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Puigdemont tendrá manos libres para negociar tras dejar tocado de muerte el Consell de la República
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NEGOCIACIÓN DE INVESTIDURA

Puigdemont tendrá manos libres para negociar tras dejar tocado de muerte el Consell de la República

El 'expresident' guarda un as en la manga. Una vez trasladado el resultado a los partidos independentistas tendrá vía libre, máxime cuando no tiene una Asamblea de Representantes que lo fiscalice

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)
El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

El acuerdo de investidura de Pedro Sánchez está un poco más lejos que ayer, pero menos que mañana. Los círculos más radicales del entorno independentista catalán están poniendo toda la carne en el asador para evitar que el fugado Carles Puigdemont brinde su apoyo al presidente en funciones. Pero el correoso político contemporiza con los sectores más beligerantes y se reserva la capacidad de negociar en Madrid. Si lo que ofrece Sánchez es una oportunidad única, él solo decidirá si lo acepta o no, independientemente de lo que digan las bases, puesto que es inviable una apelación continua a las consultas internas en un organismo o partido.

Las presiones sobre el fugado en Waterloo son tremendas. Los más críticos amenazan con no votarle jamás y condenarle al ostracismo más profundo si no sigue sus dictados. Y, de momento, el expresident se deja acunar por los cantos de sirena de esos círculos y mantiene entre su círculo íntimo el boicot a la investidura. Así espera retener y cosechar otro puñado de votos en las próximas elecciones, con los que espera superar a ERC y situarse de nuevo como adalid del independentismo.

Foto: Carles Puigdemont en una rueda de prensa. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

La situación en el seno del Consell se ha vuelto más tensa por el resultado de la última consulta interna sobre la investidura de Pedro Sánchez. Los críticos ganaron por amplio margen (3.009 votos a favor del bloqueo y 1.004 en contra) y eso es otra baza para el saco de los radicales. Aun así, la baja participación en la consulta enturbia y deslegitima el resultado. “La participación es del 4,45%. Estaría bien que os plantearais si estáis haciendo bien las cosas, porque la motivación de los inscritos por votar es baja y está en caída”, advertía una activista.

Apenas una semana antes, la importantísima consulta convocada por Puigdemont solo logró movilizar al 6,53% de los inscritos. Otro activista, no obstante, exigía que se apliquen inmediatamente los resultados de la consulta de los críticos “o me doy de baja y adiós aportación económica mensual”. Otro con varios miles de seguidores le replicaba en un mensaje: “Carles, cumple con la voluntad del Consell de la República o serás el botifler [traidor] mayor del Reino de España”.

Dimisión de Puigdemont

Arnau Mañas, presidente del Consell Local de Ibiza, amplía el efecto de la consulta: “Ahora, si Junts vota al PSOE (los otros, no lo dudo), será la Gran Traición [sic]”. El conocido activista Carles Santacruz, presidente también de Unitat per la Independència (UxI), pide cabezas. “Quizá sería la hora de que los partidos abandonen el Consell de la República y su presidente, Carles Puigdemont, dimita después del éxito rotundo de las últimas votaciones. Sus miembros han dejado bastante claro que no los quieren. Bien llevado, [el Consell] sería un instrumento útil. La gestión ha sido pésima”, declara.

Foto: Carles Puigdemont interviene por videoconferencia en el consejo nacional de JXCAT que celebra el partido en Mataró el pasado sábado. (EFE/Marta Pérez)

El catedrático Hèctor López Bofill, antes en ERC y ahora militante de JxCAT y férreo defensor de Puigdemont, se congratulaba de la situación, ayudado por la negativa de Letonia a discutir en estos momentos si el catalán ha de ser lengua oficial de Europa porque hay temas más importantes que tratar. “Creo que el independentismo unilateral que Junts representa será más fuerte y la crisis del régimen en España más profunda, que es lo que conviene a aquellos que nos queremos ir”. Y advertía: “La cuestión de haber declarado la independencia hace ahora casi seis años es que cualquier intento de pactar una reforma con un Estado incumplidor y decadente siempre será poca cosa y castigará electoralmente a quien lo haga”.

Pero Puigdemont se reserva un as en la manga. La consulta le obliga a trasladar a los partidos independentistas el posicionamiento del Consell de la República en contra de la investidura de Sánchez. El expresident traslada el resultado y, a partir de ahí, se reserva las manos libres para negociar, máxime cuando ahora no tiene una Asamblea de Representantes que lo fiscalice, puesto que la disolvió por decreto hace casi dos meses. “El mandato, en todo caso, le obliga a que el Consell promueva el boicot, pero no le impide negociar con Pedro Sánchez. Él puede decretar el posicionamiento oficial del Consell por el boicot pero seguir negociando con Madrid al mismo tiempo. Y si surge la oportunidad de obtener determinadas concesiones, habrá de tomar una determinación”, dice una fuente independentista a El Confidencial.

Rechazo a seguir negociando

Pero los críticos no aceptan esa versión. “Miembros del Consell de la República no deberían de continuar negociando la investidura de Sánchez cuando el resultado de la consulta en el registro ciudadano ha sido de un claro sí al bloqueo de la investidura. Si lo hacen, demostrarán que quieren liquidar el Consell a cambio de la amnistía”, afirma en su cuenta Josep Guia, el líder independentista de Valencia. De hecho, según señalan fuentes soberanistas a este diario, la cúpula del Consell está dividida: algunos ven factible negociar a cambio de amnistía, pero otros (entre ellos, Puigdemont) son partidarios de añadir el referéndum a la amnistía para dar el visto bueno a Pedro Sánchez.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

De todos modos, aquí empieza la segunda parte de la ecuación. El Consell de la República no es quien ha de votar sí o no a la investidura de Sánchez, sino que son los partidos con representación parlamentaria quienes lo deben hacer. Y esos partidos son soberanos en sus decisiones. Como Puigdemont no votará nada ni decidirá oficialmente nada, no habrá vulnerado ningún mandato de sus bases, porque en la pregunta no estaba explícitamente prohibido que se siguiese negociando.

Quien ha de mojarse, en todo caso, es Junts per Catalunya, el partido que ha de prestar sus votos en la votación del Congreso. En la formación que preside Laura Borràs hay la sensación de que la repetición de elecciones es una opción con altísimas posibilidades, según varias fuentes consultadas por El Confidencial. “Pero todo depende de Puigdemont, que es el que marca la dirección a seguir. La cosa pende de un hilo. Hay negociaciones, pero no hay ningún acuerdo y las posturas están distanciadas. A estas alturas, nadie da un duro por la investidura de Sánchez, pero habrá que valorar lo que el PSOE pone encima de la mesa y tomar una decisión sobre la marcha”, dice una de estas voces.

Esa decisión no dependerá de Puigdemont, aunque a nadie se le escapa que, evidentemente, su peso político se notará, y la cúpula de Junts, aunque asuma la responsabilidad última de la investidura, hará lo que le diga su líder espiritual desde Waterloo.

El acuerdo de investidura de Pedro Sánchez está un poco más lejos que ayer, pero menos que mañana. Los círculos más radicales del entorno independentista catalán están poniendo toda la carne en el asador para evitar que el fugado Carles Puigdemont brinde su apoyo al presidente en funciones. Pero el correoso político contemporiza con los sectores más beligerantes y se reserva la capacidad de negociar en Madrid. Si lo que ofrece Sánchez es una oportunidad única, él solo decidirá si lo acepta o no, independientemente de lo que digan las bases, puesto que es inviable una apelación continua a las consultas internas en un organismo o partido.

Carles Puigdemont Junts per Catalunya
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