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La CUP prepara una nueva estrategia para comer terreno a ERC y JxCAT tras el pacto de investidura
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RECUPERAR A FIGURAS HISTÓRICAS

La CUP prepara una nueva estrategia para comer terreno a ERC y JxCAT tras el pacto de investidura

El 'procés Garbí' culminará con un congreso nacional el 16 de diciembre para sentar las bases de una nueva acometida del independentismo radical

Foto: La exdiputada de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí. (EFE/Jaume Sellart)
La exdiputada de la CUP en el Congreso, Mireia Vehí. (EFE/Jaume Sellart)

La CUP se prepara para una nueva etapa con el objetivo de recoger los restos del naufragio del procés. Los anticapitalistas consideran que tanto ERC como Junts per Catalunya (JxCat) se han apartado del correcto camino hacia la independencia al pactar con Pedro Sánchez y quieren capitalizar esa circunstancia. Desde hace unas semanas, la organización soberanista está realizando asambleas territoriales que culminarán con un Congreso Nacional el próximo 16 de diciembre, que será abierto no solo a los militantes de la CUP, sino a toda la “izquierda independentista”.

Se le llama a esta iniciativa Procés Garbí y representa "la nueva estrategia política y organizativa que pueda incorporar todas las visiones y sirva para fortalecer a la organización". En resumen, finiquitado el procés, llega un nuevo embate contra el Estado que pone el acento no solo en Cataluña, sino en los Països Catalans. De momento, se han inscrito 600 activistas para participar en este plan, que tendrá cuatro ejes principales: la defensa del referéndum del 1-O, la reivindicación del derecho a la vivienda, el impulso del feminismo y la defensa del catalán.

Foto: Carles Puigdemont en Bruselas con Toni Comín. (EFE/Olivier Matthys)

No obstante, la organización quiere hacer "una autocrítica de las debilidades y carencias del proyecto político", especialmente tras los "malos resultados electorales" y en un contexto de "falta de rumbo del independentismo" o de "crecimiento de la extrema derecha”. Un documento interno de 21 páginas explica que, hasta la celebración del congreso de diciembre, habrá a nivel interno debates "nacionales temáticos" para profundizar en los dilemas complejos y locales, convocados por las estructuras territoriales.

Estos debates intentarán capilarizar "al máximo" y "extender por todos los rincones" el proceso de debate; facilitar la mayor participación; adaptar las cuestiones a la "realidad política local"; conectar con personas que "se han distanciado o que han abandonado el proyecto"; profundizar en situaciones que "interesen en particular"; "reactivar" el tejido que envuelve las asambleas a través de un "trabajo intensivo y extensivo" de relaciones políticas; motivar a la militancia y al entorno o, en definitiva, ampliar su proyecto.

Actualizar sus tácticas

¿Qué ha pasado con la CUP para plantear poco menos que una refundación? En primer lugar, el severo varapalo en las elecciones municipales (bajó de 176.474 a 133.429 votos y de 334 a 313 concejales) y en las generales, en las que perdió los dos escaños que tenía en el Congreso (pasó de 246.971 a 98.794 votos). Según la organización, "hoy la CUP necesita poner al día su estrategia y sus tácticas, esto es, la concreción de sus horizontes de construcción nacional y de transformación social y sus formas de intervención en la sociedad catalana, de acuerdo con una sociedad catalana que, de un tiempo para acá, ha cambiado de forma profunda".

En la formación anticapitalista entienden que los descensos electorales "nos obligan a un análisis en torno a la utilidad de la organización. Más allá de la incidencia institucional que nos permitan coyunturalmente, los resultados electorales suponen un termómetro para valorar la percepción popular en cuanto a la utilidad de una organización como la nuestra, el apoyo a nuestros postulados y las posibilidades de nuestro espacio político". Además, “la pérdida de candidaturas municipales confirma cierto grado de desmovilización en nuestro movimiento, que también se ha expresado en el distanciamiento del proyecto de algunos cuadros y militantes históricos".

placeholder La exportavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel. (EFE/Quique García)
La exportavoz de la CUP en el Parlament, Anna Gabriel. (EFE/Quique García)

Esta situación, que refleja "cierta falta de músculo militante" y que es "especialmente acusada en determinados ámbitos”. Sin ir más lejos, el cabeza de lista el pasado 23-J, el histórico Albert Botran, el más visible representante de Poble Lliure (el mayor partido de los 7 que componen la CUP), se retiró de la primera línea política, asumiendo unas responsabilidades políticas que ningún otro dirigente político quiso asumir. La CUP no considera que sus tesis fundamentales estén caducas, aunque sigue renegando de la UE y del capitalismo.

Por eso, a su proyecto político histórico independentista añade ahora "la reivindicación del feminismo y del ecologismo como ejes inseparables de nuestro proyecto político". Según el citado documento, la CUP espera que las elecciones autonómicas de Cataluña se avancen, por lo que se podrían celebrar en otoño del 2024. Por ello, debe estar preparada. Esto podría suponer dos retos: "El primero es evidente, y es que será necesario dedicar esfuerzos militantes o de la estructura a la gestión y logística de las campañas" con lo que se puede "desviar la atención" del debate de fondo en el que trabajan.

El segundo reto, de carácter político, consistiría en "la necesidad de adaptar las hipotéticas candidaturas al estado de la cuestión, de manera que sean un reflejo de la adecuación estratégica que estamos planteando". El pasado mes de septiembre, blindó la planificación de sus debates por si se repetían también las elecciones generales en caso de que Junts no diese apoyo a la investidura de Pedro Sánchez.

