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Aragonès, investido 'president' con agenda soberanista y con la amenaza de la CUP
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ERC vuelve a presidir la Generalitat

Aragonès, investido 'president' con agenda soberanista y con la amenaza de la CUP

Arranca una nueva legislatura en Cataluña, casi 100 días después de que los catalanes votaran para poner fin a los ocho meses de interinidad tras la inhabilitación de Torra

Foto: Pere Aragonès, a su llegada al Parlament. (EFE)
Pere Aragonès, a su llegada al Parlament. (EFE)

Pere Aragonès se ha convertido en el undécimo presidente de la Generalitat. Le ha costado ocho meses desde la caída de Quim Torra, tres meses desde las elecciones del 14-F. Nadie apostaba por él, pero ganó las elecciones. Se le echaba en cara la falta de carisma, pero ha conseguido cerrar un acuerdo que parecía imposible. Su agenda política es claramente independentista, pero con un día a día basado en el pragmatismo. Su problema es que la CUP ya está avisando que saltará del barco si no cumple sus compromisos, si no hay una consulta soberanista en los próximos cuatro años. La CUP fue poco complaciente en el debate, consciente de que la retórica de Aragonès tal vez tenga poco que ver con su praxis, al menos de manera inmediata.

El apoyo de ambas formaciones independentistas, junto a los de su propio partido, le han permitido a Aragonès obtener 74 votos (por encima de los 68 necesarios para la mayoría absoluta) —33 de ERC, 32 de JxCAT y nueve de la CUP—, y a Cataluña poner fin a ocho meses de interinidad desde la inhabilitación de Quim Torra. El Gobierno en funciones de la Generalitat ha tenido tiempo de vacunar 2,5 millones de personas. Quizás lo más importante que ha pasado en Cataluña en los últimos 20 años lo ha hecho un Ejecutivo de carácter provisional.

Foto: El secretario general de JxCAT, Jordi Sànchez. (EFE)

Para llegar aquí, se han vivido meses de negociaciones tortuosas, rupturas, broncas, renuncias inesperadas, en los que se ha estado al límite de la repetición electoral y en los que Aragonès ha vivido incluso una investidura fallida, en la que no consiguió obtener el apoyo de Junts (que se abstuvo) y recibió solo los 33 votos de ERC y los nueve de la CUP.

La legislatura que arranca a partir de hoy estará marcada por la moción de confianza que ha exigido la CUP para otorgar su apoyo a Aragonès y que ERC y Junts han dado por buena, como es la de evaluar los resultados de la mesa de diálogo, la vía elegida para conseguir un referéndum de autodeterminación pactado con el Gobierno. La rendición de cuentas se llevará a cabo dentro de dos años, una fecha que queda marcada ahora en el calendario del nuevo presidente de la Generalitat.

A la segunda jornada del debate de investidura y posterior votación, ha asistido también el presidente de ERC, Oriol Junqueras, que ha aprovechado un permiso penitenciario para acudir este viernes al Parlamento de Cataluña para presenciar la investidura de Aragonès como presidente de la Generalitat. Con mirada complacida, Junqueras ha visto como el hombre designado por él para liderar el partido devuelve la presidencia de la Generalitat a ERC, algo que no pasaba desde los años 30.

"Estaremos en la oposición si se desdice del acuerdo o claudica ante el Estado", le ha advertido Carles Riera en la intervención de la CUP, basada en que le votan con poca fe, como aquella gente antes en los pueblos que iba a misa solo por el vermut de después. Riera le ha recordado a Aragonès que si se quieren cambios radicales no se trata de dar estabilidad al sistema, sino de desestabilizarlo.

En opinión de Riera "no hablamos de regular o matizar las causas que regulan la injusticia, sino de romper las causas estructurales que provocan estas injusticias. Y esto se llama capitalismo o patriarcado. No estamos hablando de regular el fascismo, sino de erradicarlo. No hablamos de lo mismo, sin embargo, hemos llegado a unos acuerdos de mínimos".

