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Trias va primero en Barcelona, pero los indecisos podrían dar la victoria al PSC
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Encuesta de IMOP-Insights para EC

Trias va primero en Barcelona, pero los indecisos podrían dar la victoria al PSC

El exalcalde convergente saca ventaja en el arranque de campaña, pero el alto porcentaje de indecisos lo determina todo y parece acortar la ventaja sobre el segundo, Collboni, y la tercera, Colau

Foto: Imagen: EC Diseño.
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Máxima incertidumbre electoral en Barcelona, que protagoniza la carrera hacia las urnas más competida de todas las del 28-M. Tres candidatos se disputan la primera posición, aunque Xavier Trias, el exalcalde de la vieja Convergència, parece tomar ventaja en este arranque de campaña, según la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, que proyecta un elevado porcentaje de votantes indecisos que puede cambiarlo todo. A día de hoy, solo el 53% de los barceloneses tiene clara su opción y hay unos 200.000 que manifiestan que acudirán al colegio electoral con dudas entre varias opciones. En este último grupo, la diferencia de Trias sobre el segundo, el PSC, se reduce a la mitad, de modo que lo que ocurra en los próximos 12 días será determinante. La encuesta constata la enorme dificultad de formar una mayoría absoluta si no media un pacto a tres, que parece muy improbable.

La victoria estará reñidísima. En estos momentos, la candidatura de Trias per Barcelona, que ha enterrado la marca de Junts de Puigdemont en un intento por regresar al realismo político, obtendría el 24,1% de los votos y entre 11 y 12 concejales. En la segunda plaza figura Jaume Collboni (PSC), con el 20,8% de los apoyos y 10 ediles, en quien Pedro Sánchez ha depositado todas sus esperanzas para proclamar el éxito de su política antiinflamatoria en Cataluña y, aún mejor, hacerse con la segunda alcaldía más importante del país. Tercera quedaría Ada Colau (Barcelona en Comú), contra la que se han levantado vientos huracanados que piden cambio; aun así, la actual alcaldesa mantiene un 18,7% y nueve escaños, y opciones vivas de seguir gobernando si logra darle la vuelta a una campaña muy marcada por los problemas de la okupación, la vivienda y la seguridad ciudadana.

Bastante más rezagado aparece Ernest Maragall (ERC), que cosecha el 15,4% y 7-8 concejales, muy lejos de aquel 21,3% que le coronó como primera fuerza en 2019, aunque una pinza entre los comunes, los socialistas y tres de los concejales de Manuel Valls y su lista auspiciada por Ciudadanos le cerró el paso y otorgó a Colau su segundo mandato. Este resultado vendría a confirmar la tendencia a la baja de los republicanos tras la ruptura y abrupta salida de Junts del Govern de Pere Aragonès el pasado mes de octubre. Pintan bastos para ERC en las municipales en Cataluña.

La composición del consistorio se completaría con la presencia del PP, que obtendría un 7% del voto y tres concejales tras mejorar ligeramente su resultado anterior. Las candidaturas herederas de Ciudadanos (Barcelona pel Canvi-Ciudadanos, Valents, Barcelona Ets Tu) quedarían muy lejos de conseguir representación, con porcentajes en torno al 1%. Vox, con un 3,8%, también estaría fuera del ayuntamiento, al no superar la barrera legal del 5%.

Foto: El alcaldable por Barcelona Xavier Trias. (Europa Press/David Zorrakino).

A la luz de los datos de esta encuesta y de la situación política en la ciudad, lo más verosímil es que, ante la ausencia de mayoría absoluta en la primera votación, la alcaldía corresponda al candidato de la fuerza más votada, que se verá obligado a gobernar en minoría o a forjar pactos posteriores para dar estabilidad al Gobierno municipal. Toda la emoción, por tanto, se concentra en quién obtendrá esa primera posición en la noche electoral.

