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La cesta de la compra que explica el posible batacazo de Biden en las 'midterms'
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El voto decisivo de la 'soccer mom'

La cesta de la compra que explica el posible batacazo de Biden en las 'midterms'

Las mujeres blancas de las periferias urbanas podrían ser la fuerza que golpee a la Administración Biden en las elecciones de medio mandato de Estados Unidos

Foto: Cliente del supermercado Walmart en Washington. (EFE/Michael Reynolds)
Cliente del supermercado Walmart en Washington. (EFE/Michael Reynolds)
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Ahora mismo, la mejor manera de entender Estados Unidos es visitar un supermercado y observar las caras de las personas que miran los precios de la leche, de los huevos o de la carne de ternera. Uno vería cómo la perplejidad las embarga, seguida por una ansiosa comparación de precios para ver si encuentran una oferta razonable y no se van a casa con la sensación de haber sido atracadas a punta de pistola. Estados Unidos celebra este martes sus elecciones de medio mandato, unos comicios decisivos en las que se renovará toda la Cámara Baja, un tercio del Senado y 36 gobernadurías, y donde la inflación se ha colocado en cabeza de las preocupaciones de los votantes. Sobre todo, dicen los sondeos, si preguntamos a las mujeres blancas de las periferias urbanas. Una de las fuerzas que probablemente golpeará a la Administración Biden y devolverá el control del Congreso a manos conservadoras.

La encuesta es del Wall Street Journal y ha sentado en los círculos demócratas como un tortazo. El pasado verano, la mayoría de las mujeres blancas de las afueras, que forman un 20% del electorado, tenían previsto votar demócrata. Estaban movilizadas contra la suspensión del derecho al aborto a nivel federal dictada por el Tribunal Supremo. Ahora, sin embargo, es la inflación lo que más les preocupa. Como consecuencia, han pasado de favorecer la opción progresista con ocho puntos de margen a querer votar republicano por 15 puntos de diferencia. Es decir, su intención de voto se habría movido 27 puntos a la derecha en solo unos meses.

Foto: Donald Trump en un mitin, en una imagen de archivo. (Reuters/Go Nakamura)

Así que las ilusiones demócratas, infladas por la ola de activismo del verano en reacción a la medida del Supremo, se han desinflado. Las últimas encuestas predicen que los republicanos ganarán entre 12 y 25 escaños en la Cámara de Representantes. Respecto al Senado, la carrera está ajustada. Todo depende de las reñidas campañas de seis estados, entre ellos Pensilvania, Arizona y Nevada. Como los demócratas deben defender más puestos, tienen más que perder. Según The Cook Political Report, los republicanos ganarán cuatro escaños senatoriales, quedándose así en 54 frente a 46 demócratas. Una diferencia mayor a las vaticinadas antes.

Una victoria republicana, por otra parte, sería lo esperable si uno mira los registros electorales norteamericanos. De las últimas 19 elecciones de medio mandato, el partido en el poder ha perdido las dos Cámaras del Congreso en 13 ocasiones. De los seis casos restantes, solo una vez ha logrado el partido presidencial conservar ambas cámaras. Fue en 2002, en medio del efecto psicológico de los atentados del 11-S.

Foto: El gobernador de Florida, Ron DeSantis. (Reuters/Crystal Vander Weiter)

Pero los demócratas están dolidos, porque el voto femenino suburbano es uno de sus feudos tradicionales. En 1996 Bill Clinton se llevó el apoyo crucial de las mujeres de los barrios de las afueras con casi 30 puntos de diferencia. En 2020, Joe Biden aún logró embolsarse este electorado, que se había vuelto más diverso (antes, el 84% de estas mujeres eran blancas; hoy, el 61%), pero por un margen exiguo. Una ventaja que, si se cumplen las predicciones, se va a evaporar en las próximas horas.

La crisis de la cesta de la compra

Más allá de la dimensión numérica y electoral, se trata de uno de los grandes arquetipos estadounidenses: la soccer mom, la matriarca que dirige las vicisitudes del hogar con una de cal y otra de arena, lleva a los niños a jugar el partido de la liga escolar los sábados por la mañana, a bordo de un SUV con espacio para un equipo de fútbol, y reina, en definitiva, desde una de esas casas de valla blanca rapsodiadas en tantas películas hechas directamente para televisión con música enlatada.

