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La crisis de los Mossos le estalla a Aragonès: JxCAT denuncia manipulación en el cuerpo
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Destitución del comisario jefe

La crisis de los Mossos le estalla a Aragonès: JxCAT denuncia manipulación en el cuerpo

El presidente catalán afronta el primer escenario problemático de su Gobierno en solitario, con todos los partidos de la oposición reclamando responsabilidades políticas al 'conseller' de Interior

Foto: El comisario Eduard Sallent. (EFE/Andreu Dalmau)
El comisario Eduard Sallent. (EFE/Andreu Dalmau)

Los problemas en los Mossos d’Esquadra se agrandan día a día por los diferentes ingredientes que se van añadiendo. Política, mentiras y cintas de audio alimentan un enfrentamiento interno que amenaza con crearle a Pere Aragonès su primera gran crisis de gobierno en solitario. Las injerencias han opacado la labor diaria de los agentes de la policía y JxCAT trata de acentuar la situación. Tanto, que el anterior 'conseller', Miquel Sàmper (Junts), ha salido a la palestra para amargar la fiesta a ERC, hasta hace muy poco su socio en el Govern, y acusar al nuevo jefe de la Policía, Eduard Sallent, de frenar escándalos en el cuerpo.

El director general de la Policía, Pere Ferrer, aseguró en una emisora de radio que la destitución del jefe de los Mossos, Josep Maria Estela, se debía a la oposición de este a ‘feminizar’ el cuerpo. El propio Ferrer, Sallent y el consejero, Joan Ignasi Elena, forzaron el nombramiento de cuatro comisarias y dos comisarios, frente a la apuesta de Estela de ascender a tres mujeres y tres hombres. “Lo que dijo el director general en la radio es mentira", explica a El Confidencial una fuente interna de los Mossos. "Estela no estaba en desacuerdo con la feminización del cuerpo. Pero no quería que ascendiese una de las comisarias porque decía que no estaba capacitada. Estaba a favor de poner a mujeres, pero poner por poner a una persona que no está capacitada no lo veía bien. Aquí lo que ha pasado es que los políticos se han entrometido y han sido los que han querido nombrar a personas sin capacidad para puestos de responsabilidad, sin atender a cuestiones técnicas”, añade.

Ramon Espadaler, exconsejero de Interior y actual diputado de PSC-Units per Avançar, salió en defensa del cesado y afirmó que acusar a Estela de no querer la feminización del cuerpo “es una burda mentira". "El comisario Estela tiene personalidad propia, es un profesional y hace su trabajo sin permitir ningún tipo de injerencia”, dijo.

Foto: Josep Maria Estela. (EFE/Alejandro García)

Otra de las fuentes consultadas por este diario destaca que “lo que hay es un tema de egos y de sillones". "Los responsables políticos deciden en su día no poner a Sallent, sino a alguien que debía tener claro que quien mandaría era Sallent. Pero surgieron las discrepancias, las filtraciones y el malestar interno, y al final Estela lanzó un órdago: ‘O Sallent o yo’. Y Sallent era el hombre de confianza de los políticos. No supieron respetar a Estela”.

Durante la jefatura de Estela, explican las mismas fuentes, Sallent tomó decisiones que no consultó a su superior jerárquico y fueron ratificadas después por los mandos políticos de la 'consellería'. Con esas deslealtades se vició la atmósfera dentro del cuerpo, que le acabó estallando a Aragonès como un escándalo político de primera magnitud.

La oposición no ha desaprovechado la ocasión para pedir explicaciones. Salvador Illa, líder del PSC, alertó de que no descarta la reprobación del consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, mientras que la portavoz del PP, Lorena Roldán, pidió directamente la salida del 'conseller': “Merece ser cesado. Las purgas de Elena son ideológicas, no feministas”. El 'conseller' ha pedido la comparecencia voluntaria en el Parlament para explicar la crisis. David Cid, portavoz de los comunes, aseguró que su grupo esperará a ver qué dice Elena para plantear qué hacer. “Lo que parece es que hay una batalla campal para ver quién tiene una relación directa con el 'conseller' y quién tiene la confianza del 'conseller”, dijo Cid.

