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Alemania necesita menos ingenieros y eso abaratará tu hipoteca
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EL AUMENTO DE SALARIOS SE MODERA

Alemania necesita menos ingenieros y eso abaratará tu hipoteca

La escasez de mano de obra cualificada se reduce y la presión sobre los salarios se modera. El mercado da por hecho que en junio el BCE recortará tipos

Foto: Imagen de una fábrica en Múnich. (EFE/EPA/Anna Szilagy)
Imagen de una fábrica en Múnich. (EFE/EPA/Anna Szilagy)
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Al Banco Central Europeo (BCE) se le agotan los argumentos para seguir sin bajar tipos. El último que se evapora es la presión inflacionista en los salarios, que se está moderando, ante la menor publicación de vacantes por parte de las empresas y la disminución en la escasez de mano de obra cualificada.

El BCE mantuvo tipos esta semana, como era de esperar, en el 4,5%, la cota más alta desde 2001. El mercado ha ido reduciendo las expectativas de bajadas de seis a cuatro, y da por hecho que moverá ficha en junio. La propia Christine Lagarde, presidenta del Banco Central, apuntó al final de la primavera porque habrá "muchos más datos" para evaluar.

Lagarde hizo malabares dialécticos al asegurar que el Consejo de Gobierno no debatió aún sobre un recorte de tipos, aunque sí hubo conversaciones sobre dejar atrás la política restrictiva. No ha quedado claro cómo se deja atrás la política restrictiva sin bajar tipos.

Lo que sí es evidente es que el banco central cada vez tiene menos razones para mantener el precio del dinero en el nivel actual, y así lo han interpretado los inversores. La proyección del euríbor, que había aumentado con los últimos discursos de Lagarde, ha vuelto a recular. El mercado espera ahora que termine el año por debajo del 3%, según la cotización del futuro.

Foto: Las empresas frenan los despidos. (Pexels)

Esto supondrá un abaratamiento para muchas hipotecas a tipo variable. Y también para los nuevos préstamos de empresas y familias. Salvo algún suceso que provoque un repunte de la inflación, el banco central se verá abocado a dejar atrás la postura dura o hawkish de los últimos dos años para iniciar un ciclo de recortes de tipos, ante el periodo de desinflación y desaceleración de la actividad económica previsto para 2024.

El último escollo al que se enfrentaban las palomas (miembros proclives a una política monetaria más blanda o dovish), y al que se aferraban los halcones (los hawkish, los más duros) era el mercado laboral. Las presiones inflacionistas a través del aumento de salarios por el crecimiento del empleo y la escasez de mano de obra cualificada.

De hecho, en muchas encuestas de directivos, la falta de trabajadores cualificados para ocupar posiciones en la nueva economía relacionada con la digitalización, ciberseguridad o inteligencia artificial es una de sus principales preocupaciones.

En un sondeo de FTI a directivos, el 47% señaló que hay dificultades para encontrar trabajadores, porcentaje que se dispara al 80% en el sector de la automoción. Y donde más, en Alemania. Faltan ingenieros en Baviera. Mientras que en el informe anual de Marsh, Zurich y el Foro Económico Mundial, está entre las preocupaciones más citadas por los empresarios. Además, una estadística nueva de la Comisión Europa muestra un menor volumen de despidos en las empresas por miedo a no poder reemplazar las posiciones.

Sin embargo, y aunque es un síntoma latente del mercado laboral que no se ha ido, sí se está debilitando. Lagarde reconoció esta semana que "las empresas están anunciando menos ofertas de empleo, aunque son menos las que indican que su producción se ve limitada por la escasez de mano de obra". La escasez mencionada de ingenieros en Baviera, y otras posiciones de empleos cualificados en mercados europeos, sobre todo en el centro y norte, está reduciéndose.

