Es noticia
El núcleo duro de la CUP propone infiltrarse en entidades sociales, ecologistas y feministas para revivir
  1. España
  2. Cataluña
nueva estrategia

El núcleo duro de la CUP propone infiltrarse en entidades sociales, ecologistas y feministas para revivir

Un documento de Endavant desgrana la estrategia de la izquierda independentista para volver a ganar peso en Cataluña: "No hay soluciones mágicas. Toca rompernos la cara"

Foto: El diputado de la CUP, Carles Riera. (David Zorrakino/Europa Press)
El diputado de la CUP, Carles Riera. (David Zorrakino/Europa Press)

El núcleo duro de la CUP celebró hace escasos días una asamblea en la que sentó las bases de lo que ha de ser el futuro del independentismo radical de izquierdas. Aunque la CUP se encuentra en un momento de deliberaciones internas (debate circunscrito a lo que se conoce como el Proceso Garbí, que se discute actualmente en sus asambleas territoriales) sobre lo que será su hoja de ruta para los próximos años, su núcleo duro ya tiene clara la apuesta que debe hacer la organización: activismo desde las instituciones, pero combinado con la infiltración en los movimientos sociales para extender la revolución y acabar son el sistema y, de paso, con España, aferrándose a la entelequia de un territorio que serían los Països Catalans, es decir, Cataluña, Valencia, Baleares, el sur de Francia y la Franja de Aragón, a lo que algunos añaden una franja entre Cataluña y Aragón y el norte de Cerdeña.

Endavant, el pequeño partido que es el núcleo duro de la CUP, celebró su Asamblea Nacional recientemente y esta semana elaboró un documento que pretende ser un análisis de coyuntura de la situación política actual y la apertura de "un nuevo momento político con la crisis sistémica como telón de fondo" y un planteamiento de las principales líneas de actuación que debe hacer la formación para sobrevivir. De este núcleo duro forman parte dirigentes como Anna Gabriel, la activista fugada a Suiza, el actual portavoz de la CUP en el Parlament, Carles Riera, o los exdiputados Benet Salellas, Eulàlia Reguant o Mireia Vehí. El peso de Endavant en el seno de la organización es brutal: cinco de los 15 miembros del secretariado son de esta corriente (Edgar Fernández, número 2 por Tarragona, Gemma Codina, Laure Vega, Quim Soler y Hug Luchetti), mientras que el resto pertenecen a distintas corrientes.

Foto: El grupo parlamentario de la CUP. (EFE/Toni Albir)

Las directrices de Endavant empujan ahora a la organización a una estrategia de ruptura mucho más radical que la planteada hasta ahora. De hecho, sus intenciones tienen más de épica que de práctica. Su retórica grandilocuente no esconde sino pura teoría política que termina siendo un brindis al sol. La CUP se pierde más en teorías políticas que en estrategias realistas. Sus propuestas maximalistas no tienen en cuenta la realidad social, emanada no sólo de los sondeos, sino de los resultados de las elecciones. La estrategia de la izquierda independentista se presenta, así, desligada de las demandas sociales de los ciudadanos y sujeta a las pretensiones de un pequeño núcleo dirigente.

Involucrarse en la calle

Hace unas semanas, la CUP preveía el asalto a las instituciones como forma de lucha para desestabilizar el sistema, pero eso ya es solo una parte de su hoja de ruta. "Nos planteamos la necesidad de reforzar la izquierda independentista como movimiento cohesionado trabajando con las organizaciones juveniles y la COS (Coordinadora Obrera Sindical) como sindicato, así como implicarnos en el desarrollo de una estrategia en el ámbito institucional que acompañe el despliegue de una política revolucionaria", dice el documento aprobado por Endavant.

Foto: El diputado la CUP Carles Riera y Dolors Sabater, la presidenta de la ANC (EFE/Marta Pérez)

Reconoce el partido que el debate iniciado en la CUP bajo la denominación de Proceso Garbí y el debate son "dos elementos que pueden retroalimentarse" y que "han de servir, entre otras cosas, para construir una nueva hoja de ruta para el conflicto nacional". Para reforzar esa estrategia, considera de vital importancia involucrarse "en la participación directa en los frentes de lucha abiertos actualmente en los Països Catalans".

Así, llega a la conclusión que se compromete a "seguir haciendo una aportación militante directa, ya que no entendemos nuestra función como un elemento externo que opina desde una torre de marfil sobre el devenir de los movimientos, sino como un agente que forma parte y participa de los conflictos de la clase trabajadora". A partir de esa argumentación, adquiere el compromiso de infiltrarse en los movimientos de protesta sociales y en las estructuras sociales de barrio. Por ello, hace "una apuesta clara por la lucha por la vivienda y el movimiento feminista, dos de los espacios a los que hemos dedicado más esfuerzos militantes, y reforzamos la apuesta por la lucha ecologista y por las estructuras populares, entendiendo los Casales y Ateneos como partes constitutivas de estas". En otras palabras, esto significa el control de las estructuras sociales de los barrios.

