Turull gana tiempo para JxCAT y da aire a Aragonès ante el debate de política general

Jordi Turull dio esta semana un nuevo ultimátum a la Generalitat de Pere Aragonès. En realidad, el secretario general de JxCAT ha ganado tiempo para su partido y da aire al 'president' de cara a la celebración del debate de política general en el Parlament, en el que Aragonès hará una “propuesta amplia” para conseguir la autodeterminación de Cataluña para atraer a los comunes. Aunque con el envoltorio de una nueva espada de Damocles sobre el Gobierno de coalición, inmerso en una tensión constante, Turull consigue con una sola jugada calmar al sector de Laura Borràs en su partido y mantenerse a la espera mientras toma el pulso a la calle, atento a las movilizaciones que habrá con motivo de la Diada y el quinto aniversario del 1 de octubre.

El secretario general de Junts planteó el pulso con un plazo de un mes a Aragonès para que hiciera tres cosas: romper la mesa de diálogo, crear una dirección estratégica para los dos partidos independentistas y conseguir la unidad de acción en el Congreso. Nada de eso pasará. Pero así evitó enfangarse en una nueva defensa de Borràs.

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Turull, según fuentes de su propio partido, manejaba otro planteamiento. Al alargar el plazo a un mes, garantiza el apoyo a Aragonès en las votaciones del debate de política general, que se celebrará los días 27 y 30 de septiembre. El 28 y el 29 se suspende, porque la diputada de la CUP Eulàlia Regüant tiene un juicio en el Tribunal Supremo, acusada de un delito de desobediencia grave por no haber respondido a Vox en el juicio del 1-O. Así, JxCAT no tendrá que escenificar sus diferencias con ERC por encontrarse en el periodo de gracia otorgado por el propio secretario general. Eso le permite a Aragonès tener una sesión tranquila.

Hasta que pase ese periodo, Turull no activará la consulta a las bases de JxCAT para decidir si el partido sigue o no en el Gobierno de coalición. Para octubre, el panorama económico se habrá deteriorado para que incluso el votante independentista tenga otras prioridades. Laura Borràs quiere que Junts salga de la Generalitat como operación de castigo a su suspensión de funciones. Pero los alcaldes de la formación consideran que algo así sería un suicidio de cara a las municipales. Y lo mismo ocurre con el sector más pragmático de los junteros, que aboga por tener presupuestos. Unas cuentas que está negociando el 'conseller' Jaume Giró, de JxCAT.

Tono duro

El tono de Jordi Turull en su intervención fue duro con la Generalitat. Aparcó el tema Borràs y aseguró que lo importante era la auditoría que en el partido le habían hecho al pacto. Pero en el Govern no se lo han tomado muy en serio. Más bien le han restado importancia. Fuentes de JxCAT aseguran que la auditoría en cuestión la ha elaborado la 'consellera' de Exteriores, Victòria Alsina, junto con el diputado Josep Rius, y que se ha remitido a Pere Aragonès. Desde la Generalitat señalan que Alsina, que se sienta en el Consell Executiu, no compartió el documento con el resto de 'consellers'.

La 'consellera' Victòria Alsina ha elaborado la auditoría contra la propia Generalitat

Desde el Palau de la Generalitat se ha enviado un mensaje de tranquilidad. Se considera que el Govern no está en peligro y que, pase lo que pase, Junts no saldrá del Ejecutivo. Es decir, apenas se considera el ultimátum de Jordi Turull como un exceso verbal más, de los que periódicamente genera el independentismo.

Turull y JxCAT necesitan ganar tiempo y que los problemas legales de Borràs, que además preside el partido, se solventen. La Mesa del Parlament estudiará mañana la reconsideración que la formación ha presentado sobre la suspensión de su presidencia en la Cámara catalana y que, en caso de ser rechazada, que es lo más probable, pueda servir de base para que Borràs presente una querella contra la Mesa por perjudicarla y poner en duda su presunción de inocencia. Pero en todo caso serán tensiones que acabarán afectando más al Parlament que a la Generalitat.