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"Vamos a apagar Kiev": Rusia revienta la red eléctrica ucraniana y deja 1.000 ciudades a oscuras
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más de 70 muertos y cientos de heridos

"Vamos a apagar Kiev": Rusia revienta la red eléctrica ucraniana y deja 1.000 ciudades a oscuras

El lunes, cinco drones kamikaze atacaron las estaciones eléctricas de la capital ucraniana, con una falta de precisión que costó la vida al menos a seis personas y dejó un edificio residencial en ruinas

Foto: Rusia bombardea infraestructuras de energía clave en Kiev. (EFE/Servicios de emergencias de Ucrania)
Rusia bombardea infraestructuras de energía clave en Kiev. (EFE/Servicios de emergencias de Ucrania)
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Rusia está decida a llevar la guerra en Ucrania al campo del terror psicológico y contraatacar —al mismo tiempo— en la batalla por el relato que pintaba a una fuerza invasora al borde de la desintegración tras los sucesivos reveses militares el mes pasado. El Kremlin ha logrado que el frente deje de ser noticia con sus bombardeos y drones kamikazes en la retaguardia, destruyendo infraestructuras energéticas y civiles que han dejado un reguero de víctimas y más de un millar de ciudades y pueblos sin luz.

El lunes, cinco drones kamikaze atacaron las estaciones eléctricas de la capital ucraniana, con una falta de precisión que costó la vida al menos a seis personas, entre ellas, una mujer embarazada, y dejó un edificio residencial en ruinas. Y este martes, un cohete dejó sin agua ni luz las casas de los kievitas a la orilla izquierda del río Dnipro. Desde que empezó esta campaña de ataques, más de 70 personas han muerto y unas 240 han resultado heridas. Además, los bombardeos y drones suicidas han dejado 400 infraestructuras dañadas, incluyendo 45 estaciones eléctricas y 180 edificios civiles. El presidente Volodímir Zelenski aseguró que, desde el 10 de octubre, el 30% de las centrales eléctricas ucranianas ha sido destruido.

"Por ahora, unas 1.162 localidades en las regiones de Dnipropetrovsk, Kirovogod, Zhytomyr, Járkov, Donetsk, Zaporiyia, Lugansk, Nikolayev y Jersón permanecen sin suministro eléctrico", informó el portavoz de los servicios de protección civil, Oleksandr Khorunzhyi, detallando que han contabilizado 190 ataques rusos en 16 regiones del país.

Foto: Los equipos de rescate evacúan a los supervivientes de un edificio en Kiev después de los ataques de este lunes. (Reuters/Vladyslav Musiienko)

Los expertos militares consideran que el impacto real de estos ataque en el curso de la guerra es muy limitado, por no decir mínimo. Sin embargo, los medios rusos venden la destrucción de la infraestructura crítica ucraniana como una estrategia exitosa que puede revertir los fiascos del frente. “Tenemos que apagar la capital y la región de Kiev. Tenemos que atacar la infraestructura crítica de Ucrania, que es la esencia del régimen de Zelenski, sus bases militares y económicas”, proclamó el experto Igor Korotchenko en un programa de la televisión rusa el mes pasado. "Ha llegado el momento", aseguró.

Artillería sobre mojado

En realidad, ese momento ya llegó el propio 24 de febrero. Desde los primeros días de la invasión a gran escala, Rusia ha tenido como objetivo reventar la infraestructura fundamental de Ucrania. Especialmente castigadas fueron las ciudades cerca de la línea del frente como Zaporiyia, Járkov, Dnipro, Nicolayev y Sumi, zonas donde llega el fuego artillero y que han sufrido bombardeos de una manera regular.

Durante un tiempo, la propaganda rusa lo justificaba asegurando que los soldados ucranianos utilizaban estos lugares como refugio. Pero ahora ya ni se molesta en justificar los ataques contra infraestructuras y zonas civiles. Tanto la retórica oficial rusa como el carácter de los bombardeos han cambiado. Ahora son más agresivos y el nuevo lema para la campaña de las tropas rusas es “apagar Ucrania”, un país donde los inviernos son muy duros, con temperaturas bajo cero.

Expertos explican que el éxito de la contraofensiva ucraniana en el frente dejó al presidente Vladímir Putin en una situación bastante complicada. Con sus amenazas nucleares, el líder ruso pretendió crear una imagen de “jugador arriesgado”, pero los últimos ataques con drones y misiles muestran que todavía apuesta por el enfrentamiento convencional.

