¿Escasez, qué escasez? Los materiales clave para fabricar baterías se han desplomado

Tras un periodo en el que los fabricantes de baterías estaban desesperados por conseguir minerales, la situación ha cambiado de repente.

En los últimos meses, los precios del cobalto y el litio, antes al rojo vivo, se han enfriado drásticamente. El enfriamiento viene tanto de la oferta como de la demanda. Los cuellos de botella de la oferta están disminuyendo, mientras que la demanda china de vehículos eléctricos y la demanda mundial de muchos productos electrónicos de consumo también se han reducido.

En los últimos meses, los precios del cobalto y el litio, antes al rojo vivo, se han enfriado drásticamente

El cobalto es el mineral que más ha caído en desgracia: en febrero, los precios bajaron un 61% respecto a enero del año pasado, según Benchmark Mineral Intelligence. Los precios del carbonato de litio subieron rápidamente durante la mayor parte del año pasado, pero el metal se enfrenta a una fuerte corrección del 21% desde noviembre.

El recorte de las subvenciones a los vehículos eléctricos en China en diciembre es un factor importante: las ventas chinas de vehículos de nueva energía representaron el 64% de las ventas mundiales de este tipo de vehículos en 2022, según S&P Global. Ese golpe a la demanda se ha filtrado de nuevo a la cadena de suministro con notable rapidez. La demanda china de litio está ahora un 52% por debajo de su media variable de tres meses, según Goldman Sachs.

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La producción de todo tipo de productos, desde baterías hasta vehículos, se ha ralentizado drásticamente. Aun así, tras dos años de rápido crecimiento, es probable que la oferta de vehículos eléctricos corra el riesgo de superar a la demanda si los compradores de Europa o EEUU se abstienen de realizar compras caras este año al ralentizarse sus economías.

En el caso concreto del cobalto, también influye la creciente preferencia por baterías ricas en níquel, de mayor densidad energética y más baratas que las de cobalto. Dado que el año pasado marcó el fin de las exenciones fiscales a la venta de vehículos de nueva energía en la China continental, los vehículos eléctricos que utilizan baterías pesadas de cobalto, más caras, son más difíciles de vender. Las baterías de litio-ferrofosfato sin cobalto, más económicas, también han recuperado popularidad.

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Últimamente, la demanda de productos electrónicos de consumo, que también utilizan cobalto en sus baterías, ha estado bajo presión tanto en China como en Occidente. Rystad Energy estima que la demanda de cobalto de las baterías de óxido de litio-cobalto, utilizadas en la electrónica de consumo, se redujo al menos un 12% en 2022 en medio de la caída de los envíos de teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores portátiles.

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Los cuellos de botella en la cadena de suministro también parecen estar aliviándose más rápido de lo esperado, sin duda debido en parte a los fuertes incentivos para las nuevas tecnologías de extracción y procesamiento que surgen en EEUU. Rystad prevé un aumento del 33% de la producción minera de cobalto en 2023, así como un aumento del 41% de la producción de litio.

Con cifras como estas, todo parece apuntar a una nueva caída de los precios. A no ser que el crecimiento de los tres principales motores económicos del mundo —Estados Unidos, Europa y China— sorprenda al alza este año. Al menos las perspectivas a largo plazo de la demanda de litio siguen siendo halagüeñas, aunque no hay que descartar el potencial de nuevas tecnologías disruptivas. En cualquier caso, podría ser un viaje accidentado.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.