¿Más grietas en EEUU? Por qué 30 demócratas le han pedido a Biden que negocie con Putin

Algo se mueve en Washington DC y los ucranianos tienen motivos para preocuparse. La semana pasada, unas declaraciones a Punchbowl News del líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, desataron las preocupaciones sobre el futuro del apoyo estadounidense a Kiev. "Creo que la gente va a estar metida en una recesión y no va a escribirle un cheque en blanco a Ucrania. Simplemente, no lo va a hacer", indicaba el congresista, cuyo partido cuenta con una minoría creciente de voces críticas con el masivo respaldo militar y económico al Gobierno de Volodímir Zelenski. Esta semana, las alarmas han vuelto a saltar, pero esta vez procedentes de un lado mucho más inesperado: del propio Partido Demócrata de Joe Biden.

Un grupo de 30 congresistas demócratas pertenecientes al caucus progresista del Congreso, su ala más izquierdista, firmó una carta publicada este lunes que insta al presidente Biden a buscar un compromiso directo con Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. “Dada la destrucción creada por esta guerra para Ucrania y el mundo, así como el riesgo de una escalada catastrófica, creemos que es de interés para Ucrania, Estados Unidos y el mundo evitar un conflicto prolongado”, reza la misiva, la cual ha desatado un terremoto dentro de la formación.

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“No nos hacemos ilusiones con respecto a las dificultades que implica involucrar a Rusia en negociaciones, dada su escandalosa e ilegal invasión de Ucrania y su decisión de realizar anexiones ilegales adicionales del territorio ucraniano”, indica el texto. “Sin embargo, si hay una manera de poner fin a la guerra mientras se preserva una Ucrania libre e independiente, es responsabilidad de Estados Unidos buscar todas las vías diplomáticas”, sentencia el documento, que incluye las firmas de Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley, un cuarteto estrella de legisladoras progresistas conocido como el Squad.

La carta está lejos de representar el sentimiento mayoritario de los demócratas. De hecho, ha sido objeto de fuertes críticas por la práctica totalidad del partido. Sin embargo, supone la primera aparición pública de fisuras dentro de la formación respecto a la estrategia de apoyo a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa. Una mala señal que coincide con uno de los puntos más delicados del conflicto, cuando Kiev está sufriendo la destrucción de sus infraestructuras energéticas antes de adentrarse en su invierno más difícil desde la independencia del país y a escasas dos semanas de las elecciones legislativas estadounidenses.

Pese a contradecir directamente su estrategia, la Administración Biden no puede permitirse desestimar o ignorar por completo este tipo de declaraciones procedentes de su propio bando. “Ciertamente, apreciamos los sentimientos expresados por estos miembros del Congreso”, respondió el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. Sin embargo, dejó claro que las acciones del Kremlin son las responsables de que siga sin existir la posibilidad de una salida negociada. “Cuando uno ve y escucha la retórica y las acciones de los rusos, ya sean atrocidades, crímenes de guerra o ataques aéreos contra la infraestructura civil, está claro que el señor Putin no está de humor para negociar”, aseveró el vocero.

Horas después de la publicación del texto, la mayoría de los firmantes habían emitido comunicados retractándose y reafirmando su compromiso con el apoyo militar y humanitario a Ucrania. Uno de ellos, Mark Pocan, reveló que el texto había sido firmado en junio y que "no tenía idea de por qué salió ahora". Finalmente, tras una furibunda oleada de críticas, la carta fue oficialmente retirada. Pramila Jayapal, la principal impulsora de la misiva, publicó una disculpa al respecto. "La carta se redactó hace varios meses, pero lamentablemente nuestro equipo la publicó sin examinarla. Como presidenta del caucus, acepto la responsabilidad", dijo la congresista en un comunicado. "Debido a las circunstancias actuales, algunos están confundiendo nuestro mensaje como equivalente a la reciente declaración del líder republicano [Kevin] McCarthy amenazando con poner fin a la ayuda a Ucrania si los republicanos toman el control", agregó.

La rápida retirada de la carta es una muestra de hasta qué punto la necesidad de mantener un frente unido ante el conflicto continúa siendo una prioridad para el Partido Demócrata. Esto resulta especialmente cierto de cara a las elecciones intermedias que se celebrarán el próximo 9 de noviembre. Los votantes de la formación son mucho más sensibles a la causa ucraniana que los del Partido Republicano. Una encuesta reciente de la Universidad de Maryland reveló que el 80% de los demócratas está dispuesto a pagar altos costos de energía para ayudar a Kiev, una cifra que se reduce al 48% en el caso de los republicanos.

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Sin embargo, los congresistas del ala más izquierdista de la formación corren un riesgo cada vez mayor de enfadar a sus votantes, generalmente más reacios a cualquier tipo de intervencionismo que el resto de los demócratas. Hace dos semanas se viralizó un vídeo que muestra un mitin de Alexandria Ocasio-Cortez siendo interrumpido por dos manifestantes que la acusaron de contribuir a la posibilidad de un Armagedón nuclear. “Eres una cobarde… Creí en ti, y te convertiste en aquello contra lo que buscabas luchar”, se escucha exclamar a uno de ellos.

Es probable que la carta firmada por los representantes progresistas solo fuera un simple intento, publicado a destiempo, de frenar este descontento. Funcionarios de la Administración y del Congreso consideran que seguirán teniendo suficiente apoyo para poder pasar más ayuda al Gobierno de Zelenski a lo largo de los próximos meses. Sin embargo, las crecientes divisiones al respecto dentro del Partido Republicano y las recientemente aparecidas en el demócrata amenazan con dañar la principal fuente de apoyo militar y financiero de Ucrania. “Lo único que creo que es muy similar entre la carta demócrata y las declaraciones de McCarthy es que ambos son signos de que el consenso político en torno a un apoyo muy sólido a Ucrania no es inamovible”, indicó Scott Anderson, profesor de la Institución Brookings, a The National.

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Divide y vencerás. Es un lema grabado a fuego en la mente de Putin, un auténtico especialista en transformar pequeñas fisuras en grietas capaces de partir en dos a la opinión pública. Este martes, un día después de que se diera a conocer la carta del caucus demócrata, Rusia manifestó que está abierta a negociar una solución al conflicto en Ucrania. "Estamos dispuestos a debatir todo esto [la situación en Ucrania] con los estadounidenses, con los franceses y con el pontífice", declaró el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, en referencia a una propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de una mesa de negociaciones mediada por el Vaticano. Cada votante estadounidense convencido de que la Casa Blanca es la que está poniendo trabas a la paz supone una pequeña victoria para el Kremlin.

"Es muy probable que estas divisiones sean explotadas por la guerra de información, las campañas de desinformación y la propaganda de Rusia para crear una gran brecha entre los dos campos y antagonizar a los partidarios de cada uno", apuntó a Newsweek Marina Miron, del Departamento de Estudios de Defensa del King's College de Londres. “Esto también podría encender voces políticas dentro de Europa que estaban en contra de la ayuda a Ucrania. Por lo tanto, para los aliados europeos, estas divisiones en EEUU podrían tener serias ramificaciones que Rusia intentará amplificar”, agregó.