El mapa municipal de Barcelona que muestra este sondeo se ve condicionado por dos circunstancias que resultan decisivas y aumentan la incertidumbre. En primer lugar, la irrupción de la candidatura encabezada por Xavier Trias, que fue el último alcalde de la ciudad (2011-2015) antes de Ada Colau. Su distanciamiento con la marca de Junts, cuyas siglas no figuran en su cartel, le permite no solo retener a esa mayoría de votantes de JxCAT (10,5% en 2019), sino que le concede una notable capacidad de atraer votos de distintas procedencias: Trias recibiría el apoyo del 19% de los antiguos votantes de ERC, el 9% del PSC, el 24% de quienes votaron a Valls y el 16% de los del PP.

La encuesta recoge la extrema polarización en torno a la figura de Ada Colau y el rechazo mayoritario a su gestión

Es interesante porque, por primera vez en mucho tiempo, el eje derechas-izquierdas parece haber desplazado al de los bloques independentismo-autonomismo que ha dominado la escena política en Cataluña en la última década. Y el hecho de que Trias reciba votantes procedentes de todo el arco político, excepto del partido de Ada Colau, lo confirma. “Trias, eliminadas las resistencias de la fuerza matriz (JxCAT), puede convertirse en el principal contenedor de descontento con Ada Colau, y aparecería como la vía más garantista de un cambio de gobierno en el ayuntamiento”, señalan los autores del informe de IMOP.

Pero hay otro factor relevante en estas elecciones municipales y es el alto porcentaje de indecisos, muy superior al de otros territorios encuestados. Solo el 53% de los barceloneses tiene su voto decidido en el arranque de campaña. De los restantes, el 44% muestra una firme voluntad de acudir al colegio electoral. Así pues, entre los que declaran que no han decidido aún su voto, puede calcularse que algo más de la mitad se abstendrá y hay 200.000 ciudadanos que dudan entre varias opciones. Pues bien, en ese grupo, la ventaja de Trias sobre el PSC se reduce a solo dos puntos, mientras que las opciones de Colau y Maragall quedan por detrás. Por tanto, el aumento de la participación y la incorporación de esos indecisos suponen la gran esperanza de los socialistas para alcanzar o incluso superar por la mínima a Trias.

Rechazo mayoritario a Colau

Los cuatro candidatos principales son ampliamente conocidos por la población. Ada Colau lo es por el 99%, Xavier Trias por el 91%, Ernest Maragall por el 88% y Jaume Collboni por el 73%. El resto de los candidatos tiene tasas de conocimiento muy inferiores, en algunos casos próximas al anonimato.

A ERC, ganador de las elecciones de 2019, parece haberle sentado mal la ruptura de la coalición con JxCAT en la Generalitat, ya que, desde entonces, sus cifras no dejan de empeorar. En este caso, no podrán culpar de ello al candidato, ya que Maragall recibe una puntuación media de 5,1, solo una décima menos que Xavier Trias (5,2) y claramente superior a las de Collboni (4,7) y Colau (3,8). Maragall tiene la clara adhesión de los exvotantes de ERC y, además, es aprobado por los de JxCAT (5,6), los de Barcelona en Comú (5,2) y los del PSC (5,0). Por tanto, es el candidato mejor situado en el espacio independentista y en el ámbito de la izquierda.

La fortaleza de marca del PSC no se ve acompañada por su candidato, débil

Xavier Trias es el candidato mejor puntuado (5,2) y, desde luego, el más transversal. Los antiguos votantes de JxCAT le dan un 7, pero, además, los de ERC lo aprueban con un 5,8, los del PSC le otorgan un 4,9, los de Barcelona pel Canvi (Ciudadanos con Valls) un 5 y los del PP un 5. Parece claro que este candidato es capaz de trascender su filiación nacionalista y aparecer como una opción aceptable para muchos votantes del espacio constitucionalista, incluso del centro derecha. (Su mejor puntuación —6,5— se la dan los ciudadanos que se ubican en ese espacio del centro derecha, en los puntos 6-7 de la escala ideológica).

Trias es también el preferido como futuro alcalde de Barcelona. El 21% de los consultados lo señala como tal, en segunda posición aparece Ada Colau, con el 18%, tercero Ernest Maragall, con el 12%, y cuarto Jaume Collboni, con tan solo un 8%.

