Los fabricantes de coches invierten en minas para asegurarse minerales para baterías

Los mayores fabricantes de automóviles del mundo se están adentrando en la cadena de suministro de metales para alimentar sus coches eléctricos. Una operación de 1.000 millones de dólares que se cerrará en las próximas semanas pone de relieve la urgencia de su esfuerzo y los riesgos que están asumiendo para conseguirlo.

Volkswagen y Stellantis, fabricante de Jeep, han comprometido 100 millones de dólares cada uno para una complicada operación que creará una empresa minera que cotiza en bolsa y producirá níquel y cobre a partir de dos minas brasileñas que funcionan con energía hidroeléctrica.

Volkswagen y Stellantis, fabricante de Jeep, han comprometido 100 millones de dólares cada uno en una complicada operación

Se están uniendo a una empresa de adquisiciones con fines especiales dirigida por un conocido ejecutivo minero que espera realizar más operaciones para crear una gran empresa de baterías y metales. El gigante minero Glencore también aportará 100 millones de dólares y ha acordado convertir el níquel y el cobre de las minas en material apto para baterías en instalaciones de procesamiento de Europa Occidental y Norteamérica que podrían optar a subvenciones en Estados Unidos y Europa.

Los inversores se muestran entusiasmados con la operación. Las acciones de la SPAC con sede en Londres, conocida como ACG Acquisition, han subido a pesar del profundo enfriamiento de ese mercado. Los directivos de ACG están realizando una gira para captar fondos de inversores profesionales antes de la votación de los accionistas, que tendrá lugar a finales de este mes, según explicaron.

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La operación pone de relieve la desesperación por conseguir materias primas que no vengan de China, el principal procesador mundial de metales para baterías. Muchos fabricantes de automóviles buscan materiales procedentes de minas que cumplan normas medioambientales y laborales más estrictas, en parte para poder optar a miles de millones de dólares en créditos fiscales, préstamos y subvenciones para coches eléctricos en Estados Unidos, Canadá y Europa.

En los últimos meses, General Motors ha invertido 650 millones de dólares en un nuevo productor de litio, Stellantis ha invertido 155 millones de dólares en una mina de cobre argentina y Ford ha invertido en una mina de níquel indonesia. Volkswagen lanzó una búsqueda global de metales para baterías antes de unirse a la operación ACG SPAC, que es única al unir varias partes de la cadena de suministro del automóvil en una única transacción.

La operación subraya la desesperación por lograr materias primas que no vengan de China, el principal procesador de metales para baterías

El hecho de que Volkswagen y Stellantis se unan a la transacción "es indicativo de la escasez del material que vamos a producir", declaró Artem Volynets, director ejecutivo de ACG. Las minas que funcionan con energía hidroeléctrica local confieren a los metales un perfil de emisiones más bajo, según la empresa.

Volynets dirigió anteriormente EN+ Group, la empresa rusa fundada por el oligarca sancionado Oleg Deripaska que posee una gran participación en el productor de aluminio UC Rusal. Volynets y otros ejecutivos convirtieron Rusal en una de las mayores empresas de aluminio del mundo mediante una serie de adquisiciones. Ahora espera utilizar una estrategia similar centrada en los metales para baterías, dijo.

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Una SPAC es una sociedad instrumental que recauda dinero de los inversores y luego cotiza en bolsa con la única intención de realizar una transacción para crear una nueva empresa pública. Tales acuerdos se convirtieron en alternativas populares a las ofertas públicas iniciales tradicionales en 2020 y 2021, luego cayeron en desgracia el año pasado cuando los inversores comenzaron a retirar su dinero en efectivo de tales acuerdos en masa.

Normalmente, las SPAC se fusionan con startups privadas. ACG, en cambio, está recaudando financiación externa por valor de más de 1.000 millones de dólares —mediante capital, deuda y acuerdos de venta anticipada del metal que produce— para comprar las minas directamente a la empresa de capital riesgo Appian Capital Advisory. Después de comprar las minas, la SPAC tiene previsto convertirse en una nueva empresa operativa llamada ACG Electric Metals.

La empresa espera tener al menos unos cientos de millones de dólares en su balance. Volynets dijo que los ejecutivos de SPAC también están compartiendo algunas de sus acciones con los inversores de la empresa de cheque en blanco para animarles a mantener su dinero en el acuerdo y aumentar la cantidad de dinero que tendrá la nueva empresa minera pública.

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Volkswagen ha acordado aportar 100 millones de dólares en un pago anticipado por el níquel. Stellantis, Glencore y la empresa de inversión minera La Mancha Resource Capital han comprometido 100 millones de dólares cada una en inversiones de capital, mientras que la SPAC está intentando recaudar otros 300 millones de dólares durante la gira. También está recaudando unos 300 millones de deuda de bancos como Citigroup.

Volynets está tratando de diferenciar su SPAC de la mayoría de las fusiones de cheques en blanco que implican a startups poco rentables en áreas tan llamativas como los taxis eléctricos voladores y las criptomonedas. ACG proyecta que las minas que está comprando tendrán unos beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización de unos 270 millones de dólares este año.

Normalmente, las SPAC se fusionan con 'startups' privadas, tal y como han hecho varias empresas

ACG dependerá de los volubles mercados de materias primas, aunque se espera que la fuerte demanda de baterías apoye los precios del níquel y el cobre en los próximos años. Las interrupciones inesperadas en las minas podrían ser otro reto. La minera Sibanye-Stillwater había llegado anteriormente a un acuerdo para comprar las mismas minas a Appian, pero se echó atrás tras lo que denominó un "evento geotécnico". Appian ha demandado a Sibanye.

-Con la contribución de Yusuf Khan.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.