Superar la desmovilización

“Al margen de los procesos electorales que puedan interferir en el proceso, el otro gran reto que deberemos afrontar es la superación de una situación de desmovilización general en el conjunto del país, que afecta fundamentalmente a opciones y propuestas como la que defiende la CUP, que se basan, justamente, en la movilización general del pueblo trabajador en todos los ámbitos sociales y territoriales para alcanzar una ruptura con las instituciones del Estado y del sistema económico, social y cultural vigente, para construir una nueva república, democrática, socialista, feminista y ecologista, para el conjunto de los Països Catalans”, dice el documento.

Con el pacto de JxCat y ERC, el camino hacia una estrategia de fomento del conflicto queda expedito para la CUP y otras organizaciones radicales, que ven una buena coyuntura a sus intereses con la institucionalización de los dos grandes partidos independentistas. El documento acaba con toda una declaración voluntariosa de intenciones: "El contexto no parece propicio en principio ni para la movilización del pueblo trabajador, ni para la de la militancia, ni tampoco para potenciar escenarios de entendimiento y de agregación de voluntades en favor de una propuesta rupturista como la que defendemos. En este sentido, y sin renunciar –todo lo contrario– a los procesos de confrontación de ideas y de propuestas, de ir a la raíz de las cuestiones -tanto en el análisis como en la propuesta-, será preciso también fomentar ambientes positivos de intercambio de propuestas e ideas compartidas, síntesis superadoras, que permitan construir procesos y herramientas de unidad popular en su significado último: la unidad del pueblo en la lucha por la independencia, el socialismo, el feminismo y el ecologismo en los Països Catalans".

El grupo promotor

Para llevar a cabo el Procés Garbí, la CUP ha elegido a un núcleo de 17 activistas que es considerado el "grupo motor" del proyecto y que "representan las diferentes sensibilidades políticas y territoriales de la organización, que serán las encargadas de elaborar unas primeras ponencias base que serán debatidas en el congreso nacional". Entre los activistas hay exconcejales, miembros de plataformas cívicas de toda Cataluña y militantes de distintas organizaciones. Glòria Rubio, por ejemplo, fue concejala en Sabadell por Crida Sabadell de 2015 a 2019 y es miembro de la Asamblea de Okupas, la Asamblea de Jóvenes y de Justa Revolta.

Blai Taberner entró en la organización juvenil Arran en 2013, de la que fue miembro de la ejecutiva nacional y en la actualidad es concejal en Cardedeu. Maria Gordillo, también militante de Arran y de Endavant, el núcleo duro de la CUP, fue miembro de la ejecutiva nacional de la formación (llevó la responsabilidad de las relaciones políticas e internacionales de 2018 a 2021) y, como activista del colectivo 8 Mil Motivos, fue encausada en un corte de vías de Ferrocarriles de la Generalitat en 2018.

placeholder Protestas en Barcelona, en una imagen de 2018. (Albert Gea)
Protestas en Barcelona, en una imagen de 2018. (Albert Gea)

Otro de los componentes del grupo, Ignasi Bea, miembro de Endavant, fue concejal de Sant Cugat entre 2011 y 2019. También fueron concejales Non Casadevall (en Banyoles) y Marta Guillaumes (en Salt, de 2015 a 2019). Pau Ortínez, otro de los integrantes del grupo, es actualmente concejal en Igualada y Robert Sabater fue alcalde de Viladamat de 2014 a 2019 y teniente de alcalde de 2011 a 2014. También Su Moreno fue durante 8 años concejala en Capellades. Por último, Iñigo Robredo es miembro del Secretariado Nacional de la CUP y Xavi Monge lo fue hace unos años. Este núcleo de dirigentes será en responsable de confeccionar las ponencias política y organizativa que se levarán al congreso.

Movimiento contestatario

El grupo examinará cuestiones como la elaboración de "hipótesis de ruptura y estrategia", el papel del municipalismo y de la lucha parlamentaria en los distintos niveles, la creación de redes de estructuras populares y las de apoyo mutuo, el papel de la organización en distintos estamentos y su balance histórico, las maneras de realizar "agitación y propaganda en las calles, instituciones, medios y redes sociales", el modelo organizativo más idóneo y cómo han de realizarse las tomas de decisiones, la adecuación del funcionamiento del sistema de rotación de los candidatos, las posibilidades de crecimiento del partido y las relaciones con otras organizaciones.

En este sentido, su intención es articular un amplio movimiento contestatario que implica "reuniones regulares con las organizaciones de la izquierda independentista y con las que forman parte de la candidatura del Parlament", pero también con "el conjunto de organizaciones, movimientos y sindicatos con quienes tejemos alianzas habitualmente a las que queremos acercar e interpelar con nuestro proceso de debate".

La CUP se prepara para una nueva etapa con el objetivo de recoger los restos del naufragio del procés. Los anticapitalistas consideran que tanto ERC como Junts per Catalunya (JxCat) se han apartado del correcto camino hacia la independencia al pactar con Pedro Sánchez y quieren capitalizar esa circunstancia. Desde hace unas semanas, la organización soberanista está realizando asambleas territoriales que culminarán con un Congreso Nacional el próximo 16 de diciembre, que será abierto no solo a los militantes de la CUP, sino a toda la “izquierda independentista”.

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