223 centros de votación. Un percance aprovechado por las facciones conspirativas de la derecha para alimentar su narrativa en las redes sociales. Las autoridades del condado aseguraron que no se trató de un fallo informático, sino de impresión: las marcas negras de las papeletas no eran lo suficientemente densas y eso dificultaba su lectura. La denuncia puesta por los republicanos para ampliar el tiempo del recuento fue rechazada por un juez.

placeholder Joe y Jill Biden en un mitin con el candidato demócrata de Maryland Wes Moore y el senador Chris Van Hollen. (EFE/Michael Reynolds)
Joe y Jill Biden en un mitin con el candidato demócrata de Maryland Wes Moore y el senador Chris Van Hollen. (EFE/Michael Reynolds)

En Pensilvania, las autoridades ayudaron a 4.000 personas a poner la fecha, o la fecha correcta, en sus papeletas. El Tribunal Supremo local les había permitido hacerlo; una de las razones por las que el recuento de este importante escaño se está extendiendo más de lo previsto.

En esta maraña de elecciones, algunos estados decidían importantes reformas. El demócrata Vermont se ha convertido en el primer estado en insertar el derecho al aborto en su Constitución, como respuesta a la suspensión a nivel federal de este derecho, garantizado por la difunta ley Roe vs. Wade, en junio.

Los dos grandes partidos han gastado, a nivel federal y estatal, el triple de dinero que en las parlamentarias de 2018: casi 17.000 millones de dólares, según OpenSecrets. Un récord absoluto desde todos los puntos de vista. Las organizaciones que más han gastado son las Super PAC (comités que recaudan de forma ilimitada) ligadas a las carreras parlamentarias, sobre todo en el Senado. Arizona y Georgia, las carreras más reñidas, lideran la lista. Otra señal de lo movilizadas que están las fuerzas políticas en este contexto de fragmentación.

El recuento de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos, una amplia votación en la que se renueva la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, 36 gobernadurías y un sinnúmero de puestos estatales, se extendió en la madrugada americana dado el carácter reñido de las carreras más importantes. Pese a la falta de una imagen completa, sin embargo, los resultados apuntan a que los republicanos no van a cabalgar un tsunami electoral, sino una discreta marejada cuyo alcance final aún está por ver.

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