El triple empate entre Colau, Collboni y Trias envenena los futuros pactos en Barcelona

La batalla por Barcelona se muestra la más apasionante, pero también la más atípica del 28-M, con un triple empate entre Ada Colau (comunes), Xavier Trias (JxCAT) y Jaume Collboni (PSC). Cada encuesta da un ganador diferente, pero todas coinciden en que las distancias son tan estrechas que si se mira el margen de error, en realidad pueden indicar ese resultado o cualquiera de los otros dos. El que gane y quede primero obtendrá entre 10 u 11 concejales. Y tendrá más posibilidades de ser alcalde, tal y como rige en el sistema municipal español. Pero lo cierto es que puede imponerse cualquiera de los tres. Todo dependerá de los acuerdos posteriores entre los diversos grupos políticos, lo que podría dar al PP, en función de las combinaciones posibles, una oportunidad para arbitrar sobre el futuro de la alcaldía.

Trias, Collboni y Colau figuran como posibles vencedores en función de los sondeos. Todos reconocen que habrá pactos. Y aquí hay algunos que marcan perfil. Es el caso de los candidatos de los comunes y JxCAT. Ambos aseguran que no negociarán con el otro. Han intentado utilizar esa dualidad para ningunear al aspirante socialista, quien puede llegar a acuerdos con los dos.

De los principales partidos, solo hacen falta dos para sumar 21 concejales, que es la mayoría, pero hay que tener en cuenta que el candidato de los populares, Daniel Sirera, puede sacar tres, lo cual deja 38 a repartir entre cuatro, y con uno de ellos, presumiblemente ERC, un poco retrasado. Un esquema plausible, pero también diabólico para futuros pactos, sería 10+10+10+8. Y eso impondría un cierto nivel de dificultad a futuros acuerdos.

En todo caso, la gran noticia es que Ada Colau está viva políticamente hablando. Sus enterradores políticos se precipitaron hace unos meses en darla por amortizada. Pero su votante ha mutado. Ahora ya no depende de los barrios populares, donde el PSC sigue siendo fuerte. El ejemplo más claro es el Raval, que en buena parte fue la base del despegue de Colau y que hoy ha roto amarras con la alcaldesa.

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Pero eso no quiere decir que carezca de apoyos. Ahora su respaldo se encuentra en las clases medias del Eixample, intelectualizadas, progresistas y sin coche. A ese colectivo no les molestan las superillas, el proyecto estrella del mandato de los comunes. Y sus pisos en propiedad valen más, con menos promoción inmobiliaria se han revalorizado en ocho años. Por eso, el Ayuntamiento de Barcelona ha trufado de obras esta zona, la calle Consell de Cent, la calle Comte Borrell… Los comunes son conscientes de que ahí se juegan el futuro de la ciudad y el suyo. En términos de partido, En Comú Podem es poco más que Barcelona y El Prat del Llobregat. Para Ada Colau y los suyos, perder la capital catalana equivale a perderlo todo.

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Pero los comunes no son los únicos que se juegan mucho. Xavier Trias alienta el lema “Vuelve Convergència”, mantra de los herederos del pujolismo, ahora independentistas. JxCAT se juega poder decir que ganó las municipales en Cataluña. Todo el partido y el giro a la derecha que planea el secretario general, Jordi Turull, para dejar atrás la época de Laura Borràs y su octubrismo radical, dependen del resultado en Barcelona. Trias oculta la marca y las siglas del partido en su campaña, pero las encuestas internas no ofrecen una imagen de que se despegue de manera clara de sus dos directos rivales. Si no consigue la alcaldía, eso dará alas al sector radical de la ejecutiva de Junts, el mismo que apeló a las bases para forzar la salida de la Generalitat.

La dimensión nacional

Pero Barcelona también tiene una dimensión nacional. Sin ir más lejos, para la vicepresidenta Yolanda Díaz y su proyecto Sumar. Ada Colau ha apostado por ella. Una victoria de Colau sería un espaldarazo para ese nuevo espacio de la izquierda en España. Y más en unas elecciones en que sus antagonistas de Unidas Podemos no conseguirán ningún resultado notable. Los comunes son para Sumar en Barcelona lo que Más Madrid en la capital de España. La prueba de que cuenta con poder local en los grandes núcleos urbanos.

Pedro Sánchez depende de Barcelona para justificar el resultado en las municipales

Lo mismo, pero de otra manera, le pasa al PSOE. En buena parte, el futuro de Pedro Sánchez en las municipales depende de Jaume Collboni y sus resultados. Si queda primero, será alcalde. Y en caso de quedar segundo, también, porque se prevé que Trias le apoye para desplazar a Colau, el principal objetivo de su regreso. En todo caso, puede no ser suficiente. En las encuestas internas, el PP obtiene entre dos y tres ediles que pueden ser claves. Por lo tanto, el destino final de esta alternativa quedaría en manos de Sirera. Sería la ruptura definitiva de los bloques en Cataluña. El PP lo podría justificar. Echar a Colau y desplazar al independentismo en una única jugada.

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El que no despega en las encuestas es Ernest Maragall. Fue la gran baza de ERC. De hecho, ganó las elecciones hace cuatro años. Ahora, de manera clara, ha pasado su momento. No remonta en los sondeos. Ninguno le da como ganador. Los republicanos necesitarán apuntarse otras plazas, que no serán Santa Coloma, donde todos los estudios auguran que Gabriel Rufián se estrellará. Pero Barcelona es la joya de la corona en las municipales y de ese pulso ERC se ha quedado fuera.