Foto: Josep Maria Estela. (EFE/Toni Albir) Opinión
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El portavoz de Vox, Joan Garriga, fue más duro. Afirmó que Elena quiere una policía politizada y que está destrozando el cuerpo al estar “persiguiendo a agentes que investigan delitos de corrupción”. Por ello, aprovechó para pedir la desaparición de los Mossos y su adscripción al Ministerio del Interior.

Pero los ya exsocios de JxCAT son los que pueden hacer más daño a Aragonès. Mònica Sales, portavoz del grupo, pidió la comparecencia del 'conseller' para rendir cuentas y dijo que hasta que eso ocurra, su partido no desvelará sus cartas. La velada amenaza a Aragonès es que Junts tomará medidas “que recogen el compromiso de hacer una oposición constructiva y proactiva, pero también el deber de fiscalizar la acción del Govern, de solo 33 diputados”. La legislatura de ERC ha entrado, así, en una peligrosa montaña rusa, con un Ejecutivo apoyado por menos de la cuarta parte de los diputados y en continuo peligro de desautorización en el Parlament.

Enfrentamiento interno

En estos momentos, apunta una de las fuentes, “hay altos mandos de los Mossos avergonzados por el espectáculo que se está dando a la imagen del cuerpo. Es más, los que tienen que velar por su imagen son los máximos responsables de ese deterioro”. Y advierte de que lo peor puede estar por venir: “Ahora se van a crear familias. Habrá bandos, será inevitable”. Lo cierto es que algunos ya han empezado a tirar con bala. Un perfil de internet vinculado a JxCAT acaba de subir a la red una fotografía de Eduard Sallent rodeado de alumnos en un colegio mayor. “Habían de cambiar a la Brimo [Brigada Móvil] y ponen a mandar a Eduard Sallent, el que hace conferencias nocturnas a los colegios mayores de su querido Opus Dei”, decía el mensaje replicado por las redes este lunes por la noche.

Foto: El exjefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. (EFE/Emilio Naranjo)

El consejero de Interior entre septiembre de 2020 y mayo de 2021, Miquel Sàmper, también de JxCAT, fue otro de los que irrumpieron en la polémica. En una entrevista en la emisora RAC1, aseguró: “Tenemos mandos que están obstruyendo la investigación de policías que lo hacen de cine para intentar investigar cosas que han pasado en este país”. Esa es una cantinela que viene de lejos y que ya existía en tiempos en que Interior era un área exclusiva de los posconvergentes. Sàmper olvidó que hacía pocas horas el exjefe de Investigación de los Mossos Toni Rodríguez había dicho más o menos lo mismo, pero con más datos. Este profesional afirmó que hubo injerencias políticas en una investigación sobre corrupción que involucraba al 'exconseller' Miquel Buch, antecesor de Sàmper y también de JxCAT. Sus declaraciones pueden ser un bumerán que le estalle a Junts en su propia cara.

Sàmper puso en duda el ascenso de Sallent. “¿Quién hay detrás de este montaje que nadie entiende? Cuando un sindicato se pone al lado de Estela, cuando la mayoría de comisarios e intendentes no ven claro lo que pasa, nos falta conocer el motivo, la causa, el porqué tenemos a estas personas dirigiendo el cuerpo, sea como número uno o número dos”. Y apuntando más directamente, aseguró: “Sallent ya era el auténtico número uno. ¿Y cómo llega? Es el único caso de la historia de los Mossos en que un intendente hace un examen para ser comisario y el mismo día que lo aprueba lo nombran jefe. Había 30 comisarios con más experiencia que él”.

Un triunvirato en la cúpula

Una fuente que vivió todo el proceso interno relata a El Confidencial que Sàmper oculta lo más importante. Sallent ascendió con él de 'conseller', pese a que ahora quiere defenestrarlo. Curiosamente, Sàmper y Ferrer son dos veteranos de JxCAT que ahora atizan el fuego de la crisis en los Mossos. Y la confianza de Sallent fue generada con el círculo próximo al propio Sàmper. “Ferrer y Sallent sellaron su amistad tras los acontecimientos violentos de otoño de 2019 [Ferrer ya era director general en esos momentos], al conocerse la sentencia del 1-O. Se hizo un trabajo excelente y se recuperó el prestigio ante otros cuerpos como la Guardia Civil o el Cuerpo de Policía Nacional. De ahí quedó una lealtad inquebrantable entre ambos. Cuando hubo que nombrar un nuevo jefe, se consensuó que se pondría como jefe a un comisario de prestigio como Estela, pero se pactó también que quien mandaría sería Sallent, que era el hombre de confianza de la cúpula de la 'consellería”.

