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ERC y JxCAT de nuevo a la gresca: esta vez a cuenta de la llamada "legislatura del 52%"
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Nuevas críticas de los de Pugidemont

ERC y JxCAT de nuevo a la gresca: esta vez a cuenta de la llamada "legislatura del 52%"

A menudo el independentismo se enzarza en debates abstractos para evadirse de la dura realidad. El pulso versa sobre la supuesta "legislatura del 52% que se pone en cuestión

Foto: El portavoz Josep Rius, camisa blanca, en una reunión de JxCAT (EFE.-)
El portavoz Josep Rius, camisa blanca, en una reunión de JxCAT (EFE.-)

ERC y JxCAT han encontrado un nuevo motivo para enzarzarse entre ellos. Estas vez a cuenta de “la legislatura del 52%”, un concepto abstracto pero que el portavoz de JxCAT, Josep Rius ha utilizado como arma arrojadiza contra los republicanos: “si se pacta los presupuestos con el PSC se pone fin a la legislatura del 52%”. Este concepto alude a lo vendió el independentismo tras las elecciones del febrero del 2021: que la mayoría ganadora eran el 52% de los votos independentistas, sumando ERC, JxCAT y la CUP.

La portavoz de la Generalitat, Patricia Plaja negó ayer la mayor: “no, no acaba la legislatura del 52%” y también desmintió en la rueda de prensa tras el Consell Executiu que “el pacto de presupuestos con el PSC fuese un pacto de legislatura”.

En cambio, Josep Rius consideró el pacto inminente como una traición. Por “preferir ceder con el PSC antes que pactar con JxCAT" y ha criticado que "cuando se puede escoger a ERC siempre elige al PSC, siempre elige al tripartito".

Pero como JxCAT salió del ejecutivo catalán, Pere Aragonès no tiene más remedio que pactar con el PSC para salvar la legislatura. Además, el debate sobre el supuesto 52% es un tan absurdo como abstracto. El 52% nunca fue operativo para nada, una vez acordada la investidura de Aragonès. Y el propio Aragonès subió la apuesta cuando cambió el ejecutivo y dijo que tenía el gobierno “del 80%” porque algunas encuestas aseguran que ese es el porcentaje de catalanes a favor del denominado “derecho a decidir”.

En ambos casos son conceptos políticos un tanto teóricos sobre a los que al independentismo le encanta debatir ya que le evita de hablar de cuestiones concretas.

Plaja ha planteado el acuerdo con los socialistas como algo puntual, “porque los objetivos de este Govern siguen siendo los mismo la autodeterminación y la amnistía”. La pirotecnia verbal habitual. La portavoz de la Generalitat fue más lejos, incluso, y aseguró que estaban intentando que JxCAT se sumase al acuerdo de presupuestos una vez que se cierre por fin con los socialistas. Si lo de los socialistas parece complicado, aunque se esté a la puertas, lo de que los de Puigdemont se sumen al carro resulta literalmente imposible.

Nueva centralidad

Así es la nueva centralidad a la que aspiran los de Pere Aragonès: hacer como hacía Jordi Pujol, que pactaba ora con el PSOE ora con el PP. La Esquerra de Oriol Junqueras quiere hacer lo mismo, situarse en el centro del tablero político y pactar a veces con JxCAT, a veces con los socialistas de manera indistinta. El problema es que en la práctica la realidad es tozuda. En la época de Pujol y de Artur Mas se hablaba de ser "pal de paller", palo de pajar.

ERC quiere poder pactar con JxCAT y PSC, ser el nuevo "pal de paller"

Sobre el terreno, la práctica resultas más complicada. O más simple, según se mire. El ejecutivo de Aragonès sólo puede recibir el respaldo del PSC para aprobar los presupuestos y salvar la legislatura. No se trata de un nuevo tripartito, como insinúan los de Puigdemont. Más sencillo y más complejo: como nuevos socio Aragonès sólo tiene al PSC o al PSC. Por eso Salvador Illa es consciente de que puede subir el precio de sus exigencias.

En misa y repicando

Con estos mimbres, ERC aspira no sólo a salvar la legislatura y gobernar hasta febrero de 2025 sino a estar a la vez en misa y repicando. Aliarse con el PSC al mismo tiempo que se representa a la mayoría independentista. Pero los socialistas catalanes son un expertos en esto juego: pactan con JxCAT en ayuntamientos, controlan gracias a ellos la Diputación de Barcelona. Y sin romper estos acuerdos, y siendo uno de los pilares del poder de Pedro Sánchez en Madrid, ahora negocia con los republicanos.

Sin embargo, si el PSC puede hacer todo eso es por su discurso pragmático. Para ERC, esto resulta más difícil. Su formación defiende la independencia de Cataluña a largo plazo, y a corto la amnistía y un referéndum de autodeterminación. Y con esos principios resulta luego muy contradictorio llegar a acuerdo con el PSC.

ERC y JxCAT han encontrado un nuevo motivo para enzarzarse entre ellos. Estas vez a cuenta de “la legislatura del 52%”, un concepto abstracto pero que el portavoz de JxCAT, Josep Rius ha utilizado como arma arrojadiza contra los republicanos: “si se pacta los presupuestos con el PSC se pone fin a la legislatura del 52%”. Este concepto alude a lo vendió el independentismo tras las elecciones del febrero del 2021: que la mayoría ganadora eran el 52% de los votos independentistas, sumando ERC, JxCAT y la CUP.

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