Los datos de Eurostat apuntan a la misma tendencia. Aunque no hay estadísticas para los últimos seis meses, ya en el tercer trimestre de 2023 había un descenso en las vacantes sin cubrir. Aunque aún no era significativo, rompía con los aumentos previos.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Ronald Wittek)

En el conjunto de la Unión Europea se vio un descenso interanual de 0,3 puntos porcentuales, hasta el 2,6%. En España se mantiene invariable en el 0,9%, pero en Alemania cae en 0,2 puntos, al 4,1%, en Francia también en 0,2 puntos, al 2,1%, y en mercados como el austriaco, el luxemburgués, muy vinculado al sector financiero, o el finlandés, los descensos son cercanos al punto porcentual. Estos datos son del tercer trimestre de 2023, mucho antes de la apreciación de Lagarde, que da a entender que esta dinámica se ha acelerado.

Lagarde también señaló que "se observan señales de que el crecimiento salarial está empezando a debilitarse". Ya en el cuarto trimestre, según datos de Eurostat de este viernes, los costes unitarios se desaceleraron, aunque siguen en un nivel históricamente alto, con un 5,8% interanual, frente al 6,5% anterior.

Las dos cuestiones están conectadas. Hay menos vacantes sin cubrir, con lo que las empresas se ven menos obligadas a subir salarios y para los trabajadores se reduce su capacidad de negociación.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Ronald Wittek)

"Se espera que la tendencia descendente de la inflación continúe en los próximos meses. Más adelante, debería disminuir hasta nuestro objetivo a medida que se moderen los costes laborales y desaparezcan los efectos de las anteriores perturbaciones energéticas, de los cuellos de botella en la oferta y de la reapertura de la economía tras la pandemia", dijo Lagarde.

Con los costes energéticos reduciéndose, y la economía normalizada, quedaba pendiente la variable salarial para que la ecuación resulte en que sea difícil para el BCE seguir en su inmovilismo. Hay que tener en cuenta que los bancos centrales perdieron credibilidad al decir que la inflación era transitoria, y ahora no quieren ningún riesgo con la inflación, aunque la amenaza es que se pasen de frenada.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Wittek)

En la eurozona, el propio BCE ya prevé un frenazo económico para 2024, con una expansión del PIB del 0,6%, dos décimas menos de lo proyectado hace tres meses. En este periodo, ha recortado la proyección de la inflación general en cuatro décimas, al 2,4%, y espera un 2% y un 1,9% en los dos próximos años. La subyacente se acerca, con un 2,6% previsto en 2024, un 2,1% en 2025 y un 2% en 2026.

Esto quiere decir que el banco central cree que la inflación subyacente y la general convergerán, con lo que se están disipando los efectos de segunda ronda. Es decir, la inflación que genera inflación, por ejemplo a través de los salarios.

Foto: Varios trabajadores, en Zaragoza. (EFE/Javier Belver)

La autoridad monetaria ya ha constatado que se reduce la presión por vacantes sin cubrir. Además, "los beneficios están absorbiendo parte del aumento de los costes laborales, lo que reduce los efectos inflacionistas".

Todo este cóctel lleva a los inversores a esperar cuatro bajadas de tipos entre junio y diciembre, llevando el tipo de referencia al 3,5%, y el de facilidad de depósito al 3%. Este último tipo de interés marca la remuneración de la liquidez de la banca y está más conectado con la evolución del euríbor.

El euríbor a tres meses aún cotiza por encima del euríbor a 12 meses, porque el mercado da por hecho una tendencia descendente, hasta caer por debajo del 3% en diciembre. Este nivel compararía con el 3,679% de diciembre o el 4,022% de diciembre, provocando la revisión a la baja de la cuota mensual de muchas hipotecas a tipo variable.

Al Banco Central Europeo (BCE) se le agotan los argumentos para seguir sin bajar tipos. El último que se evapora es la presión inflacionista en los salarios, que se está moderando, ante la menor publicación de vacantes por parte de las empresas y la disminución en la escasez de mano de obra cualificada.

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