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Ni autocrítica, ni catarsis: el independentismo ignora el golpe del 28-M
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Resaca electoral

Ni autocrítica, ni catarsis: el independentismo ignora el golpe del 28-M

ERC ha perdido 300.000 votos en las elecciones municipales, mientras que la CUP se ha dejado más de 40.000, lo que supone casi el 20% de su electorado. JxCAT se estanca

Foto: El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Marta Pérez)
El presidente de ERC, Oriol Junqueras. (EFE/Marta Pérez)

El 28-M ha sido un batacazo histórico para el independentismo catalán. Los tres principales partidos soberanistas, ERC, JxCAT y la CUP, perdieron en conjunto un total de 350.579 votos. Ello supuso que importantes plazas que habían dominado durante los últimos años pasasen a manos del enemigo. Su única victoria fue en la ciudad de Barcelona donde, contra todo pronóstico, Xavier Trias (Junts) se hizo con el poder, a costa de que su rival Ernest Maragall (ERC) perdiese más de la mitad de sus votos. El bloque nacionalista, sin embargo, huye de la autocrítica y mira hacia otro lado con las elecciones generales en el horizonte.

El descalabro más importante tuvo lugar en las filas de ERC, que pasó de 822.107 sufragios en 2019 a solo 520.360 en las municipales. Le supone un bajón de más de 301.747 apoyos, un severísimo voto de castigo que le supuso la pérdida de las ciudades de Tarragona y Lleida, entre otras, así como la Diputación de Lleida. Junts per Catalunya, por su parte, tuvo un ligero retroceso de 5.787 votantes, al pasar de 558.508 a 552.721 en los comicios del 28-M.

Foto: El ganador de las elecciones municipales en Barcelona, Xavier Trias. (EFE/Alejandro García)

Esta circunstancia le permitió recuperar el liderato entre los partidos independentistas: si en 2019 Esquerra fue el partido más seguido, ahora se ha quedado en tercera posición, superado por el PSC. Los socialistas consiguieron 712.992 papeletas en el territorio, y aunque bajaron 55.486 votos, pasaron de 1.308 concejales a 1.453. La CUP, por su parte, pasó de 176.474 a 133.429 sufragios, con un bajón de 43.045 apoyos. Sirva un ejemplo como referencia. El PSOE de Pedro Sánchez perdió 403.741 votos en toda España, casi lo mismo que el independentismo solo en Cataluña.

Pese al descalabro, ni una voz autocrítica se dejó oír dentro de los partidos independentistas. ¿El soberanismo no permite, hoy por hoy, voces discordantes en su seno? Muy pocas. En Esquerra, el sector más moderado no llega ni al 10% de la militancia. Se trata de un sector descabezado, sin fuerza y sin músculo interno, inteligentemente desarticulado desde la presidencia que ostenta Oriol Junqueras. Los postulados oficialistas son los que levantan pasiones entre su militancia y que, al final, le sirven a la formación republicana para seguir estando en primera línea.

Seis ciudades salvaron a Junts

En Junts hay un cierto sector crítico frente al núcleo duro que domina la cúpula. Los postulados unilateralistas de su presidenta, Laura Borràs; del secretario general, Jordi Turull; y la portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, "no se corresponden con el votante del partido", según reconocen algunas fuentes internas. Un dirigente del de este espacio explica a El Confidencial que "los buenos resultados de Barcelona y de otras localidades han maquillado el resultado final. Si no hubiese sido por media docena de ciudades, el batacazo hubiese sido de órdago".

En la ciudad de Barcelona, Xavier Trias pasó de 78.957 votos en el 2019 a 149.235 en el 2023. Pero su principal rival independentista, Ernest Maragall (ERC), bajó de 160.990 a 74.720 y pasó de primera a cuarta fuerza política. La CUP también bajó de 29.335 a 25.341. Y se quedaron huérfanos los 28.230 sufragios que en 2019 se fueron para Primàries, la candidatura auspiciada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Trias no pudo siquiera capitalizar el fuerte bajón de sus rivales independentistas, puesto que casi 50.000 papeletas soberanistas no se reflejaron en los resultados del 28-M. Solo la suma de JxCAT, ERC y la CUP pasó en la ciudad Condal de 269.282 votos en 2019 a 249.296 este mes de mayo, a los que hay que añadir los desaparecidos de Primàries y de otros pequeños grupos.

Los aparatos de ERC, Junts y la CUP han mirado hacia otro lado y se han apresurado a desviar la atención poniendo como prioridad el 23-J

"Los buenos resultados de Barcelona enmascaran el cómputo final de Junts", señalan las fuentes consultadas. También hay que añadir localidades como Sant Cugat, Igualada, Martorell, Banyoles o Figueres, donde la formación ha retenido, ha ampliado la ventaja o ha recuperado la alcaldía. "En todas ellas, lo mismo que en Barcelona, se concurría con un mensaje moderado. En Barcelona, Trias escondió las siglas, porque pensaba que restaban en vez de sumar", añaden. En otras palabras, los resultados de JxCAT no fueron catastróficos debido al buen comportamiento del votante en seis localidades, aunque de todas ellas solo tenga un considerable peso la ciudad de Barcelona.

Lejos de tomar en consideración estas circunstancias, los aparatos de ERC, Junts y la CUP han mirado hacia otro lado y se han apresurado a desviar la atención poniendo como prioridad las próximas elecciones generales de julio del 2023. "Es posible que no sea la fecha más idónea para tomar decisiones drásticas, pero no estaría de más una lectura crítica y la asunción de responsabilidades políticas tras los pésimos resultados del 28-M", arguye una fuente del sector moderado de Esquerra, que critica el tono triunfalista de la cúpula del partido al hablar del 28-M.

El 28-M ha sido un batacazo histórico para el independentismo catalán. Los tres principales partidos soberanistas, ERC, JxCAT y la CUP, perdieron en conjunto un total de 350.579 votos. Ello supuso que importantes plazas que habían dominado durante los últimos años pasasen a manos del enemigo. Su única victoria fue en la ciudad de Barcelona donde, contra todo pronóstico, Xavier Trias (Junts) se hizo con el poder, a costa de que su rival Ernest Maragall (ERC) perdiese más de la mitad de sus votos. El bloque nacionalista, sin embargo, huye de la autocrítica y mira hacia otro lado con las elecciones generales en el horizonte.

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