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Las maniobras de ERC en los Mossos dinamitan el cuerpo: "No dejéis que la mezquindad os distraiga"
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Crisis en la Policía catalana

Las maniobras de ERC en los Mossos dinamitan el cuerpo: "No dejéis que la mezquindad os distraiga"

Una carta del comisario destituido, Josep Maria Estela, da cuenta de las batallas internas en la cúpula de la Policía y deja entrever las líneas de la politización que pretende el Govern

Foto: Josep Maria Estela. (EFE/Alejandro García)
Josep Maria Estela. (EFE/Alejandro García)

La historia de los Mossos d’Esquadra alcanzó esta semana tintes rocambolescos. La policía autonómica de Cataluña vio cómo su máximo dirigente, el comisario Josep Maria Estela, era destituido por su enfrentamiento con el 'conseller' Joan Ignasi Elena, un exsocialista pasado con armas y bagaje a las filas de ERC. De hecho, el partido que preside Oriol Junqueras entronizó a Elena para dar una imagen de transversalidad que solo existe sobre el papel. Su segundo, que es el verdadero hombre del partido en este departamento, es Oriol Amorós, un ‘pata negra’ de Esquerra. Y su jefe de gabinete es Raül Múrcia, con la misma consideración. Si puso a un comisario bien visto por los agentes y los mandos como Estela, solo fue por una operación de 'marketing' político. Y este avispero ha acabado por dinamitar el cuerpo.

Un mando de los Mossos describe a El Confidencial la situación dentro del cuerpo. “Eduard Sallent [que asumirá el cargo ahora] era un hombre vinculado a la antigua Convergència que últimamente se ha escorado hacia Esquerra. Su nombre era el favorito de la cúpula del partido para ser el comisario jefe de los Mossos, pero finalmente se optó por Estela, con un perfil menos político”. Otra fuente relata que Sallent es un personaje vinculado al Opus Dei, muy religioso y acostumbrado a negociaciones de salón. “Mientras Estela era un hombre que sabe manejar la calle, él es un profesional de salón, que sabe mucho de gestión de personal, pero poco de calle”. Lo que muy pocos saben es que Sallent, el todopoderoso republicano que desde este lunes está al mando del cuerpo, es un antiguo militar español, un boina verde que incluso ha hecho gala de su boina en su despacho oficial de la Generalitat.

Foto: Josep Maria Estela. (EFE/Toni Albir) Opinión
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Una carta de Estela a la que ha tenido acceso El Confidencial da cuenta de estas batallas de salón y deja entrever las líneas la politización que pretende el Govern. “Cada uno de nosotros, desde su ámbito de trabajo, hemos de continuar prestando nuestro servicio y descollar en la atención a las personas, especialmente a las víctimas y a los colectivos vulnerables. Y no solo hemos de mantener intactos nuestros valores de servicio público, sino que lo hemos de hacer con la máxima y radical neutralidad política”. Esta frase, un torpedo a la línea de flotación de la Conselleria de Interior. Y no es menos demoledora otra advertencia que hace a sus compañeros el cesado: “No dejéis que el ruido mediático y la mezquindad os distraigan de vuestro día a día. Todo esto pasará y no ha de afectar a nuestros objetivos de mejora continua”.

Esperando a que la 'jefa' apruebe

La gota que colmó el vaso fue la decisión el 'conseller' de nombrar a seis comisarios. Estela quería que fuesen tres hombres y tres mujeres. En ERC, la orden fue que querían cuatro mujeres y dos hombres “para feminizar el cuerpo”. Esa era la propuesta apoyada por Sallent y Elena. En estos momentos, señalan fuentes internas de la institución a El Confidencial, se espera a que una de las recientemente nombradas, Rosa Bosch, protegida de Sallent, complete el curso de comisaria y sea nombrada jefa de los Mossos. Se lograrían así dos hitos: un récord en una carrera profesional y el hecho de que, por primera vez, una mujer ocupe este puesto.

Foto: Tres 'mossos', durante una manifestación. (EFE/Toni Albir)

No es la primera. Su hermana, Àngels Bosch, es presidenta de Eurocop. Cuando era una simple cabo de los Mossos, ascendió de repente a inspectora, lo que levantó ácidas críticas entre sus compañeros, porque se había pasado por alto los escalones de sargento y subinspector, donde cada profesional ha de estar varios años. Pero sus conexiones con miembros del Ccuerpo permitieron esa gesta. Àngels Bosch comía casi cada mes con el entonces secretario general de Interior, Brauli Duart. No porque fuese afín al Govern que entonces encabezaba Quim Torra, sino porque los directivos del propio Ejecutivo querían tener una ventana abierta con las instituciones policiales europeas para puentear a Policía Nacional y Guardia Civil. Rosa Bosch, que sin ser comisaria fue aupada a la cúpula hace un año, lleva camino de completar también una meteórica carrera en el mismo sentido: puede comer las uvas como jefa del cuerpo, si todo va como está previsto.

La paradoja es que por primera vez es el sillón el que ha de esperar a que su ocupante tenga la titulación necesaria para ocuparlo. ERC habrá completado un ciclo de control de instituciones importantísimo para su pervivencia futura.

