La CUP se encomienda a una activista contra el Hard Rock Café para remontar el 12-M

La CUP ha escogido a Laia Estrada, una diputada en el Parlament que ha destacado por su lucha contra el proyecto de casino y ocio del Hard Rock Café en Tarragona, para encabezar su lista. Los anticapitalistas encaran las elecciones en Cataluña con una cara nueva, malas perspectivas electorales –podrían acabar con solo cuatro escaños– y su proyecto de redefinición todavía sin culminar. Necesitan una remontada. Los avances electorales como el del 12 de mayo tienen estas cosas.

Estrada tiene 41 años, es natural de Tarragona y está licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad de Girona. El reto es superar los resultados de Carles Riera, en este momento la cara más conocida, pero que deja el Parlament para no superar el límite de ocho años en la Cámara catalana que marca esta asociación antisistema.

La candidata es del sector más izquierdista de la CUP, Endavant, la misma a la que pertenecía Anna Gabriel. El papel de esta formación puede resultar clave dado lo fragmentado del mapa político catalán, una tendencia que puede acentuarse después de las próximas elecciones catalanas.

Tras la fallida declaración de independencia de 2017, la CUP siempre ha jugado el mismo rol: ha votado a favor del presidente independentista de turno –Quim Torra, Pere Aragonès– y luego de manera automática pasa a la oposición dedicándose a torpedear cualquier iniciativa de la legislatura. Hasta ahora Laia Estrada había formado parte de esta estrategia. Está por ver si cambiará ahora que asume el liderazgo.

Opinión

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Los planteamientos de ERC y JxCAT apuntan a lo contrario. Los dos partidos parecen contar con la CUP para una lograr la investidura, en lo que definen como “propuesta claramente independentista”. Tanto Carles Puigdemont como Pere Aragonès cuentan con sus votos para llegar al Palau.

Luego pasa como con la legislatura ya finiquitada, la que se denominó del 52% porque había un 52% de diputados supuestamente independentistas. En la práctica no se pusieron de acuerdo en nada y Aragonès acabó gobernando solo con 33 escaños.

Antes la CUP que el PSC

En teoría, tanto Junts como ERC prefieren pactar la investidura con la CUP que con el PSC, aunque luego el grueso de los acuerdos de la legislatura es con los socialistas catalanes. Esta situación da ventaja a los anticapitalistas para intentar marcar algunas pautas en cuestiones como grandes infraestructuras o la política contra los desahucios.

Laia Estrada tiene el reto de reconectar con unos votantes que están dando la espalda a su formación, tal y como se ve en los últimos reveses de la CUP. En las elecciones municipales de 2023 perdieron casi 44.000 votos, un drama para un partido de base municipalista. En Barcelona ni consiguieron representación. Luego, en las generales, también quedaron fuera del Congreso, tras perder 98.000 sufragios. Su candidato, Albert Botrán, dimitió.

Los ultraderechistas de Aliança Catalana y la CUP compiten en las mismas zonas de Cataluña

Pero esos son los desafíos evidentes. También están los nuevos y específicos de estos comicios, como que se presenta Aliança Catalana, la formación ultraderechista independentista de Ripoll. En la Cataluña central, donde la CUP controla ayuntamientos como el de Berga, van a competir por los mismos electores. Como en Girona. Precisamente los dos feudos donde se estima que Aliança pueda obtener representación. Los votantes más izquierdistas no cambiarán, pero el sector más nacionalista, el de Poble Lliure, podría verse tentado si se sienten decepcionados.

Con el pie cambiado

El avance electoral pilló a la CUP a medio camino en su refundación. Tienen que redefinir si el partido deja confiar en liderazgos temporales y rebajar los actuales niveles de decisión asamblearia en el seno de su organización. Por ahora no ha tomado una decisión y el votante tendrá que decidir sin saber hacia dónde se dirige el colectivo anticapitalista.