Xavier Trias impone su ley en JxCAT y tendrá libertad para futuros pactos en Barcelona

Xavier Trias ha impuesto su ley en JxCAT y tendrá las manos libres para futuros pactos postelectorales después de las municipales en Barcelona, según explican fuentes del partido independentista. Trias anunció su candidatura para la alcaldía de la capital catalana en la cena de Navidad del partido, el cual al final ha tenido que ceder a todas la pretensiones de su candidato. Además, en la campaña se dará preeminencia al nombre de Trias por encima de la marca de la formación y Trias retendrá el control de los primeros puestos de la lista.

Trias tiene 76 años. Pero en JxCAT se agarran a su figura como un clavo ardiendo porque las municipales pintan francamente mal. Otros candidatos que el partido ha intentado poscionar obtenían muchos peores resultados en las encuestas. Laura Borràs quería que fuera Jaume Alonso-Cuevillas. Y desde Waterloo preferían al portavoz del partido Josep Rius, un hombre de confianza de Carles Puigdemont.

Pero el peso de Trias se ha impuesto a todas las alternativas. Tanto que incluso fuentes de JxCAT dan por hecho que no habrá un candidato alternativo y que el ex alcalde se ahorrará tener que pasar por las primarias que marcan los estatutos del partido, siempre que ningún candidato se atreva a retarle, cosa que hoy por hoy parece difícil. Con todo el poder en sus manos, Trias incluso podrá pactar con el PSC, si lo considera necesario.

JxCAT está tan hundido en el consistorio de Barcelona. Con Elsa Artadi al frente se convirtió en la quinta fuerza de la ciudad. Por muy mal que le vaya a Trias sólo puede mejorar.

Trias ya tiene perfilada su lista: paritaria, en la que no hay octubristas –los radicales de Laura Borràs– y que es en sí misma un guiño a la Convergencia de toda la vida. La dos sería Neus Munté (consellera en la época de Artur Mas), el tres Jordi Martí (concejal de Presidència en la época Trias en el consistorio barcelonés). De cuatro iría la ex consellera de Exteriores Victòria Alsina y el quinto puesto está entre el ex conseller de Salut Josep Maria Argimon y el que hasta ahora había sido presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet. En realidad, tiene más posibilidades este último.

'Efecto Biden'

JxCAT busca con Trias lo que ya denominan “efecto Biden”, un político de edad avanzada pero que es capaz de que todo un partido retome las esperanzas en un momento electoral difícil, como el que tenía el Partido Demócrata en Estados Unidos en tiempo de Donald Trump.

Fuentes cercanas de Xavier Trias explican además que el candidato de JxCAT considera que Barcelona se lo debe y que habrá una acto de justicia poética si su candidatura considera librar a Barcelona de Ada Colau. Trias siempre piensa que podría haber renovado el mandato si los Comunes no se hubiesen sumado a la campaña de El Mundo que le acusó de tener dinero en Suiza. Esa acusación en concreto resultó falsa, fruto de la campaña de la denominada “policía patriótica” contra el independentismo. Así que para Trias presentarse de nuevo es una cuestión personal. Trias no sólo se presenta contra Colau, se presenta contra su propio pasado, que en su día vivió como una gran injusticia política.

Trias considera que Colau hizo juego sucio cuando perdió contra ella en 2019

Xavier Trias hace un poco de trampa. Porque sí tenía dinero en Suiza, pero en el UBS sino en RBS Coutts donde formaba parte de un trust familiar, como desveló en su día El Confidencial. Pero esa parte, Trias nunca la recuerda y tampoco se la echa en cara la sociedad barcelonesa.

Obra de gobierno

Otra cosa es por qué se recuerda Trias es por su obra de gobierno, que más bien fue escasa. Lo más vistoso que hizo Xavier Trias como alcalde por la ciudad fue la reforma de la Diagonal, entre Passeig de Gràcia y Plaça Francesc Macià. Pero poca cosa más. Trias siempre presumió de dar muchas ayudas sociales. En la práctica el principal beneficiario de la generosidad de Trias como alcalde fue la Generalitat: les dio créditos desde el consistorio por casi 1.000 millones durante su mandato para paliar la maltrecha situación financiera que tenía en ese momento la administración catalana.