Borràs busca atar en corto a Trias para tutelar sus pactos en Barcelona y cerrar el paso al PSC

Laura Borràs pretende atar en corto a Xavier Trias de cara a los pactos poselectorales de las elecciones municipales. La presidenta de JxCAT impulsó que la federación de Barcelona interpelase al candidato para decidir sobre sus futuros acuerdos. Fue durante una asamblea extraordinaria, el 4 de mayo, que en principio había sido convocada para validar el programa electoral, pero los militantes incluyeron una propuesta de los afiliados del barrio de Les Corts, que pedían que el exalcalde les consultase antes de cerrar cualquier coalición tras el 28-M. El 84% de los presentes votó a favor de esta cuestión. El objetivo es cerrar el paso al PSC.

Xavier Trias reaccionó asegurando que estaba a favor de la iniciativa, pero que solo tendría carácter consultivo. En el fondo, era una trampa. La réplica de los partidarios de Laura Borràs es que la votación será vinculante cuando se lleve a cabo.

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La resolución de la federación de JxCAT también reconoce que, aunque no se puede vetar un eventual acuerdo entre Trias y el PSC, antes de llegar a ese supuesto deben agotarse todas las vías de entendimiento posibles con los partidos independentistas. Sin embargo, las encuestas no dan para ERC y Junts, las únicas fuerzas soberanista, que solo sumarían 20 ediles en el mejor de los casos. Y siempre con Trias por delante, como muestra la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial. Pero no llega a los 21 concejales, que son los que necesita un alcalde para ser elegido.

En todo caso, Xavier Trias pactó manos libres para hacer su propia lista, cosa que ha conseguido, y también margen total para llegar a acuerdos, bajo el presupuesto de que su objetivo es echar a la actual alcaldesa, Ada Colau, que opta a un tercer mandato. Una posición que hace que los seguidores de Borràs teman un posible pacto de Trias y Collboni y que la inclusión del punto responda única y exclusivamente a este miedo.

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Xavier Trias pactó estas condiciones de las que ha gozado hasta ahora con el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, con la ejecutiva del partido y también con Carles Puigdemont en Waterloo, según explican fuentes de la formación independentista. Y alargó la decisión de presentarse o no durante meses como una estrategia de precampaña. Pero Laura Borràs va por libre, igual que en la cuestión de la presidencia del Parlament, que ella misma ha alargado perjudicando al partido.

El candidato ya preveía que la cuestión de los pactos sería más complicada que la de la lista o la de esconder las siglas del partido durante la campaña, según apuntan fuentes de su entorno. Pero no esperaba la maniobra desde las bases, el arma favorita de Borràs, la misma que utilizó para dinamitar el Gobierno de coalición en la Generalitat.

El arbitraje de Turull

Tras el 28-M, a Jordi Turull le tocará hacer de árbitro en una situación que se prevé incómoda y tensa, según fuentes del partido. JxCAT no tiene muchos militantes en Barcelona, unos 400. Turull lleva meses intentando que la formación no se rompa, pero la situación tras las municipales será peor. La tentación en muchos ayuntamientos será pactar con el PSC para dejar a ERC lo más lejos posible del poder institucional. Porque una de las lecturas de estas municipales es ver qué fuerza ha obtenido más votos, si los republicanos o Junts; es decir, el duelo dentro del propio campo soberanista. Barcelona solo sería una pieza más de la partida entre JxCAT y PSC, pero la más simbólica, la más visible, la que más dañaría la imagen octubrista que cultiva Laura Borràs.

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Laura Borràs plantea de nuevo el pulso entre las bases y la dirección del partido. La ejecutiva, donde los defensores de la presidenta son minoritarios, sería más partidaria de un pacto, en especial si este le reporta una pieza institucional importante. Ya sea la presidencia de la Diputación de Barcelona, ya sea la presidencia del propio Parlament, que aún ocupa Borràs.

Presidenta sin poder

Laura Borràs es la presidenta del partido. Y quiere volver a ser candidata a presidir la Generalitat, ya que su inhabilitación todavía no es firme, mientras ella la tenga recurrida ante el Tribunal Supremo. Pero en la práctica, tiene poco poder. Y en esta campaña menos, porque en la mayoría de los ayuntamientos el debate ya no es la independencia, sino temas más mundanos como la recogida de basuras o, en el caso de Barcelona, el turismo o la movilidad.

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De hecho, buena parte de la ejecutiva desea una victoria de Trias no solo para darle aire al partido, sino para utilizar la moderación de Xavier Trias como un modo para deshacerse de Laura Borràs y sus seguidores y soltar lastre para volver, en cierta medida, a los parámetros del antiguo pujolismo. Pero Borràs, como le ha demostrado al candidato de su partido en Barcelona, siempre encuentra mecanismos para marcar su impronta y convertir el partido JxCAT en el movimiento JxCAT.