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La vieja rivalidad entre Turull y Rull volverá a marcar el futuro de JxCAT como pasó en CDC
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Podría favorecer la candidatura de Giró

La vieja rivalidad entre Turull y Rull volverá a marcar el futuro de JxCAT como pasó en CDC

Josep Rull y Jordi Turull son amigos, pero también fueron viejos rivales en los tiempos de la CDC de Artur Mas. Ahora esta tensión será determinante en el futuro de Junts como partido

Foto: Josep Rull, nuevo presidente del Consell Nacional de JxCAT. (EFE/Toni Abir)
Josep Rull, nuevo presidente del Consell Nacional de JxCAT. (EFE/Toni Abir)

La vieja rivalidad entre el actual secretario general de JxCAT, Jordi Turull, y el exconseller de Territorio, Josep Rull, marcará el futuro de Laura Borràs en JxCAT y también dirimirá quién será el candidato a presidir la Generalitat, según explican fuentes de esta formación. Igualmente, podría favorecer una candidatura del exconseller de Economía, Jaume Giró, como futuro aspirante a la Generalitat, todo a través de unos complejos mecanismos del partido. La reforma del Código Penal, anulando el delito de sedición, ha convertido a Josep Rull en el hombre clave. Libre de la condena por sedición, ya no está inhabilitado y podría presentarse como candidato, algo que Turull, que ahora retiene el poder en el partido, ve con desconfianza.

El pulso entre Rull y Turull tiene más de diez años. En 2014, Rull asumió la secretaria general de CDC, en una decisión de Artur Mas. Sucedía a Oriol Pujol, el hijo de Jordi Pujol, que tuvo que dejar el partido por el escándalo de las ITV. En ese momento, Jordi Turull inició un pulso con Rull por ser el heredero de Artur Mas y asegurarse el control del partido. Mas rompió el empate nombrando a Rull conseller de Territorio, lo que le obligó a abandonar los puestos directivos en la formación.

Foto: El juicio contra la presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs. (EFE.-)

La caída de Artur Mas, enviado a la papelera de la historia, y los convulsos acontecimientos en los que desembocó el procés, dieron al traste con CDC y su herencia política, la que ahora se reivindica con la candidatura de Xavier Trias a la alcaldía de Barcelona. Ambos rivales políticos acabaron compartiendo prisión tras el juicio por el intento de sedición de 2017. Entre rejas se aparcaron los antiguos recelos y se forjó una buena amistad. Pero en política los amigos duran poco.

Jordi Turull lleva ocho meses en la secretaria general de JxCAT. Desde allí controla el aparato del partido y la elaboración de las listas. Tiene todo el poder. En condiciones normales, podría aspirar a ser el candidato a presidir la Generalitat, algo que ya intentó en 2018, un intento que al final fue frustrado por el Tribunal Constitucional. Esa espina todavía sigue ahí y ahora encima ve cómo Rull, su viejo antagonista, que estuvo mejor asesorado cuando era conseller, esquiva la inhabilitación al no tener delitos de malversación. Vuelve la antigua rivalidad.

Patata caliente

En medio está la patata caliente del futuro de Laura Borràs. Según marcan los estatutos de JxCAT, una vez condenada por corrupción, lo más probable con lo mal que le ha ido el juicio en el TSJC, la principal prioridad de Turull es que el partido no se rompa. Por lo tanto, vería como un mal menor que Borràs siguiese como presidenta del partido. Pero para ello necesita que la Comisión de Garantías avale la situación. La presidenta del órgano es la abogada Magda Oranich, la misma que ya sentenció sin piedad al protegido de Borràs, Francesc de Dalmases, por intimidar a una periodista de TV3.

Una condena a Borràs por corrupción dificulta su futuro como presidenta de JxCAT

Solo si Borràs consigue que la Comisión de Garantías del partido avale que puede seguir siendo presidenta de JxCAT por considerar que la sentencia es una persecución política, ella podrá mantenerse en el cargo y evitar una escisión, la prioridad para Turull como secretario general.

Futuro a medio plazo

Superada esta bola de partido, queda el futuro a medio plazo, que pasa por tener un candidato que pueda disputarle a Pere Aragonès la presidencia de la Generalitat. Turull tiene solicitado ante el Tribunal Supremo la nulidad de la revisión de penas, la misma que determinó que mantenía las inhabilitaciones para el secretario general por malversación. Se espera que en dos meses el Alto Tribunal se pronuncie a este respecto, aunque lo más probable es que se le deniegue, como pasa en la mayoría de estos recursos. Hasta entonces, Josep Rull no dirá si opta a presidir la Generalitat.

A partir de aquí, Jaume Giró tendrá que decidir si va a unas primarias contra Rull, aunque algunas fuentes de la formación ven más probable una solución "a la manera convergente". Un acuerdo de lista única y evitar un pulso en un congreso. Giró está ofreciendo un perfil más moderado, hablando incluso de negociar un nuevo sistema de financiación autonómica para Cataluña, algo que hasta ahora en el independentismo era anatema, por considerarse autonomista. Rull podría integrarse en esta lista y Turull quedar satisfecho porque su viejo rival no sea presidente de la Generalitat. Esta parece ahora la salida más probable, que solo se solventaría una vez pasadas las municipales.

La vieja rivalidad entre el actual secretario general de JxCAT, Jordi Turull, y el exconseller de Territorio, Josep Rull, marcará el futuro de Laura Borràs en JxCAT y también dirimirá quién será el candidato a presidir la Generalitat, según explican fuentes de esta formación. Igualmente, podría favorecer una candidatura del exconseller de Economía, Jaume Giró, como futuro aspirante a la Generalitat, todo a través de unos complejos mecanismos del partido. La reforma del Código Penal, anulando el delito de sedición, ha convertido a Josep Rull en el hombre clave. Libre de la condena por sedición, ya no está inhabilitado y podría presentarse como candidato, algo que Turull, que ahora retiene el poder en el partido, ve con desconfianza.

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