JxCAT se juega su unidad y su futuro político en una votación que se prevé muy ajustada
El resultado de la consulta, que se conocerá este viernes, abre un futuro incierto para la formación. Sea cual sea el veredicto, se enfrenta a una crisis interna que va más allá de la ruptura del Govern
Más que el futuro de la Generalitat o de la coalición con ERC, lo que JxCAT se juega en la consulta a las bases de este viernes es su propio destino: su unidad y su futuro político. Si el resultado es muy ajustado, en un sentido u otro, se prevé que el partido entre en crisis. Si ganan los posconvergentes partidarios de quedarse en el Ejecutivo catalán, la ruptura puede ser aún más rápida. Y si ganan los partidarios de Laura Borràs, que quieren dinamitar el Govern, tal vez se produzca más adelante, después de las elecciones municipales, pero será todavía mayor, según apuntan fuentes de la propia formación.
También hay dudas sobre qué futuro puede tener la formación si queda fuera del Ejecutivo catalán. JxCAT es una formación muy joven. Necesita los 250 cargos directos que cobran del partido, que son claves para su funcionamiento y para preparar las municipales. Carles Puigdemont y Laura Borràs se oponen a seguir por considerar que el autonomismo va en contra de la independencia, de la unilateralidad y que el 1 de octubre fue un mandato democrático que puede reactivarse en cualquier momento.
Los cambios que puede provocar el resultado de la consulta están encima de la mesa. Hay dos 'consellers' que se han significado especialmente. A favor de quedarse, el titular de la cartera económica, Jaume Giró, que ha dicho que si la opción de continuar en el Ejecutivo pierde "continuará como un militante de base", insinuando que dimitirá de la ejecutiva. En contra se ha pronunciado la 'consellera' de Universidades, Gemma Geis. Si gana la continuidad en la Generalitat, es muy posible que salte y se presente como candidata por Girona.
Pere Aragonès, pase lo que pase, afrontará una crisis de gobierno en Cataluña. Si JxCAT se va, será un cambio radical. Si se queda, el ajuste será menor, pero además de Geis hay que nombrar un nuevo 'conseller' de Políticas Digitales para sustituir a Jordi Puigneró. Todos estos cambios no los hará el 'president', los ejecutará Aragonès según lo que decida Junts, un partido que tarda una eternidad en tomar decisiones. La remodelación puede ser más amplia si el partido de Borràs se queda y se aprovecha el cambio para que el 'conseller' de Salut, Josep Maria Argimon, salga del Govern y se incorpore a la candidatura de Xavier Trias por Barcelona.
Romper ya no es un tabú
La ruptura ya no es un tabú. Uno de los principales aliados de Laura Borràs, el abogado Jaume Alonso-Cuevillas, ha abierto el melón. Según ha manifestado, "no se puede descartar" una escisión si los partidarios de salir de la Generalitat pierden la votación. Lo dicho: si ganan los partidarios de quedarse, la ruptura de JxCAT puede ser mucho más rápida. Y la señal puede venir de Waterloo. Alonso-Cuevillas ha advertido de que estará “atento” a lo que haga Carles Puigdemont. Teniendo en cuenta que el 'expresident' ha fundado dos partidos —La Crida y JxCAT— más el Consell per la República en cinco años, no se puede descartar nada.
Si el número de votos supera los 4.200, se da por cantada una victoria de Laura Borràs
El secretario general de Junts, Jordi Turull, es el hombre que está intentando salvar el partido. Se ha mantenido neutral en las elecciones, aunque muchos dicen que era partidario de mantenerse en el Ejecutivo catalán.
Cálculos aproximados
Los partidarios de quedarse pueden sumar unos 1.500 votos, entre 'consellers', la mayor parte de los diputados del grupo parlamentario, los cargos directos, en organismos asociados y los regidores y dirigentes municipales. Ya han votado más de la mitad de los 6.465 afiliados. Y todavía queda otro día. Pueden pasar muchas cosas, pero es posible que el resto sean sufragios que buscan ajustar cuentas con ERC o dar respuesta a la frustración generada en estos cinco años de 'procés'.
Con los números actuales, podría pensarse que Laura Borràs ganará la consulta. En cambio, los partidarios del sí calculan que si los votos depositados oscilan entre los 3.800 y los 4.200, todavía tienen opciones. Si la participación supera esa cifra, incluso ellos reconocen que la victoria será para los defensores de romper la Generalitat. No hay precedentes de una situación así. La ejecutiva decidió delegar su decisión en las bases y ahora esto se ha convertido en un barril de dinamita. Todo está en el aire.
Más que el futuro de la Generalitat o de la coalición con ERC, lo que JxCAT se juega en la consulta a las bases de este viernes es su propio destino: su unidad y su futuro político. Si el resultado es muy ajustado, en un sentido u otro, se prevé que el partido entre en crisis. Si ganan los posconvergentes partidarios de quedarse en el Ejecutivo catalán, la ruptura puede ser aún más rápida. Y si ganan los partidarios de Laura Borràs, que quieren dinamitar el Govern, tal vez se produzca más adelante, después de las elecciones municipales, pero será todavía mayor, según apuntan fuentes de la propia formación.
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