Entre las inquietudes tradicionales de este mundo de anuncio, de la América cuadriculada en millones de casas idénticas con garajes idénticos y Walmarts por doquier, siempre han estado la seguridad y la educación. Y ahora, por su propio peso, la mayor inflación de los últimos 50 años. Sobre todo en la cesta de la compra.

Foto: Plantación de cebada. (EFE/Constantn Zinn)

El precio de los alimentos, según la Oficina de Estadísticas Laborales, creció un 13% interanual en septiembre. Casi cinco puntos más que el IPC. Una consecuencia de los problemas en las cadenas de suministro causados por la pandemia, la escasez de mano de obra y el oportunismo de algunas corporaciones alimentarias. En el caso, por ejemplo, de la leche, a estos percances se suma la guerra en Ucrania, que dificulta el acceso a productos necesarios para sostener la ganadería vacuna. Cosas como el trigo o los fertilizantes requeridos para cultivar el pasto de las vacas.

Por eso, la preocupación de las mujeres de los aledaños por los precios ha llegado a duplicar su preocupación por los derechos reproductivos, inspirando la reacción airada de los círculos progresistas. "Justo ayer leí una encuesta que decía que las mujeres blancas de las afueras iban a votar republicano", dijo Sunny Hostin, presentadora de un programa de tertulias del canal ABC News. "Es casi como si las cucarachas votasen por Raid [un popular insecticida]".

Foto: El fiscal general Merrick Garland. (EFE/Jim Lo Scalzo)

Un número significativo de votantes latinos, otro de los considerados feudos demócratas, también estaría a punto de emigrar al bando republicano. La ventaja progresista en este grupo tradicionalmente fiel ha encogido hasta los cinco puntos. Otras encuestas hablan de un empate. Si esto es así, el mito demócrata de que un país más diverso equivaldría a una base de poder progresista incontestable saltaría por los aires. También entre los afroamericanos pierden un poco de influencia. Para compensar, ahí están los blancos con estudios universitarios. Pero su concentración en las grandes ciudades, sobre todo las costeras, reduce su peso electoral efectivo.

Los vientos en contra de la economía parecen estar haciendo una mella general en las actitudes de los votantes, reforzando la sempiterna percepción de que los republicanos son mejores que los demócratas en la gestión de la economía. Pese a que el país sufre una inflación presente también en las economías europeas, la economía sigue creciendo, su índice de paro está en 3,7% y los hogares tienen niveles récord de ahorros, lo cual se refleja en un consumo saludable. Aun así, una mayoría holgada opina que Estados Unidos está en recesión.

A diferencia de en otros ciclos electorales, este martes se encuentran en las urnas varias visiones de Estados Unidos, no solo dos. En el lado conservador hay republicanos tradicionales y republicanos trumpistas. Si se imponen los primeros, la oposición circulará por los cauces habituales de los ataques, las negociaciones y las frustraciones. Si los segundos ganan más espacio del esperado, es posible que los próximos dos años eleven uno o dos grados más las temperaturas políticas en una democracia gravemente sobrecalentada.

Ahora mismo, la mejor manera de entender Estados Unidos es visitar un supermercado y observar las caras de las personas que miran los precios de la leche, de los huevos o de la carne de ternera. Uno vería cómo la perplejidad las embarga, seguida por una ansiosa comparación de precios para ver si encuentran una oferta razonable y no se van a casa con la sensación de haber sido atracadas a punta de pistola. Estados Unidos celebra este martes sus elecciones de medio mandato, unos comicios decisivos en las que se renovará toda la Cámara Baja, un tercio del Senado y 36 gobernadurías, y donde la inflación se ha colocado en cabeza de las preocupaciones de los votantes. Sobre todo, dicen los sondeos, si preguntamos a las mujeres blancas de las periferias urbanas. Una de las fuerzas que probablemente golpeará a la Administración Biden y devolverá el control del Congreso a manos conservadoras.

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