Foto: (EFE).

El 10 de octubre, el Kremlin hizo la mayor campaña de bombardeos sobre las ciudades ucranianas con el motivo principal de dejar sin electricidad varias regiones, especialmente en el occidente del país. Según la edición ucraniana de 'Forbes', este bombardeo masivo le costó al Kremlin aproximadamente entre 400 y 700 millones de dólares. El resultado han sido los cortes de luz domésticos y el corte de la exportación de energía a otros países europeos.

Esto ha supuesto un golpe a la economía ucraniana significativo, ya que el mes pasado el país obtuvo unos 150 millones de dólares por la exportación de energía a Europa. Además, en marzo se cumplió un hito histórico cuando el sistema eléctrico ucraniano se desconectó finalmente de las redes eléctricas de Rusia y Bielorrusia —más de un año antes de lo previsto—, ya que el sistema estaba totalmente sincronizado con la red eléctrica ENTSO-E de la Europa continental para exportar electricidad.

Según Oleksandr Kharchenko, director del Instituto de Investigaciones Energéticas, esa venta energética ha sido bastante relevante para los países europeos. Sin embargo, para Kiev, ahora la prioridad es reforzar el suministro en las regiones occidentales del país. Desde este lunes, el Kremlin ha cambiado el enfoque de sus ataques, concentrando sus objetivos en la parte central del país y la región de Polesia, al norte.

Amortiguar el golpe

El sistema energético de Ucrania es potente y estable, pero la situación se vuelve cada vez más crítica. Hay daños significativos en los equipos y también hay pérdidas humanas, como aquellos que estaban trabajando en el momento del ataque o los que participaban en la reparación cuando llegó la segunda oleada de cohetes. El experto afirma que todavía “el sistema tiene una reserva de potencia y si los ataques mantienen la misma intensidad, los habitantes del país podrán mantener una vida normal durante un tiempo”.

Foto: Lanzacohetes Himars en acción (US Army)

Los servicios de reparación ucranianos están acostumbrados a solventar situaciones poco ortodoxas. Según Kharchenko, muchos países europeos tendrían serios problemas para mantener su conexión eléctrica en un escenario similar. El plan ucraniano contempla tres etapas de reparación de la infraestructura energética: los daños que se pueden reparar en unas horas (soluciones técnicas temporales), los daños que se reparan en dos o tres semanas (ayuda de las reservas) y los daños complicados y caros, que estudian soluciones a un año o año y medio vista. Ucrania ahora da total prioridad a las soluciones a corto plazo en diferentes regiones del país y está consiguiendo amortiguar el golpe.

Con la bajada de las temperaturas, los habitantes de las zonas cercanas al frente y las zonas liberadas recientemente están en serio peligro. En las casas unifamiliares hay posibilidad de comprar leña y generadores eléctricos, que permiten mantener asistido un hogar durante el invierno, cuando el frío puede llegar a -20 grados. Pero la supervivencia en los edificios de varias plantas, con las subestaciones eléctricas destruidas y el alcantarillado congelado, se convierte en misión imposible. Por eso, en las regiones de Nikolayev y Donbás, la gente con recursos económicos busca alquilar casas fuera de la ciudad.

Los gobiernos regionales en todo el país han pedido a la población colaborar y ayudar al sistema energético con medidas como desconectar los electrodomésticos desde las 17:00 a las 22:00 para no crear una carga adicional. Los medios locales publican piezas con consejos para calentar la casa sin invertir mucho dinero y ahorrar en el consumo eléctrico. Sin embargo, todos los expertos están de acuerdo en que la única solución efectiva para proteger el sistema de nuevos ataques sigue siendo militar: más equipos de defensa antiaérea y antimisiles para crear un escudo sobre las ciudades.

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Rusia está decida a llevar la guerra en Ucrania al campo del terror psicológico y contraatacar —al mismo tiempo— en la batalla por el relato que pintaba a una fuerza invasora al borde de la desintegración tras los sucesivos reveses militares el mes pasado. El Kremlin ha logrado que el frente deje de ser noticia con sus bombardeos y drones kamikazes en la retaguardia, destruyendo infraestructuras energéticas y civiles que han dejado un reguero de víctimas y más de un millar de ciudades y pueblos sin luz.

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