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El absurdo plan Madagascar: cuando Hitler quiso enviar a todos los judíos a una isla
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El absurdo plan Madagascar: cuando Hitler quiso enviar a todos los judíos a una isla

En 1940, los nazis decidieron poner en marcha un plan que nunca llegó a materializarse para librarse de todos los judíos europeos que habitaban en el continente

Foto: Adolf Eichmann durante el juicio celebrado en Jerusalén en 1961 en el que es condenado a la pena capital (EFE)
Adolf Eichmann durante el juicio celebrado en Jerusalén en 1961 en el que es condenado a la pena capital (EFE)

A lo largo de la historia, algunas personas se han visto sometidas al ostracismo mediante una de las formas de justicia más crueles que ha inventado el ser humano: el exilio. Pero hay una clase de exilio individual que es aún peor, pues el individuo se ve obligado a vivir el resto de su vida en soledad y en un lugar recóndito y extraño. Ejemplos famosos son el del capitán Alfred Dreyfus, un caso de antisemitismo que conmocionó a la sociedad de la época cuando fue desterrado a la Isla del Diablo (a 11 kilómetros de la costa de la Guayana Francesa), acusado de espionaje, o el de Napoleón Bonaparte, que pasó sus últimos días en la isla de Santa Elena.

Pero, ¿y si ese destierro se hubiera perpetrado contra un pueblo entero? No hablamos de un exilio o diáspora producido por convulsos cambios políticos o guerras en determinados países, sino de una cárcel que serviría para separar a un determinado colectivo del resto del mundo. Este plan existió, y se conoció como 'Madagascar', aunque para hablar de él habría que remontarse a 1940.

La disparatada idea de Rademacher era transportar cada año a un millón de judíos a Madagascar, donde podrían dedicarse a la agricultura, bajo el mandato de las SS

En aquella época, con el final de la Segunda Guerra Mundial relativamente cerca, la Alemania Nazi se preparaba para ganar esa contienda. Faltaban dos años todavía para que el mundo conociese la 'Solución final de la cuestión judía', el nombre en clave que se daba al plan que el Tercer Reich pretendía llevar a cabo para exterminar a los judíos. En aquel momento, Franz Rademacher, diplomático en el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, inició un peculiar plan para deportar a todos los judíos de Europa y enviarlos a Madagascar (al sur de África).

Si nunca habías oído hablar de este descabellado plan, es porque ni siquiera se inició. Por aquel momento la isla de Madagascar era colonia francesa, pero la propuesta redactada establecía que sería entregada a los alemanes como parte de un acuerdo tras la derrota de los galos. La loca idea de Rademacher era transportar cada año a un millón de judíos a Madagascar, donde podrían dedicarse a la agricultura, bajo el mandato de las SS. El transporte se haría en barco, quitando a los judíos sus fortunas, que se usarían para poder llevarles a esa 'idílica' isla. De hecho en 1937, el gobierno polaco ya había enviado una delegación a la región para decidir si era factible crear allí una nueva patria judía, pero desecharon la idea debido a las altas temperaturas.

Hitler pretendía tomar los buques de la Marina Real Británica para enviar a los judíos a la isla, pero desechó la idea cuando los ingleses tomaron posesión de aquel trozo de tierra africana

"La victoria se acerca y Alemania tiene el deber de posibilitar que todos los judíos se marchen fuera de Europa", le escribiría Rademacher a Hitler en una misiva, explicando su plan. Sorprendentemente, el ministro creía que esta disparatada enajenación podía verse como un gesto de generosidad por parte del Führer. Los nazis se lo tomaron tan en serio que Hitler informó de ello a Mussolini o durante un tiempo no se construyeron campos de exterminio en el continente, creyendo que los judíos serían enviados a la isla. En 15 de agosto de 1940, el político de origen austríaco dio órdenes a Adolf Eichmann para que comenzase la reubicación.

placeholder Adolf Hitler y Rudolf Hess
Adolf Hitler y Rudolf Hess

Sin embargo, el Plan Madagascar no será nada más que un hipotético 'y sí' que dejaremos para otros universos alternativos. Una de las razones por las que no 'cuajó' se debe a que no se logró derrotar a Gran Bretaña, pues la idea de Hitler era utilizar los buques de la Marina Real Británica para trasladar a los judíos a la isla. Aunque el líder nazi siguió considerando el plan hasta 1942 (semanas antes de la invasión a Rusia lo seguía mencionando), tuvo que desecharlo finalmente cuando los ingleses tomaron posesión finalmente de aquel trozo de tierra africana. Además, contrariamente a lo que se creía, los franceses jamás aceptaron la idea de ceder la isla a los nazis.

"Los judíos son una raza, pero no humana"

Hay tres curiosidades más al respecto sobre el plan: las SS y el Ministerio de Asuntos Exteriores lo consideraban mejor que el ideado por Eichman de trasladar a los judíos europeos a Palestina, pues sabían que la súbita llegada de tantos judíos a una tierra ya poblada por musulmanes y cristianos estallaría en algún momento (para Rademacher entrañaba el peligro de convertirse en una 'segunda Roma'), y por otro lado, la idea de utilizar Madagascar como un gueto o cárcel ya había sido propuesta por Paul de Lagarde en 1885.

Foto: Geli Raubal observa a su tío Adolf Hitler mientras descansa en una imagen de archivo.

El sueño de un gueto nazi donde segregar a los judíos nunca vio la luz, aunque la idea de Eichman del traslado de judíos europeos a Palestina fue una irremediable consecuencia del final de la guerra que a día de hoy sigue sin resolverse. Fue aquella una época de oscuridad para un pueblo del que Hitler dijo en una ocasión "sin duda los judíos son una raza, pero no humana".

En 1960, el Mosad secuestró a Eichmann en Buenos Aires para juzgarlo en Jerusalén. Una auténtica operación de película que enfrentó a Israel y Argentina hasta que su juicio, retransmitido al mundo un año más tarde, estremeció al dar a conocer la macabra maquinaria creada por los nazis en Europa para exterminar a los judíos.

A lo largo de la historia, algunas personas se han visto sometidas al ostracismo mediante una de las formas de justicia más crueles que ha inventado el ser humano: el exilio. Pero hay una clase de exilio individual que es aún peor, pues el individuo se ve obligado a vivir el resto de su vida en soledad y en un lugar recóndito y extraño. Ejemplos famosos son el del capitán Alfred Dreyfus, un caso de antisemitismo que conmocionó a la sociedad de la época cuando fue desterrado a la Isla del Diablo (a 11 kilómetros de la costa de la Guayana Francesa), acusado de espionaje, o el de Napoleón Bonaparte, que pasó sus últimos días en la isla de Santa Elena.

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