‘Robar’ las PAH de Colau

En el ámbito concreto de las protestas que tienen que ver con la vivienda, apuesta por la capitalización del "movimiento y del espacio de debate del Congreso de Vivienda". Su estrategia para este sector está recogida en un informe publicado en el magazín Catarsi el pasado otoño, en el que se pide una revisión de las herramientas tácticas de lucha empleadas hasta ahora y el control de las plataformas cercanas a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), en la que medró Ada Colau. Su intención es poner a todas las plataformas locales bajo un mismo paraguas, pero asegurando que “cada una mantendría su propia estructura orgánica y se integraría en un sistema similar al de las federaciones, como un primer paso que permita mantener formas de trabajo diversas a la vez que vamos testeando una práctica política conjunta”.

En el ámbito ecologista, la apuesta de los radicales pasa por construir alternativas territoriales para controlar la planificación de los recursos naturales. "Juntamente con los movimientos que trabajan en la defensa de la tierra, nos hace falta articular un pulso contra el capitalismo extractivista a través de un programa que dibuje un horizonte socialista sostenible en lugar de propuestas de greenwashing o ecofascistas", dice Endavant.

En el mundo sindical, propone potenciar la COS para hacer de esta pequeña central "un sindicato de clase de los Països Catalans, que refuerza la capacidad del pueblo trabajador catalán de luchar desde un campo estratégico en una propuesta socialista y feminista". En el ámbito feminista, precisamente, la hoja de ruta plantea hacer "un salto cualitativo con nuevas herramientas de intervención política que refuercen el movimiento desde el trabajo con el tejido existente". En otras palabras, se trata de controlar las organizaciones de corte feminista para ponerlas al servicio de la CUP.

"El núcleo duro cupero habla también de capitalizar otros ámbitos, como "el trabajo internacionalista, el frente cultural o el trabajo antirrepresivo"

El núcleo duro cupero habla también de capitalizar otros ámbitos, como "el trabajo internacionalista, el frente cultural o el trabajo antirrepresivo". Asegura que estamos ante un cambio de ciclo y que es preciso organizarse para afrontarlo con tres principales apuestas encima de la mesa: la primera es construir "un movimiento revolucionario en los Països Catalans que genere y afrente con más fuerza futuros escenarios de ruptura. Endavant ha de contribuir a hacer crecer la conciencia de clase nacional de Països Catalans para avanzar en un sujeto nacional de ruptura, elemento estratégico e imprescindible". Ello hace indispensable “el fortalecimiento de la organización de la clase trabajadora en una dinámica de lucha, tanto en los centros de trabajo como en el resto de espacios donde se hacen evidentes los conflictos entre el capital y la vida”.

La segunda apuesta es "la intensificación de la lucha ideológica y cultural contra la hegemonía capitalista españolista, nacionalista francesa, machista y racista". Y la tercera apuesta es "reforzar la construcción de comunidades en lucha". Dice la organización que partiendo de esas premisas, "la hoja de ruta de nuestra estrategia, basada en el derecho a la autodeterminación del pueblo trabajador catalán, ha de ser un ejercicio permanente de decisión sobre la propia soberanía, que subordine la economía a las necesidades de las personas y del medio ambiente y que tenga el internacionalismo como elemento indispensable para afrontar el capitalismo global".

Su teoría se dirige, de este modo, a plantear su estrategia en dos planos fundamentales: "El compromiso y la acción". Pero añade que será duro. "No hay soluciones mágicas. Toca rompernos la cara y hacer todo lo posible para conseguir un futuro libre para nuestro pueblo".

El núcleo duro de la CUP celebró hace escasos días una asamblea en la que sentó las bases de lo que ha de ser el futuro del independentismo radical de izquierdas. Aunque la CUP se encuentra en un momento de deliberaciones internas (debate circunscrito a lo que se conoce como el Proceso Garbí, que se discute actualmente en sus asambleas territoriales) sobre lo que será su hoja de ruta para los próximos años, su núcleo duro ya tiene clara la apuesta que debe hacer la organización: activismo desde las instituciones, pero combinado con la infiltración en los movimientos sociales para extender la revolución y acabar son el sistema y, de paso, con España, aferrándose a la entelequia de un territorio que serían los Països Catalans, es decir, Cataluña, Valencia, Baleares, el sur de Francia y la Franja de Aragón, a lo que algunos añaden una franja entre Cataluña y Aragón y el norte de Cerdeña.

Noticias de Cataluña
El redactor recomienda