Occidente copia a China: quien quiera dominar el coche eléctrico necesita a África
Para evitar China, las empresas occidentales están invirtiendo en instalaciones para procesar los metales de las baterías en países como Tanzania, Mauricio y Sudáfrica
La presión para crear cadenas de suministro de baterías para vehículos eléctricos que eviten China está impulsando a los mineros occidentales a hacer algo que han evitado durante mucho tiempo: procesar sus metales en África.
China domina tanto la producción como el procesamiento de minerales críticos como el cobalto y el litio, que son clave para la transición energética. Ello ha suscitado una creciente preocupación entre los gobiernos occidentales, incluido el de Washington, por su dependencia de Pekín.
Ahora, algunas empresas e inversores occidentales están empezando a construir plantas de procesamiento en África para poder refinar localmente las materias primas que extraen en el continente y exportarlas directamente a Europa y Estados Unidos.
Estas inversiones demuestran que los ejecutivos occidentales están cada vez más dispuestos a asumir los riesgos que entrañan muchos países africanos, como las deficientes infraestructuras, la escasa mano de obra cualificada y, en algunos lugares, la reputación de corrupción del Gobierno. Con la construcción de instalaciones de procesamiento, las empresas también satisfacen las demandas de los gobiernos africanos, que desde hace tiempo reclaman un mayor procesamiento local de los metales y minerales extraídos de su suelo.
El gigante minero australiano BHP Group ha invertido 100 millones de dólares desde 2022 en una mina de níquel en Tanzania junto con la estadounidense Lifezone Metals, con planes de construir una planta de procesamiento para refinar el metal en el país. Se espera que la planta, que la compañía dice que será la primera de su tipo en África, entregue níquel de grado de batería al mercado estadounidense y mundial en 2026.
"El momento es inmejorable para nosotros", afirma Chris Showalter, director ejecutivo de Lifezone. "Será muy codiciado".
Es probable que aumenten las inversiones en instalaciones de procesamiento en África, dado el auge previsto de la demanda de metales para baterías y el actual dominio de China en el sector, afirmó Jacques Nel, responsable de Africa Macro en Oxford Economics Africa. Esta dinámica "hace que esto parezca el principio de una tendencia", afirma.
Vision Blue Resources, un fondo de 650 millones de dólares con sede en Londres, ha invertido en una nueva mina de grafito en Madagascar y en una planta de procesamiento en la cercana Mauricio, que, según afirma, será la primera de su clase fuera de China. La empresa también respalda una refinería de cobalto en Zambia que, según afirma, será la tercera del mundo y la mayor fuera de China cuando esté terminada a finales del año que viene.
Andrew Trahar, cofundador de Vision Blue, afirma que espera que las empresas occidentales paguen más por materiales que cumplan determinadas normas medioambientales y laborales, sean trazables y se produzcan fuera de China. "Si podemos ofrecerles este tipo de producto en el mundo occidental, creemos que los clientes occidentales estarán especialmente entusiasmados", afirmó.
Vision Blue explicó que su refinería de cobalto de Zambia procesará cobalto procedente de minas controladas por sus normas medioambientales y laborales, de modo que pueda exportarse directamente a los fabricantes de coches eléctricos y otros fabricantes de tecnología verde de Europa y Estados Unidos.
"Nuestro objetivo es ofrecer a los fabricantes de automóviles occidentales una alternativa a China", declaró Johnny Velloza, director ejecutivo de Kobaloni Energy Holdings, que gestionará la planta de Zambia.
A pesar del creciente interés de los inversores, siguen existiendo enormes desafíos para las empresas que quieren hacer negocios en África. Países como la República Democrática del Congo, Guinea y Namibia han intentado hacerse con una mayor tajada de los ingresos de las empresas mineras en una nueva ola de nacionalismo de los recursos. Zimbabue, por ejemplo, prohibió en diciembre la exportación de litio en bruto, obligando a las empresas extranjeras a procesarlo allí. Y, a menudo, los competidores chinos siguen teniendo las de ganar porque están más asentados sobre el terreno, dado su mayor apetito por el riesgo.
"En Zimbabue hay mucho más capital chino", afirma Sam Hosack, director gerente de Prospect Resources, una empresa australiana dedicada a los metales para baterías y electrificación en el África subsahariana. En abril de 2022, Prospect vendió su participación del 87% en la mina de litio de roca dura de Arcadia, en Zimbabue, a la china Zhejiang Huayou Cobalt por 378 millones de dólares.
Conseguir deuda, en particular para un activo zimbabuense, ha sido "un proceso extremadamente difícil", según Hosack. Las instituciones financieras de desarrollo estaban preocupadas por la inestabilidad política de Zimbabue y, cuando se combina con un sector del litio volátil, presenta un entorno de inversión arriesgado, explica.
Aun así, muchos occidentales afirman que las oportunidades ya superan a los riesgos.
"Hacer negocios en África no da tanto miedo como mucha gente cree", afirma Chris Moorman, director comercial de ReElement Technologies, una empresa estadounidense de refinado de elementos críticos para baterías y tierras raras que acaba de firmar un acuerdo de compra para procesar el litio extraído en Sudáfrica. La empresa está construyendo una planta de procesamiento en Sudáfrica para refinar el litio hasta obtener un grado de pureza superior al 99,9%, lo que se espera que esté terminado en un plazo de 12 a 18 meses.
Según Moorman, la empresa está en conversaciones con cuatro fabricantes occidentales de automóviles interesados en comprar su litio de origen africano.
"En el pasado, nadie se lo pensaba dos veces a la hora de enviar concentrado de estaño a China para su fundición", afirma Boris Kamstra, director de operaciones de Premium Nickel Resources, con sede en Toronto, que anteriormente dirigió una empresa que explotó una mina de estaño en el Congo. "La gente empieza ahora a buscar fuentes no chinas de metales para baterías".
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal
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