Foto: El exjefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. (EFE/Emilio Naranjo)

Elia Tortolero, portavoz del PSC, criticó este lunes las “injerencias políticas del cuerpo de los Mossos” por “inadmisibles” y porque perjudican su imagen. Exigió, al mismo tiempo, que los republicanos detengan “esta manipulación” y que el 'conseller' de Interior, Joan Ignasi Elena, “asuma responsabilidades políticas y dé explicaciones en sede parlamentaria”, para acabar echando en cara que “los Mossos necesitan un Govern que gobierne y no que les ponga en entredicho. El Govern hace agua con los presupuestos y con los Mossos”. El PP pidió también la comparecencia en el Parlament de Elena para que explique esta crisis en la policía autonómica. La portavoz del PP en la Cámara, Lorena Roldán, hizo lo propio sobre esta situación: “El 'conseller' de Interior está más preocupado por controlar la cúpula de Mossos que de vigilar el incremento de delitos en Cataluña”.

El caso Ateneu

Pero esta no es la única institución afectada por las intromisiones políticas. El Ateneu de Barcelona, la institución político-social más prestigiosa de Cataluña, vive días convulsos por las injerencias políticas en su interior, con dimisiones, ceses, despidos y escándalo. Isona Passola, expresidenta de la Academia del Cine Catalán, es la persona que ERC puso al frente para controlar esta institución. Su junta se ha agrietado por la personalidad autárquica de su máxima directiva y, según dicen los socios del propio Ateneu, por las consignas políticas de Esquerra que emanan de su interior.

Varios miembros de la directiva han dimitido, descontentos con los posicionamientos políticos que se están tomando. “Después de casi 40 años como socio del Ateneu barcelonés, hoy me doy de baja. Las mentiras y manipulaciones de la presidenta de la entidad son intolerables. Esto no es una finca personal”, anunció el pasado 13 de octubre el escritor Jordi Coca, uno de los pesos pesados de la institución.

Foto: Un Mosso d'Esquadra ante cientos de manifestantes este lunes en el aeropuerto de El Prat. (EFE)

El director de la biblioteca, Àlex Cosials, fue despedido en medio de una agria polémica, en la que nadie se quedó indiferente, ya que fue acusado, aunque sin citarlo, poco menos que de incompetente por la presidenta de la institución. En favor del bibliotecario salieron no solo ilustres miembros del Ateneo o el consejo asesor, sino el colegio profesional al que pertenece Cosials. “Ayer presenté mi dimisión como vocal de la junta directiva, incómodo con el estilo presidencialista imperante en la gobernanza actual de la casa. El despido de Àlex Cosials, director de la biblioteca, fue la gota que colmó el vaso”, acusó Joan Safont, miembro de la cúpula de la entidad. Junto a él, dimitió Teresa Mañà. La Escuela de Escritura, uno de los potentes órganos que tiene el Ateneu, de la que salieron plumas como la de Ildefonso Falcones y en la que imparte clases otra escritora de la talla de Mercedes Abad, es otro de los frentes que se le abren a la dirección, después de que Passola dejase entrever que podía cerrarla. Un órgano de librepensadores como la escuela no es fácilmente manipulable.

Biblioteca y escuela han sido las principales fuentes de entrada de fondos para el Ateneu hasta ahora, mucho más que las subvenciones públicas. De ahí el malestar con la presidenta para controlar y utilizar políticamente la institución. Aunque es cierto que la pandemia redujo el número de socios y recortó los ingresos porque no hubo clases, las medidas tomadas para prescindir de estos apéndices son consideradas por los profesionales que allí trabajan una manera de deshacerse de las partes ‘indomables’ de la institución, las que nunca podrán controlar ideológicamente. No hay que olvidar que Passola ha dirigido dos producciones cinematográficas, ‘Catalunya-Espanya’ y ‘L’endemà’, para divulgar las consignas independentistas. En 2015, figuró en las listas de Junts pel Sí (JxS) y fue una de las activistas implicadas en pedir el sí en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Foto: Agentes de los Mossos, ante una manifestación de independentistas. (Reuters/Jon Nazca)

Es una vergüenza lo que está haciendo ERC en el Ateneu. Hemos vuelto a los años treinta. Han puesto un billar y los yayos están jugando a cartas en el jardín. Solo falta un barbero”, señala a El Confidencial un veterano miembro de esta institución. Con lo del billar, se refiere al billar del recientemente fallecido director teatral Joan Ollé, que fue instalado en esta institución a instancias de su gran amiga Isona Passola.

Esta fuente señala que la situación es dramática. Algunos socios de la entidad han reclamado una asamblea extraordinaria para hablar de esta crisis, como Joaquim Coll: “La situación que vive el Ateneu es un lío considerable: dimisiones de miembros de la junta directiva, despido injustificado y con malas maneras del director de la biblioteca, graves problemas económicos, amiguismo en las decisiones, etc. Es precisa una asamblea extraordinaria”. Passola, de momento, no ha fijado aún fecha.

La historia de los Mossos d’Esquadra alcanzó esta semana tintes rocambolescos. La policía autonómica de Cataluña vio cómo su máximo dirigente, el comisario Josep Maria Estela, era destituido por su enfrentamiento con el 'conseller' Joan Ignasi Elena, un exsocialista pasado con armas y bagaje a las filas de ERC. De hecho, el partido que preside Oriol Junqueras entronizó a Elena para dar una imagen de transversalidad que solo existe sobre el papel. Su segundo, que es el verdadero hombre del partido en este departamento, es Oriol Amorós, un ‘pata negra’ de Esquerra. Y su jefe de gabinete es Raül Múrcia, con la misma consideración. Si puso a un comisario bien visto por los agentes y los mandos como Estela, solo fue por una operación de 'marketing' político. Y este avispero ha acabado por dinamitar el cuerpo.

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