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Víctor Jara: las estremecedoras canciones del hombre al que Pinochet cortó las manos
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asesinado en 1973

Víctor Jara: las estremecedoras canciones del hombre al que Pinochet cortó las manos

Han tenido que pasar 45 años para que la Justicia chilena haya condenado finalmente a nueve exmilitares por el asesinato de Víctor Jara, el cantautor político más icónico del siglo XX

Foto: Mural de Víctor Jara. (Wikimedia)
Mural de Víctor Jara. (Wikimedia)

Lo detuvieron y encerraron en el estadio de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet que derrocó el Gobierno democrático de Salvador Allende. Entre la muchedumbre de prisioneros opositores que se hacinaban allí, se le perdió la pista... hasta que un suboficial lo reconoció: "Tú eres ese maldito cantante, ¿no?", le dijo y comenzó a patearle salvajemente. "No permitan que se mueva de aquí. Este me lo reservo". Víctor Jara fue llevado a los sótanos, torturado, le cortaron las manos y la lengua: "Canta ahora si puedes, hijo de puta", le gritó un oficial apodado el Príncipe. Finalmente le mataron a balazos: 44, para ser exactos. Lo ocurrido aquellos últimos días se lo contaron los compañeros supervivientes de Jara a su viuda, Joan Turner, que a su vez lo narró en el libro 'Un canto truncado' (Ediciones B).

Han tenido que pasar 45 años para que la Justicia chilena haya condenado finalmente a nueve exmilitares por el asesinato de Víctor Jara, el cantautor político más icónico del siglo XX. Autor de himnos tristes como 'Te recuerdo, Amanda', maravillosas canciones de cuna antiimperialistas como 'Duerme, duerme, negrito' y sones revolucionarios ya clásicos como 'A desalambrar'. Aquel que unos años antes de su tortura y asesinato, las adivinaba así en 'La canción del soldado': "Soldado, no me dispares / soldado. Yo sé que tu mano tiembla / soldado, no me dispares. / ¿Quién te puso las medallas? / ¿Cuántas vidas te han costado? / Dime si es justo, soldado / con tanta sangre, ¿quién gana? / Si tan injusto es matar, / ¿por qué matar a tu hermano?". Estas son algunas de las canciones más hermosas de Víctor Jara que, tras su dramático final, es ya imposible escuchar sin que te den ganas de llorar.

'Te recuerdo, Amanda'

El amor de "dos obreros de ahora" es protagonista de un tema que recientemente recuperó Amaia, de 'Operación Triunfo'. 'Te recuerdo, Amanda' habla de "lo que se ve por las calles y a veces no se da cuenta, de lo que existe dentro del alma de dos obreros de cualquier fábrica, en cualquier ciudad, en cualquier lugar" del continente americano.

'El derecho de vivir en paz'

Toda una crítica a la guerra de Vietnam, 'El derecho de vivir en paz' es un homenaje a ese derecho para toda la humanidad que parte de la figura de Ho Chi Minh y una crítica al "genocidio" en Indochina, "el lugar más allá del ancho mar".

'La canción del soldado'

Este tema jamás llegó a ser grabado por el propio Jara, aunque sí escribió sus (cortos y escasos, pero más que potentes) versos. Escrita en 1966, se convirtió en un inquietante presagio de su asesinato. "Dime si es justo, soldado, / con tanta sangre, ¿quién gana?". Quedó plasmado en los discos de Quilapayún:

'Duerme, negrito'

Una canción folclórica de esa faceta de expresión de sentimientos de Jara acerca del país en que vivía, 'Duerme, negrito' tiene una clara intencionalidad antiimperialista, con aquel "y si el negro no se duerme, viene diablo blanco y se le come la patita".

'Juan, sin tierra'

"Voy a cantar el corrido de un hombre que fue a la guerra": así empieza el corrido dedicado al 'Juan, sin tierra' que tantas veces cantó Víctor Jara recordando el valor del revolucionario, pero que no compuso él mismo. Es de Jorge Saldaña y muchos, entre otros el grupo español SKA-P, la han llevado allá por donde han ido.

'A desalambrar'

Y no hay revolución de Víctor Jara sin el tema estrella en defensa del campesino y de esa máxima, 'tierra y libertad', que ya reivindicaba Saldaña en su 'Juan, sin tierra'. En 'A desalambrar', hace Jara un llamamiento a aquellos que trabajan la tierra para que defiendan lo que es suyo: "Yo pregunto a los presentes, si no se han puesto a pensar, que esta tierra es de nosotros y no del que tenga más. Yo pregunto si en la tierra nunca habrá pensado usted que si las manos son nuestras, es nuestro lo que nos den".

Lo detuvieron y encerraron en el estadio de Chile tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet que derrocó el Gobierno democrático de Salvador Allende. Entre la muchedumbre de prisioneros opositores que se hacinaban allí, se le perdió la pista... hasta que un suboficial lo reconoció: "Tú eres ese maldito cantante, ¿no?", le dijo y comenzó a patearle salvajemente. "No permitan que se mueva de aquí. Este me lo reservo". Víctor Jara fue llevado a los sótanos, torturado, le cortaron las manos y la lengua: "Canta ahora si puedes, hijo de puta", le gritó un oficial apodado el Príncipe. Finalmente le mataron a balazos: 44, para ser exactos. Lo ocurrido aquellos últimos días se lo contaron los compañeros supervivientes de Jara a su viuda, Joan Turner, que a su vez lo narró en el libro 'Un canto truncado' (Ediciones B).

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