Ada Colau es, sin duda, la candidata más controvertida. Su nota media es 3,8, la más baja de los cuatro candidatos principales. Sus votantes le dan un 6,5, pero son los únicos que la aprueban. Los de ERC la suspenden con un 3,8, los del PSC con un 4, los de JxCAT le propinan un contundente 2,2, los de Valls un 2 y los del PP un 0,6. El 27% de los entrevistados le da directamente un cero, y se aproxima al 38% la cifra de quienes le dan las puntuaciones mínimas (entre 0 y 2). Más allá de que permanezca en la carrera (fundamentalmente por la marca), parece evidente que existe una poderosa corriente de rechazo a la actual alcaldesa en muy amplios estratos de la sociedad barcelonesa.

Foto: Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. (Retrato: Sciammarella)
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El caso de Jaume Collboni es opuesto al de Trias y Maragall. El PSC figura en segunda posición, con una probabilidad cierta de disputar la victoria. Pero su candidato es el menos conocido de los cuatro principales, su puntuación media es muy modesta (4,6), los votantes del PSC se limitan a aprobarlo con un tibio 6 y es el último en preferencia como alcalde. Parece claro que la posición electoral del PSC, que es fuerte en Barcelona, lo sería aún más con un candidato más competitivo.

La situación de Barcelona, una ciudad polarizada

Los indicadores ambientales son preocupantes para el actual equipo de gobierno. El 50% considera que la situación de la ciudad es buena, frente a un 39% que la califica como mala y un 10% como regular. Pero esas opiniones están claramente sesgadas según la posición política en el eje derecha-izquierda.

Predominan las valoraciones favorables en los votantes de la izquierda (BEC, PSC, ERC —en estos dos últimos grupos, tibiamente favorables—), pero se invierten drásticamente en el espacio del centro derecha: la situación de la ciudad es mala o muy mala para el 58% de los votantes de Valls, el 65% de los de JxCAT y el 80% de los del PP.

En lo que se refiere a la gestión del Gobierno municipal, el equipo de Colau recibe un sonoro castigo. Solo el 32% considera buena la gestión, frente a un 11% que la valora como regular y un 57% que afirma que la gestión ha sido mala o muy mala.

Únicamente entre los votantes de Barcelona en Comú predomina una valoración positiva de la gestión, con un 70% que la aprueba. Todos los demás electorados suspenden la gestión, incluido el del PSC, que formó parte del equipo de gobierno hasta hace solo unas semanas: el 58% de los votantes socialistas rechaza una gestión de la que su partido ha participado, lo que quizás explica que Jaume Collboni haya abandonado preventivamente el cargo de teniente de alcaldía inmediatamente antes de entrar en campaña.

Ficha técnica

Universo:

Personas de 18 años y más, censadas y con derecho a voto en las elecciones municipales de Barcelona.

Tamaño muestral:

809 entrevistas.

Técnica de entrevista:

Telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 64,5% de las entrevistas se realizaron a individuos localizados a través de teléfono móvil.

Equilibraje:

Al finalizar el campo, el fichero de datos se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: sexo x edad y tipo de telefonía.

Margen de error de muestreo:

En el supuesto de un muestreo aleatorio simple y para un nivel de confianza del 95% en la hipótesis más desfavorable de máxima indeterminación, el margen de error de muestreo es de ±3,5 puntos
porcentuales.

Fechas de campo:

Del 8 al 11 de mayo de 2023.

Instituto responsable de la investigación:

IMOP Insights SA.

Máxima incertidumbre electoral en Barcelona, que protagoniza la carrera hacia las urnas más competida de todas las del 28-M. Tres candidatos se disputan la primera posición, aunque Xavier Trias, el exalcalde de la vieja Convergència, parece tomar ventaja en este arranque de campaña, según la encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, que proyecta un elevado porcentaje de votantes indecisos que puede cambiarlo todo. A día de hoy, solo el 53% de los barceloneses tiene clara su opción y hay unos 200.000 que manifiestan que acudirán al colegio electoral con dudas entre varias opciones. En este último grupo, la diferencia de Trias sobre el segundo, el PSC, se reduce a la mitad, de modo que lo que ocurra en los próximos 12 días será determinante. La encuesta constata la enorme dificultad de formar una mayoría absoluta si no media un pacto a tres, que parece muy improbable.

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