Foto: Un Mosso d'Esquadra ante cientos de manifestantes este lunes en el aeropuerto de El Prat. (EFE)

Pero hay más. Interior ha sido manejado hasta ahora por un triunvirato. Dos de sus miembros son políticos (uno es una persona muy cercana al 'conseller' de Interior y el otro, el director general de la Policía, Pere Ferrer) y el tercero era Eduard Sallent, que se ha escorado a posicionamientos políticos cercanos a ERC.

Ante las desconcertantes declaraciones del 'exconseller' Sàmper, el portavoz del sindicato SAP-Fepol, Toni Castejón, pide explicaciones. “Queremos que Sàmper explique cómo puede decir eso, y si es verdad, que diga por qué lo aceptó y por qué no lo denunció en su momento. Pero también exigimos que presente pruebas o, de lo contrario, que alguien en nombre del cuerpo se querelle contra él por delitos contra el honor, porque si no es verdad, faltó al respeto al cuerpo”, señala Castejón.

Los sindicatos asisten atónitos a la tormenta política generada en el interior de los Mossos. “Queremos que se nos explique la situación en el Consejo de la Policía, porque lo que ha pasado deteriora mucho la imagen de los Mossos. Ha habido filtraciones muy dolorosas, que perjudican mucho al cuerpo. Y, además, tanto cambio de jefe ha provocado una inestabilidad brutal”.

Foto: Agentes de los Mossos, ante una manifestación de independentistas. (Reuters/Jon Nazca)

David Miquel, portavoz del Sindicat de Policies de Catalunya (SPC), señala también a El Confidencial que están a la espera de explicaciones, bien en el Consejo de la Policía, bien en una reunión extraordinaria con el nuevo comisario jefe. "Lo único que podemos pedir en estos momentos es que vuelva la estabilidad, por el bien del cuerpo y de la seguridad ciudadana de Cataluña. Estamos a la espera de las explicaciones de esta crisis y, en función de lo que nos digan, haremos una valoración en profundidad. Pero sí queremos resaltar que estos cambios no ayudan al funcionamiento del cuerpo”, declara.

La guinda del vodevil la pone el hecho de que todo estaba preparado para que la aún intendente Rosa Bosch, aupada a la cúpula de los Mossos sin ser comisaria, ascendiese antes de Navidad y fuese nombrada jefa del cuerpo, la primera mujer en mandar en la institución, tal y como publicó El Confidencial. “La maniobra de Rosa Bosch era tan descarada que ya veremos si la pueden culminar. Estaba todo previsto para que pudiera ser nombrada jefa de los Mossos en Navidad, después de hacer el curso de comisaria. Pero al salir a la luz esta maniobra, han quedado con las vergüenzas al aire. Ahora se rumorea que se hará como se hizo con el anterior jefe, Josep Lluís Trapero, cuando ERC asumió la 'consellería'. Lo primero que se dijo fue que había que cambiarlo, pero para hacerlo, se fue dejando pasar el tiempo hasta que se le cesó de allí a unos meses. Con Bosch harán lo mismo: deberán dejar pasar varios meses antes de ponerla de jefa”, señalan fuentes consultadas.

Los problemas en los Mossos d’Esquadra se agrandan día a día por los diferentes ingredientes que se van añadiendo. Política, mentiras y cintas de audio alimentan un enfrentamiento interno que amenaza con crearle a Pere Aragonès su primera gran crisis de gobierno en solitario. Las injerencias han opacado la labor diaria de los agentes de la policía y JxCAT trata de acentuar la situación. Tanto, que el anterior 'conseller', Miquel Sàmper (Junts), ha salido a la palestra para amargar la fiesta a ERC, hasta hace muy poco su socio en el Govern, y acusar al nuevo jefe de la Policía, Eduard Sallent, de frenar escándalos en el cuerpo.

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