Dolors Sabater fue en la misma línea: "Daremos los nueve votos a Pere Aragonés porque él se ha comprometido a cumplir todos los acuerdos cerrados, pero avisamos que esta corroboración del acuerdo no es un cheque en blanco, porque es un acuerdo de mínimos que debe permitir orientar la legislatura hacia a la izquierda, pero ir más allá". La CUP exigen una moción de confianza para valorar la mesa de diálogo para dentro de dos años. Tanto JxCAT como ERC han dado por bueno este plazo.

Gesto hacia los Comunes

Tal vez por eso, por la consciencia de que la CUP será un socio a la fuga, Aragonès volvió a tender puentes hacia los comunes. Incluso les pidió que se abstuviesen, recordándoles la abstención de ERC para que gobernase Pedro Sánchez que "se hizo meses después de que el Tribunal Supremo condenase al presidente de nuestro partido a 13 años de cárcel por haber organizado el 1-O". Jèssica Albiach no recogió el guante. Le reprochó volver a pactar con JxCAT y le confirmó que votarían que no. Pero ya se mostró preocupada por los presupuestos. En septiembre se volverá a abrir el baile.

Foto: El candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès (i), conversa con el diputado de JxCAT Joan Canadell. (EFE)

Por tanto, como ha apuntado hoy Josep Martí Blanch, el ejecutivo de Aragonès nace con dos vías de agua: la inestabilidad interna de JxCAT y la también inestabilidad que fomenta la CUP fuera de su partido. "Nosotros creemos que lo que hay es que generar toda aquella inestabilidad, toda aquella disrupción que permita que se abra un espacio de libertad y que la lucha de la gente de este pueblo tenga posibilidad de plasmarse en realidades", le advirtió Riera. Pero Pere Aragonès no engaña a nadie. No es ese tipo de hombre.

'President' vigilado

Aragonès tal vez se habrá librado de la tutela del Consell per la República de Carles Puigdemont, pero le queda la de la CUP. Carles Riera le advirtió que "el hecho de que los compromisos a los que hemos llegado en materia de ejercicio del derecho a la autodeterminación como los compromisos a los que hemos llegado en materia social y de políticas públicas, el hecho de que no estén en su pacto de gobierno con JxCAT no es excusa para no aplicarlos. Y les recordaremos y lo vigilaremos y lucharemos palmo a palmo, día a día, para que estos acuerdos se cumplan". Esos acuerdos implican repetir otro referéndum por la independencia, pactado o no, durante el mandato que ahora comienza.

El realismo en la sesión lo puso, como es habitual, el popular Alejandro Fernández. El representante del PP le recordó obviedades, que Cataluña no es una colonia y que no se le puede aplicar el derecho de autodeterminación. "Porque a ustedes les gustan los derechos colectivos y no tantos los derechos individuales". Por eso añadió Alejandro Fernández: "Si quieren ser como los escoceses, vayan al Congreso y acepten lo que allí se vote. A los escoceses les han dicho que no y no van a montar el pollo que ustedes organizaron en 2017". Aragonès ha puesto Escocia como la nueva referencia soberanista. Parece difícil llegar a un objetivo así durante esta legislatura. Como apuntó la portavoz de ERC, Marta Vilalta: "La república catalana será... —para añadir acto seguido— no sabemos cuándo, pero será".

Pere Aragonès se ha convertido en el undécimo presidente de la Generalitat. Le ha costado ocho meses desde la caída de Quim Torra, tres meses desde las elecciones del 14-F. Nadie apostaba por él, pero ganó las elecciones. Se le echaba en cara la falta de carisma, pero ha conseguido cerrar un acuerdo que parecía imposible. Su agenda política es claramente independentista, pero con un día a día basado en el pragmatismo. Su problema es que la CUP ya está avisando que saltará del barco si no cumple sus compromisos, si no hay una consulta soberanista en los próximos cuatro años. La CUP fue poco complaciente en el debate, consciente de que la retórica de Aragonès tal vez tenga poco que ver con su praxis, al menos de manera inmediata.

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