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Carles Riera, el talibán tranquilo obligado a mantener los resultados de la CUP
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Nueva cara en la renovación anticapitalista

Carles Riera, el talibán tranquilo obligado a mantener los resultados de la CUP

El pasado de Riera ha estado marcado por el activismo y la resistencia pacífica, por haber formado parte de la Crida y haber colaborado estrechamente con Lluís Maria Xirinacs

Foto: El cabeza de lista por la CUP, Carles Riera (c). (EFE)
El cabeza de lista por la CUP, Carles Riera (c). (EFE)

El filósofo marxista Antonio Gramsci afirmaba que “decir la verdad es siempre revolucionario”. El nuevo candidato y líder de la CUP, Carles Riera, dice siempre la verdad, según aseguran quienes le conocen. Por eso está en la mejor formación política posible para un hombre así. Radicalmente honesto pero de fondo tranquilo. Muy buena persona, tal y como le definen sus allegados. Pero también de convicciones firmes. Sus rivales políticos en la CUP también lo definen como el peón que ha colocado Anna Gabriel para seguir controlando el grupo parlamentario tras su marcha.

Carles Riera es sociólogo y tiene 57 años. Entró como diputado en octubre de 2016, cuando dimitió Pilar Castillejo y el breve tiempo que ha estado en el escaño le permite ahora volver a optar al cargo representativo. Antes había trabajó en la Fundació Randa, junto a Lluís Maria Xirinacs, un histórico del independentismo cuando el independentismo era muy minoritario. Xirinacs se suicidó en 2007 en un bosque del Ripollès, dejando una nota en la que lamentaba que “había vivido 75 años en un país ocupado”. Los ejes de Xirinacs eran independentismo y resistencia pacífica, dos de los pilares que también definen a Carles Riera.

Los que conocen a Riera destacan su carácter dialogante y su aire de “hombre normal”. Siempre se muestra muy firme en sus convicciones pero ante un problema su posición es “primero hablemos, tendamos puentes y busquemos complicidades”. Riera en calidad de diputado participó en las reuniones del bloque independentista de los días previos a la declaración de soberanía. Incluso acudió a Palau varias veces. Algunos de los que participaron con él en estos encuentros destacan su inclinación a llegar a acuerdos.

placeholder  Anna Gabriel durante el acto central de la campaña electoral de la CUP. (EFE)
Anna Gabriel durante el acto central de la campaña electoral de la CUP. (EFE)

Carles Riera forma parte de Endavant, la misma organización de corte estalinista y revolucionario que integra Anna Gabriel. Fuentes cercanas a Poble Lliure, el movimiento rival dentro de las CUP le acusan de ser un hombre de Anna Gabriel y de que Endavant ha copado buena parte de los puestos en la lista para el Parlament en detrimento del resto de agrupaciones. Por ello, la batalla por el secretariado se perfila dura. También apuntan a que a Anna Gabriel le gustan este tipo de perfiles para encabezar las listas. Es un caso similar a Antonio Baños, sólo que Riera es menos simpático, más discreto y menos dado a salir de noche. Tanto Baños como Riera con sus diferencias tienen un punto en común: las caras más amables que puede ofrecer la CUP como gancho electoral, tranquilos en la forma pero de fuertes convicciones en el fondo.

La renovación que marcan los estatutos de las CUP obliga a cambiar caras en la organización. Y ahora Riera será la nueva cara de este movimiento anticapitalista al pasar a un segundo plano Anna Gabriel o Gabriela Serra o Benet Salellas, igual que en su día ya hizo lo propio David Fernández.

Un pasado en la Crida

Riera proviene de la Crida, un movimiento en defensa de la lengua en los años 80. Ni entró al principio ni permaneció hasta el final, cuando se disolvió en 1993. Pero participó en la era gloriosa. Junto con Àngel Colom, que posteriormente llegó a presidente de ERC y con Jordi Sànchez actualmente en la cárcel tras haber sido presidente de la ANC, formó parte de la dirección de la Crida. Colom, Riera y Sánchez eran la santísima trinidad de la Crida.

Riera proviene de la Crida, un movimiento en defensa de la lengua en los años 80

Había matices, claro. Por ejemplo, Riera estaba más preocupado por la vertiente antimilitarista y antinuclear de la Crida, que por el principio fundacional de defensa del catalán. Por eso Carles Riera participó en la acción directa más famosa de la Crida, manchar con pintura rosa la fragata 'Capadanno', perteneciente a la VI Flota norteamericana. A Riera y al resto de los integrantes esta acción les costó una multa de 40.000 pesetas por un delito de daños.

Poco a poco

Tras su paso por la Crida, poco a poco fue endureciendo su postura política, sin abandonar el pacifismo, y acabó militando en Endavant, donde siempre ha defendido las posiciones más duras. Primero se opuso al pacto con Junts pel Sí, dudaba de la utilidad de entrar en el Parlament, se pronunció contra la idea de que Carles Puigdemont convocase elecciones y también mostró sus reservas a que la CUP participase en estos comicios, por considerarlo ilegítimos al haber sido convocados por Mariano Rajoy.

Riera siempre se ha situado en las posturas más extremas en los debates internos de la CUP, por lo que abogó por no presentarse a las elecciones

El pasado mes de octubre la Crida volvió a reunirse en el Paraninfo de la UB para exigir la libertad de los presos encarcelados por los acontecimientos de septiembre y octubre en Cataluña. Riera también estuvo ahí. Constancia y compromiso.

El principal problema de Riera radica en la campaña electoral. Muy extraña, la CUP cuenta con muy poco presupuesto. Y con unos resultados tan ajustados, los 336.000 votos de la CUP son una pieza codiciada. Riera tiene que retener ese tesoro porque según como se resuelvan las elecciones la debacle en escaños para la CUP puede ser muy grande.

El filósofo marxista Antonio Gramsci afirmaba que “decir la verdad es siempre revolucionario”. El nuevo candidato y líder de la CUP, Carles Riera, dice siempre la verdad, según aseguran quienes le conocen. Por eso está en la mejor formación política posible para un hombre así. Radicalmente honesto pero de fondo tranquilo. Muy buena persona, tal y como le definen sus allegados. Pero también de convicciones firmes. Sus rivales políticos en la CUP también lo definen como el peón que ha colocado Anna Gabriel para seguir controlando el grupo parlamentario tras su marcha.

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