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La CUP acelera su refundación tras el fiasco del 23-J y elegirá la nueva cúpula antes de un año
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Crisis en el partido anticapitalista

La CUP acelera su refundación tras el fiasco del 23-J y elegirá la nueva cúpula antes de un año

Albert Botran, un histórico de la formación y referente intelectual, es el único político catalán que asumió responsabilidades tras los batacazos electorales del 28-M y el 23-J y ha abandonado la política

Foto: El cabeza de lista de la CUP en Barcelona, Albert Botran. (EFE/Marta Pérez)
El cabeza de lista de la CUP en Barcelona, Albert Botran. (EFE/Marta Pérez)

Los resultados del 23-J ya han provocado reacciones en los partidos que se han visto vapuleados. O, al menos, en alguno de los que recibieron un severo varapalo. La CUP, que perdió su representación parlamentaria, abrirá un proceso de “refundación” para afrontar el futuro. La formación anticapitalista pasó de 246.971 votos a solo 98.794, y sus dos diputados se quedaron en casa. El cabeza de lista por la demarcación de Barcelona, Albert Botran, abandona la primera línea de la política.

El bajón de la CUP es similar al de los demás partidos independentistas. ERC pasó de 874.859 sufragios a solo 462.883, perdiendo por el camino seis escaños (se quedó con siete), y Junts per Catalunya, pese a perder un solo representante (bajó de ocho a siete), también descendió de 530.225 apoyos a 391.634. En estas dos grandes formaciones, no hubo asunción de responsabilidades políticas ni reflexión alguna sobre el bajón electoral.

Foto: Lluc Salellas en un acto de la CUP. (EFE/Santi Iglesias)

Pero la CUP siempre ha sido consecuente con sus principios. Su secretariado dirigió una carta a la militancia haciendo autocrítica. “No se ha hecho una buena lectura de la situación, del clima, del momento, del agotamiento y del cansancio”, dice la misiva, en referencia al clima político actual. Por tanto, “no se ha estado a la altura a la hora de construir aquellos espacios y estructuras necesarios para dar saltos cualitativos a escala organizativa y a escala política”. De ahí que ofrezca “abrir un proceso de debate estratégico profundo, con la complejidad y los espacios necesarios, que permita un proceso de refundación del proyecto de la unidad popular”.

La formación anticapitalista ya había recibido un cierto varapalo en las elecciones municipales del pasado mes de mayo: pasó de 176.474 votos a 133.403 y de 334 a 313 concejales. Fue el primer toque de atención que, en todo caso, pensaba trasladar a las bases para comenzar un proceso de discusión interna sobre la estrategia a seguir. Pero la convocatoria de elecciones generales truncó su calendario y le obligó a posponer sus planes al próximo otoño.

Foto: Carles Riera, de la CUP, en el Parlament. (EFE/Marta Pérez)

El gran batacazo de las elecciones generales agravó la situación interna e hizo sonar todas las alarmas. La primera consecuencia es el anuncio del cabeza de lista por Barcelona, Albert Botran, de abandonar la primera línea política. Botran es todo un símbolo dentro de la formación: fue diputado en el Parlament de Cataluña y es representante de Poble Lliure, el mayor de los partidos que componen la CUP. De hecho, es uno de los puntales intelectuales del partido y un activista respetado tanto dentro como fuera de su partido.

"Debemos centrarnos en el municipalismo"

La misma noche electoral, Botran salió a la palestra para reconocer que su formación no había sido capaz de abrir camino, que los resultados obtenidos eran malos, pero lanzó un mensaje contundente: “Aquí nadie marcha a casa, porque tenemos un deber con el país y su gente”. Apenas unos días más tarde, el cabeza de lista por Barcelona da un paso al lado. “No es contradictorio con lo que dijo. Albert dejará de estar en primera línea, pero seguirá trabajando para el proyecto de la CUP desde el interior de la organización”, señala una fuente cupera.

Foto: Manifestación independentista en Barcelona. (EFE/Toni Albir)

También subrayan que el objetivo en estos momentos es “reorganizarnos y movilizarnos, porque se mantiene intacto el compromiso anticapitalista, independentista, feminista y ecologista”. Otra fuente señala que la decisión de Botran es “honesta y lógica” y subraya que la formación anticapitalista “debe recuperar su trabajo en el municipalismo, lugar al que tendría que haberse dedicado y del que no debería haber salido, porque es desde donde más se puede influir en el cambio del sistema y de las estructuras de poder”. No se pronuncian las fuentes sobre la nula asunción de responsabilidades en otros partidos. “Que cada uno gobierne su casa. La transparencia y la coherencia de la CUP quedan de manifiesto con las últimas iniciativas anunciadas”, insisten las fuentes.

No hay que olvidar que el partido solo se presentaba a las elecciones municipales hasta hace una década. A finales de 2012, decidió presentarse a las autonómicas por primera vez en su historia, logrando tres escaños y 126.219 votos. Y en noviembre de 2019, dio el salto al Congreso de los Diputados, logrando dos representantes y 246.971 sufragios.

Foto: El antropólogo Eudald Carbonell, hombre de peso en el consejo de la CUP. (EFE/Alejandro García)

A la formación anticapitalista le queda ahora un largo camino por delante. El inicio de la refundación comenzará a mediados de septiembre, cuando la CUP realice su Escuela de Verano, bajo el lema "Será mejor la vida que vendrá", en referencia a la estrofa de la canción "El pueblo unido jamás será vencido". Con ello, también homenajeará al presidente chileno Salvador Allende, depuesto hace 50 años por el golpe de Estado del general Augusto Pinochet, y al cantante Víctor Jara, asesinado durante aquella revuelta militar.

El Consejo Político de la CUP ha de dar luz verde ahora al proceso de refundación, en un periodo de tiempo que previsiblemente se alargue hasta mayo de 2024, justamente con tiempo suficiente para organizar las próximas elecciones autonómicas, que podrían adelantarse a finales del año próximo. Lo que se ha decidir en ese periodo es una nueva hoja de ruta, “poniendo sobre la mesa las nuevas necesidades a la vista de la coyuntura política del país”. Ese proceso, según la formación, ha de contar con la máxima participación de la militancia, de los consejos territoriales y de espacios de debate o grupos de trabajo que están bajo el manto de la organización, hasta desembocar todo ello en una asamblea nacional. Ahí se aprobará “la nueva propuesta tanto estratégica como organizativa” de la formación, eligiendo de paso a una nueva cúpula directiva.

Los resultados del 23-J ya han provocado reacciones en los partidos que se han visto vapuleados. O, al menos, en alguno de los que recibieron un severo varapalo. La CUP, que perdió su representación parlamentaria, abrirá un proceso de “refundación” para afrontar el futuro. La formación anticapitalista pasó de 246.971 votos a solo 98.794, y sus dos diputados se quedaron en casa. El cabeza de lista por la demarcación de Barcelona, Albert Botran, abandona la primera línea de la política.

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