Es noticia
La CUP afronta su refundación en las horas más bajas de apoyos y poder de movilización
  1. España
  2. Cataluña
SITUACIÓN CONVULSA

La CUP afronta su refundación en las horas más bajas de apoyos y poder de movilización

La formación anticapitalista plantea cambiar la organización en su congreso nacional para hacerla menos asamblearia y personalista y entrar en las instituciones

Foto: El diputado la CUP Carles Riera y Dolors Sabater, la presidenta de la ANC (EFE/Marta Pérez)
El diputado la CUP Carles Riera y Dolors Sabater, la presidenta de la ANC (EFE/Marta Pérez)

"Si no tienes fuerza en la calle y en la sociedad, ya puedes estar en el ayuntamiento o en el Gobierno, que lo que harás es gobernar con la agenda del adversario, tal y como hace ERC". La frase es de Carles Riera, diputado de la CUP y cara más visible del movimiento anticapitalista en este momento, en una entrevista en Vilaweb. Hace dos semanas, la manifestación a favor de la okupación en Barcelona apenas reunió 300 personas en la plaza de Universitat de la capital catalana para "parar el fascismo" y mostrar su apoyo a los okupas de las casas del Kubo y La Ruïna, dos inmuebles desocupados por los Mossos en el barrio de La Bonanova.

La marcha iba a ser un símbolo, pero al final no le importó a nadie. La CUP no solo ha perdido votos, también afronta su proceso de refundación con una enorme caída de poder de movilización en la calle, lo que siempre había sido su punto fuerte.

Este sábado se celebra el congreso nacional abierto, en el que participarán militantes y simpatizantes. La crisis de la formación anticapitalista se resume en tres ejes: desmovilización de sus bases, pérdida de votos y problemas de su particular organización asamblearia. Esta refundación de la CUP plantea la posibilidad de virar hacia una organización interna más similar a la de un partido convencional.

Lo que se pone sobre la mesa es si la CUP ha de convertirse en una formación menos dependiente de sus bases, con una dirección política más definida, y dejar atrás los liderazgos rotatorios para tener una política de cabezas de lista de trayectoria larga y con las que los votantes puedan identificarse.

Foto: El cabeza de lista de la CUP en Barcelona, Albert Botran. (EFE/Marta Pérez)

En este clima de buscar cambios para recuperar votos, más de un centenar de militantes y simpatizantes de la formación, como el alcalde de Girona, Lluc Salellas, el cantante Lluís Llach, el periodista Jordi Borràs, el activista Marcel Vivet y los diputados y exdiputados Dolors Sabater, Dani Cornellà, Albert Botran y Nogay Ndiaye, entre otros, han firmado un manifiesto en el que piden que el proceso de refundación deje lugar a un espacio político con vocación de mayoría y de gobierno. Es decir, ocupar más responsabilidades en las instituciones y buscar más pactos con otras fuerzas políticas.

A este tipo de propuestas se resisten Arran, la organización juvenil, y Endavant, la corriente mayoritaria y más anarquista, de donde salió Anna Gabriel, contrarias a este giro porque consideran que pervierte los orígenes del movimiento. El debate se prevé que sea muy vivo, según fuentes de esta formación.

Una caída en barrena

La CUP ha entrado en barrena. El partido más municipalista de España ha tenido problemas para encontrar alcaldables en las últimas elecciones. En los comicios generales de julio, además, perdió 140.000 votos, el mayor revés en las urnas de su historia.

En las últimas elecciones generales, la CUP perdió un total de 140.000 votos

Luego le afecta de manera profunda el final de su rol estratégico en el Parlament. La CUP ha pasado de ser el partido que arrastró a ERC y CDC a organizar la consulta del 1 de octubre a no pintar nada en la Cámara catalana. Los anticapitalistas hicieron presidente a Pere Aragonès, pero desde entonces los republicanos han preferido otras mayorías, jugando mucho con el PSC y los comunes. En la práctica, la formación anticapitalista se ha convertido en una fuerza tan irrelevante como Vox.

Automarginación

La CUP se automarginó desde el principio. De manera que lo que empezó como la legislatura del 52% independentista, acabó como la legislatura de “quién pactará hoy con Salvador Illa”. La mayoría secesionista era incapaz de acordar unos presupuestos, una política fiscal, el futuro del catalán en la escuela, la ampliación del aeropuerto de El Prat o el despliegue de las renovables, solo por poner algunos ejemplos. Esa diferencia de criterio fue aprovechada por el PSC para colocarse en el centro de la vida política catalana y expulsó a la CUP al equivalente de los planetas exteriores, si el Parlament pudiese tener este tipo de estructuras astrales.

También hubo errores graves, como plantear la precampaña de las municipales en Barcelona basándose en el pasado esclavista de las tradicionales grandes fortunas de la ciudad, con la excusa de que presentaba una candidata de color, Basha Changuerra. ¿Resultado? No obtuvieron representación en el ayuntamiento de la capital. Y está el fracaso del procés, que ya pasó factura primero a Unió, siguió con el PSC, CDC y luego ERC. Los anticapitalistas, hasta ahora, se habían librado. Pero hace un par de años entraron en barrena. Ahora esta refundación intenta atajar esta decadencia.

"Si no tienes fuerza en la calle y en la sociedad, ya puedes estar en el ayuntamiento o en el Gobierno, que lo que harás es gobernar con la agenda del adversario, tal y como hace ERC". La frase es de Carles Riera, diputado de la CUP y cara más visible del movimiento anticapitalista en este momento, en una entrevista en Vilaweb. Hace dos semanas, la manifestación a favor de la okupación en Barcelona apenas reunió 300 personas en la plaza de Universitat de la capital catalana para "parar el fascismo" y mostrar su apoyo a los okupas de las casas del Kubo y La Ruïna, dos inmuebles desocupados por los Mossos en el barrio de La Bonanova.

CUP Independentismo Noticias de Cataluña
El redactor recomienda